sábado, 11 de noviembre de 2023

Maratón de Estambul (3) - La carrera

Salí muy temprano del hotel caminando al embarcadero donde salía el Ferry que transporta a los atletas a la zona de salida; era una mañana agradable, sin nubes, húmeda, una mañana perfecta para hacer turismo, pero no para correr un maratón, o al menos, no para mi. Charlé con algún atleta por el camino hasta llegar al barco donde coincidí con una parte are españoles, Pablo y Gabriela, dos adorables personas con las que me entretuve hasta la llegada a puerto. Pablo iba a correr el maratón (y muy rápido) mientras que Gabriela iba a hacer los 15Km; me ayudaron a olvidar un poco lo que se me venía encima, porque sabía perfectamente que no era mi día y que tocaba uno de esos maratones "de sufrimiento", no estaba equivocado.

Me despedí de ellos para prepararme antes de calentar un poco; entonces coincidí con un atleta turco poco previsor que me pidió vaselina y apósitos para evitar rozaduras y obviamente se lo presté y tras una foto juntos, nos deseamos suerte amablemente. Llevé las cosas al camión ropero, me coloqué en en el cajón de salida y tras sonar los acordes del "We Will rock you" de Queen, empezaba el lío con unas preciosas vistas sobre el Bósforo.

Había decidido salir conservador, no llegaba en forma a la salida y la lesión que me hizo parar diez días a tres semanas de la carrera había provocado que también llegara muy falto de kilómetros; pero los primeros kilómetros de esta carrera son difíciles de gestionar, empieza subiendo ligeramente, luego baja para volver a subir durante casi dos kilómetros y por fin vuelve a bajar con una pendiente muy acusada hasta llegar al llano alrededor del kilómetro 6. Hasta ahí la cosa iba bien o eso creía, aunque me notaba cansado, pero mi ritmo estaba claramente por debajo de los 5 min/km y así lo mantuve a hasta el km 10 cuando recibí los primeros ánimos de mi afición.

A partir de ahí se comienza el tramo de autopista y se acumulan los problemas; el primero, el fuerte viento de cara que tendría que soportar durante 16 Km, hasta llegar al giro en fondo de saco; la humedad era muy alta, pues a la habitual de una ciudad al lado del mar, se sumaba la generada por la lluvia de la noche anterior. Y de remate el sol brillaba en todo lo alto, no aparecía ni una nube en el cielo y el calor se acumulaba. Ya me había dado cuenta que recorrer esos kilómetros contra el viento iba a ser duro, pero no contaba con los desniveles que generaban varios pasos por túneles, lo que hacía mucho más exigente el recorrido, sobre todo para mi, ya que me quedaban muy pocas fuerzas.

Mi ritmo cayó claramente por encima de los 5 min/Km y me resigné a aguantar los que me esperaba, sufrimiento hasta  meta; creo que fue después del km 18 cuando paré por primera vez a estirar un poco, pero seguí camino esperando que me ayudaran  los ánimos de mi afición el Km 20, donde estaban ondeando sus banderas, pero yo sólo puede esbozar una sonrisa porque mis fuerzas estaban al límite y eso que faltaba más de la mitad del recorrido. Después todo fue muy complicado, paradas en avituallamientos, ratos caminando, ratos corriendo a lo que podía, mucho calor y más paradas en sombras para evitar una subida de la temperatura corporal. Y eso que tras girar en el km 26 el viento ya soplaba de espalda, pero a mi ya no me afectaba mucho, sólo quería llegar y descansar.

Estaba siendo un maratón horrible, sin sonreír, sin bromear con el público, sin disfrutar de la carrera en definitiva, pero completando kilómetros poco a poco hasta llegar a los últimos kilómetros, donde decidí no parar más. Ya olía la meta y cada vez había más gente animando, pero la carrera picaba cuesta arriba en el parque que se cruza justo antes de afriontar el último kilómetro con una subida que no pude superar, tuve que parar de nuevo, caminar un poco y volver a correr para ver a mi afición justo antes de enfilar la recta de meta, donde conseguí acelerar para llegar de una manera digna.

Mi tiempo en meta fue de 3h41'58'', el peor maratón de mi vida, un poco por encima de Tenerife y Quebec donde también pasaron factura el calor y la humedad; pero lo peor no es el tiempo, es que no disfruté la carrera, pero decidí llegar porque un maratoniano merece ser finisher y al menos tener esa satisfacción después de todo lo pasado. En el atletismo no hay milagros, llevo sin entrenar con regularidad desde la lesión previa al maratón de Zaragoza en abril; en Adelaida salí del paso en una carrera decente que se estropeó por los calambres, pero Estambul ha demostrado que sin entrenar convenientemente no se puede acabar bien un maratón.

La medalla de mi cuadragésimo octavo maratón terminando está ya mis vitrinas, una maratón que no voy a recordar con cariño, pero que formará parte de mi historial. Ahora toca descansar, planificar bien los entrenamientos de 2024 y esperar que las lesiones musculares me respeten un poco y me dejen entrenar más de dos semanas consecutivas sin parones. Esta vez ha salido mal, pero hay que ser positivo y esperar que las cosas mejoren en el futuro, el próximo marzo en Roma. 


viernes, 10 de noviembre de 2023

Maratón der Estambul (2) - La organización

Hacer un maratón con recorrido atractivo, con elevada participación y con un buen trato a los corredores no es una tarea fácil y en el caso que nos ocupa, se conjugan todos esos factores que voy a tratar de analizar de manera breve.
En primer lugar hay que analizar la página web, que en general está bien diseñada, es atractiva y tiene información relevante; sin embargo no me acaba de convencer que tengas que registrarte en una plataforma de inscripciones turca para conseguir hacerlo en el maratón, sobre todo porque la plataforma en cuestión no tiene muy desarrolladas las traducciones a otros idiomas en todas sus páginas. En todo caso, la inscripción fue sencilla y rápida. 
La información que proporciona la página sobre la carrera es muy completa, con información detallada y unos mapas bastante buenos que te permiten hacerte una idea de lo que te vas a encontrar; también es remarcable la información que se envía por mail previa a la carrera, completa y útil.

Una vez en Estambul, tengo que empezar hablando de la feria del corredor, punto neurálgico de los días previos; esta ubicado lejos del centro, el acceso no es sencillo, pero se llega. Se celebra en unos pabellones de exposiciones grandes, sin problema de espacios y con muchas posibilidades, aunque pienso que está un poco desaprovechado porque podrían acoger a muchos más expositores, aunque imagino que los hábitos de consumo de los turcos difieren de los europeos, en general. Hay pocos expositores, ninguno de otras carreras, nada de merchandaising, algo que me resultó sorprendente pues siendo Decathlon es sponsor deportivo,  hubiera sido un buen negocio vender camisetas a acompañantes o complementos para corredores, pues casi siempre nos solemos llevar algún souvenir de la carrera. Pues esta vez nada.
Sin embargo, la recogida del dorsal y la camiseta es ágil, los voluntarios son simpáticos y amables y hablan en inglés correctamente con los que somos de fuera, ninguna pega. También utilicé el mostrador de información para resolver una duda y me atendieron a la perfección. Por lo demás, hay muchos espacios habilitados para hacer fotos atractivas que seguro que son muy apreciadas por los instagramers y por los que seguimos usando cámaras convencionales. No es una mala feria, pero podría ser mucho mejor.
Vámonos al dia de la prueba, que comienza a las 9 de la mañana, una hora muy prudente que facilita el transporte hasta la salida, pues hay que llegar hasta un ferry andando o en tranvía y después del recorrido por el Bósforo caminar otros quince minutos hasta la salida; se tarda casi una hora en completar el trayecto hasta el puente, pero está bien organizado y se llega con facilidad. La zona de salida es grande, se puede calentar con facilidad y no hay colas para dejar la ropa en el camión/ropero, fundamental en una prueba lineal como esta. Hay baños, pero pienso que no suficientes, en mi opinión hacen falta más, aunque las colas no eran muy numerosas, así que quizás no vi todos los disponibles.
La salida es espectacular, cruzando el puente para luego adentrarse en El Barrio de Besiktas donde ya hay mucha gente animando, pero la organización también pone su grano de arena colocando numerosos grupos de animación en los primeros kilómetros, de manera que prácticamente la carrera es una fiesta hasta el kilómetro 10, cuando empieza el recorrido por la autopista. La prueba discurre al lado del mar por una carretera completamente cerrada al tráfico (tanto de ida como de vuelta) durante 16 Km hasta llegar. aun fondo de saco para volver por el carril contrario, insisto, con el tráfico cerrado en ambos sentidos. Hay poca gente y algunos puntos de animación colocados por la organización. No es un recorrido ideal pues es largo y aburrido, pero teniendo en cuenta las características de la ciudad, con infinidad de cuestas, se puede decir que es la mejor alternativa.

Los avituallamientos se ubican cada 5 Km y en ocasiones cada 2'5 km, supongo que éstos últimos debido al calor reinante; son largos, sin problemas para conseguir el agua en botella; también hay esponjas, comida y geles, pero no hay bebida isotónica.
Tras recorrer la autopista, se entra en la ciudad en los últimos kilómetros en un recorrido completamente vallado que impide cruces molestos de peatones. Se acaba en pleno Hipódromo de Constantinopla, al lado de la Mezquita Azul, una llegaba muy bonita y bien organizada pues luego se sigue recorriendo la calle, te ponen la medalla y te dan un bolsa con avituallamiento antes de llegar a la zona para recoger tu bolsa y salir del recinto de llegada para encontrar a tus familiares.
La organización del Maratón de Estambul es buena en términos generales, aunque creo que podría ser mucho mejor; el acceso a la salida, los puntos de animación, la gestión del ropero o el vallado final son muy buenos procedimientos, pero creo que hay cosas mejorables, como la feria, los baños o los avituallamientos donde se echa de menos la bebida isotónica. Sin duda son detalles fáciles de pulir en una prueba que tiene un nivel notable a efectos organizativos.


jueves, 9 de noviembre de 2023

Maratón de Estambul (1) - El ambiente

Estambul tiene una población de 15 millones de habitantes repartidos en dos continentes, Europa y Asia, separados por el Estrecho del Bósforo que posee una frenética actividad náutica con barcos desplazándose de un lado a otro articulando el movimiento de personas de la ciudad. A dicha población hay que añadir el ingente número de turistas que acuden habitualmente atraídos por su espectacular zona  antigua donde las mezquitas Azul y de Santa Sofía además del Palacio Topkapi, son sus indiscutibles estrellas. Nuestro hotel estaba situado justo al lado de la Mezquita de Santa Sofía, una zona abarrotada de turistas prácticamente todo el día, pues allí se concentran los principales atractivos de la ciudad. Con este panorama, ¿se percibe que hay maratón?

No puedo responder a esa pregunta, sobre todo porque salvo excepciones, no se veían turistas con zapatillas o ropa deportiva, pero supongo que muchos de los que corríamos el domingo éramos parte de las interminables colas que se formaban para entrar en los monumentos destacados. Aún así, aunque no fuera evidente la presencia de atletas, si lo eran los numerosos carteles que anunciaban la celebración del evento el domingo por la mañana, sobre todo en las zonas que coincidían con el recorrido.

Creo que una de las razones por las que no se ven atletas es la ubicación de la feria del corredor, lejos del centro y de acceso complicado; la feria es grande, bulliciosa, pero se ubica en un pabellón junto a una carretera y cuando sales de allí tienes que hacerlo en transporte público porque caminando pilla muy lejos del centro. En todo caso, se puede decir que el ambiente de la feria es bueno, fundamentalmente porque la participación en la prueba es elevada.

Pero más importante que el ambiente previo, es el ambiente el día de la carrera y en es aspecto mi impresión fue bastante positiva; ayuda y bastante la hora de comienzo de la prueba, las 9 de la mañana, una hora cómoda para que el público salga a la calle a animar a los sufridos atletas. Se sale del famoso puente que conecta Asia con Europa, donde el acceso al público está vetado, pero tras recorrer los primeros tres kilometros se entra en el bulliciosos barrio  de  Besiktas donde la gente sale a animar sin descanso a los atletas, hay mucha gente en la acera, mucha animación colocada por la organización y eso se extiende hasta el kilómetro 10 más o menos, cuando empieza el recorrido por la autopista que discurre junto al mar, cuyo acceso es más complicada para el público, pero aún así, hay lugares en los que se puede ver público animando.

Capítulo aparte merecen los últimos tres kilómetros, que discurren por la zona centro hasta acabar al lado de la Mezquita Azul; ahí, las calles están abarrotadas de gente animando y dando fuerza a los atletas en el duro final de la prueba; la llegada es espectacular, se acaba en pleno hipódromo, rememorando las carreras de cuadrigas que si disputaban allí en época romana. Una de esas llegadas que merecen la pena disfrutar.

Y como siempre, tengo que hablar de mi afición, sin duda la mejor, que estuvo a la altura de las circunstancias en un recorrido difícil para los seguidores de los atletas; me vieron en tres puntos agitando las banderas de España y portando las "camisetas oficiales" de mi maratón. En un maratón tan malo para mi, me empujaron a llegar a meta, pues yo creo que sin ellos quizás me hubiera retirado. Aunque también es verdad que me preocupaba que me vieran pasándolo tan mal como lo pasé, pero al final todo eso se olvida.

Estambul es un maratón con ambiente, alegre, bullicioso, una prueba donde da gusto correr, a pesar de su dureza, que comentaré en los siguientes post. Ciñéndome al asunto de este post, el ambiente, hay que correr en Estambul.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

El maratón intercontinental

 La ciudad de Bizancio fue fundada por colonos griegos allá por el año 600 a.c.; supongo que cuando se establecieron en ese privilegiado entorno, ignoraban la apasionante historia que iba a surgir de ese pequeño asentamiento. Persas, espartanos, macedonios y celtas conquistaron sucesivamente la ciudad hasta la llegada del Imperio Romano en el año 191 a.c., pero fue Constantino el Grande quién en el año 330 refundó la ciudad como Nueva Roma y posteriormente como Constantinopla y la convirtió en la capital del Imperio. Tras la división del Imperio Romano en el 395, se estableció como capital del Imperio Bizantino. Fue una época importante en la ciudad, en la que se construyó la magnífica iglesia de Santa Sofía, pero con la decadencia del imperio, la ciudad fue conquistada por los otomanos en 1453 para convertirse en la capital de dicho imperio. Esa fecha, 29 de mayo de 1453, se considera el inicio de la Edad Media.

Los otomanos renombraron la capital como Estambul y la ciudad se transformó completamente, Santa Sofía se convirtió en mezquita, aparte de construirse otras nuevas como la de Mezquita Azul o la de Suleiman.A finales del siglo XVII, Estambul era una de las ciudades más ricas del planeta y contaba con 500.000 habitantes, pero el Imperio Otomano también llegó a su fin con la Primera Guerra Mundial y la ocupación del país por británicos, franceses, griegos etc. La República de Turquía que hoy conocemos, fue fundada por Kemal Ataturk el 29 de octubre de 1923, después de conseguir la victoria en la guerra de la independencia contra losgriegos . Por tanto, este año se han cumplido 100 años de la creación de la República de Turquía, que además de otros eventos, se conmemorará durante la disputa del Maratón de Estambul, el único maratón intercontinental del mundo.

Estambul es uno de esos maratones que tenía en mi agenda desde hace tiempo, una carrera atractiva por el la ciudad en si y por la peculiaridad de correr en dos continentes en la misma prueba, pues la carrera empieza en el lado asiático del puente que cruza el Bósforo, para pasar al lado europeo donde se desarrolla prácticamente toda la prueba. La prueba pasa por la zona más monumental de la ciudad para luego seguir la costa en un recorrido de ida y vuelta que lleva a la meta ubicada frente a la Mezquita Azul; parece un recorrido interesante, aunque también puede ese recorrido al lado del mar se haga un poco tedioso, veremos. 

No llego a Estambul en mi mejor momento, la preparación iba viento en popa hasta que una sobrecarga en el isquio me obligó a parar durante seis días, además en la parte clave de la preparación, tres semanas antes de la prueba: Ya estoy recuperado y parece que listo para poder acabar sin sobresaltos, pero tendré que ser prudente y no forzar demasiado para evitar que se reproduzca la lesión; habrá que acabar de la manera más digna posible y para eso también contaré con el apoyo de mi inimitable afición que estaré en las calles otomanas animando como siempre. Esta vez la expedición la componen Carlos, Myriam, Encho, Toli, mi sobrino Dani y. obviamente Marisa, que buscará la ubicación óptima para arroparme. 

Espero terminar mi cuadragésimo octavo maratón el próximo domingo a mediodía y disfrutar de una prueba con muchos atractivos que, como he dicho, conmemora el primer centenario de la República de Turquía. El cruce del Bósforo, el recorrido costero y la llegada en Sultanhamet seguro que valen la pena. 

Y para terminar, me voy permitir reproducir un cuarteto de la archiconocida "Canción del Pirata" de Espronceda que me servirá para motivar mi desempeño maratoniano.


La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul.

lunes, 18 de septiembre de 2023

Maratón de Adelaida (3) - La carrera

Madrugón y desayuno en la habitación, es lo que toca cuando el horario de comienzo de un maratón es absurdamente temprano, en este caso las 6:30 de la mañana; tras ingerir algunos alimentos con escasas ganas, salimos a la calle para recorrer los dos kilómetros que nos separaban de la salida, Marisa, Pîli y yo. A esas horas, aún había mucha gente por la calle apurando la fiesta de la noche anterior, nos miraban con cierto asombro, supongo que ni siquiera sabían que el maratón de la ciudad se disputaba esa mañana. Llegamos a la zona de salida con bastante tiempo y nos pusimos en la fila del baño, muy larga debido a la escasez de cabinas; la espera era larga y se acercaba la hora, así que decidí salir de la fila y buscar la zona de urinarios para no perderme el inicio de la prueba. Después de una preparación escasa, un largo viaje y una semana complicada previa a la cita, mis sensaciones no eran precisamente buenas; una caída a principios de semana me había dañado la rodilla, a lo que se unió un inoportuno episodio de fiebre y sido remate  un pinchazo el viernes antes de viajar a Adelaida, lo cque me privó de horas de sueño, necesarias después de mucho cansancio acumulado, pero como me dijo Depa el día previo a la carrera, ya había pasado todo lo malo y había que pensar en positivo.

Y así lo hice tras el pistoletazo de salida, tranquilo, con un ritmo estable que fui ajustando en los primeros kilómetros hasta rodar alrededor de 4'50'', suficiente para mi estado de forma; los kilómetros pasaban rápido y muy pronto recibí los primeros ánimos de Marisa que me ayudaron a seguir corriendo y olvidarme de lo incómodo que me estaba encontrando. El recorrido irregular debido a las raíces en los parques, los giros, bordillo etc, me impedían llevar un ritmo estable pero el plan se iba cumpliendo y se mantenía en los valores que yo había planeado.Tras más ánimos, ya con Alonso y Ángela acompañando a Marisa, empecé a plantearme la segunda mitad de la prueba, no estaba para mucho e incrementar el ritmo podría ser una locura, pero decidí chequear mi estado a partir del kilometro 18, cuando normalmente empiezo a atisbar lo que puede pasar al final.

El caso es que mis sensaciones no eran malas, pero tampoco buenas; mi paso por la media en 1h40'52'' era esperanzador, pero empecé a perder fuelle poco a poco, bajando al ritmo a 4'55''; me encontraba cansado, el recorrido era aburrido y la animación inexistente, salvo los encuentros con mi familia y algunos cruces con Pili que rodaba un poco por detrás de mi. Claro que en el km 21 me había tomado el primer gel y al poco me hizo un efecto muy positivo, empecé a encontrarme mejor y poco a poco me puse en ritmos entre 4'40'' y 4'45'' lo que me permitió alejarme de atletas que rodaban a tiempo similares a los míos. La distancia con ellos se fue incrementando y mi moral también aumentó, pensando que iba a poder acabar la carrera en positivo, como mandan los cánones, pero no iba a poder ser.

Poca preparación, viaje largo, problemas previos a la carrera... el cóctel perfecto para que las piernas empezaran a darme avisos a partir del km 30, los calambres me amenazaban e intenté bloquearlos tomando pastillas de sales minerales, pero ya era tarde, en el km 34 tuve el primer calambre fuerte que me obligó a parar alrededor de 20 segundos, estirar y seguir. No había perdido mucho tiempo, pensé que con esa parada podría ser suficiente, pero estaba muy equivocado y un rato después llegó el segundo, el tercero, el cuarto parón... Era imposible, no podía correr más de 500 metros sin acalambrarme, hasta se me pasó por la cabeza retirarme, pero no podía hacerlo en mi intento de completar los continentes, había que seguir, caminando o corriendo más lento.

Los segundos se fueron acumulando cada kilómetro y junto a los parones recurrentes provocaron que me sobrepasaran infinidad de atletas, mientras yo era incapaz de correr un kilómetro seguido; pasé un mal rato, calambres, dolor, desesperación,  la meta se acercaba muy  lentamente, pero se acercaba. No recuerdo cuantas veces paré, ni cuantas veces estiré hasta llegar al último kilómetro que tampoco pude hacer del tirón porque era prácticamente imposible. Al final, tras un giro en el vi la corta recta de meta y Angela al fondo, con la cámara inmortalizando mi llegada,  que fue caminando porque las piernas ya no me respondían. Sin embargo considero muy digno mi tiempo de 3h33'02'' que me ha permitido completar mi maratón en Oceanía y completar mi particular vuelta al mundo. No fue mi mejor carrera, pero conseguí esa medalla que tanto significa para mi.

Muchos me habéis preguntado ¿Y ahora que? He completado los majors, los continentes ¿que es lo siguiente?. La verdad es que no me planteo nada, las marcas y los números no son el motivo por el que corro, lo hago para disfrutar y compartir mis experiencias con familia y amigos; no sé si buscaré otro objetivo, pero el fundamental sigue siendo el mismo, correr maratones por el mundo y seguir contando mis sensaciones por aquí, sin más, pero nada menos.

martes, 12 de septiembre de 2023

Maratón de Adelaida (2) - La organización

 No es fácil organizar un maratón teniendo en cuenta la cantidad de factores que influyen para que todo se desarrolle con normalidad, aunque la dificultad aumenta si el objetivo es organizar una prueba que deje totalmente satisfechos a los participantes, e incluso es más difícil si tu objetivo es que acaben encantados con la organización; tras pasar unos cuantos días por tierras australianas, puedo asegurar que el país funciona con eficiencia, unas ciudades ordenadas, limpias y agradables para sus ciudadanos y unos medios de transporte que funcionan muy bien a pesar de las dificultades que entraña un país tan extenso; resumiendo, los australianos son eficientes, pero un poquito (o mucho) de pasión latina les vendría al pelo. Digo esto porque la organización del Adelaide Marathon es bastante correcta, pero no pasa de eso; todo funciona, se cumplen los mínimos exigidos, pero después de acabar ,te das cuenta que falta algo que hace que el corredor se sienta verdaderamente contento con el resultado global de la prueba.

Pero empecemos, como siempre, por la página web, correcta, con un diseño simple pero suficiente para obtener la información necesaria; sin embargo el proceso de registro en la prueba es farragoso, pues exigen un número de teléfono con prefijo australiano y tras varios intentos fallidos,  decidí inventarme uno y salir del paso. Es evidente que no hay mucha participación foránea en el evento y no tienen en cuenta este problema. Por lo demás, como es habitual, los mensajes al correo se multiplican los días previos a la prueba para que toda la información llegue a los participantes a tiempo; podría decir que la nota es uyn  bien a secas.

Ya en Adelaida, nos vamos a la feria, ubicada en un local posterior del estadio Adelaide Oval; tardamos en encontrar la entrada, no está señalizado y nadie sabe nada. Al fin alcanzamos nuestro objetivo, es un local pequeño, con tres expositores aparte del merchandising oficial, que es bastante escaso. La recogida del dorsal es rápida, la participación no es precisamente masiva y eso lo facilita; te dan el dorsal, unos imperdibles y adiós. ¿Y mi camiseta? No hay camiseta y una voluntaria tampoco aclara si hay camiseta de "Finisher" al acabar la prueba. Toca pagar unos cuantos dóilares y adquirir la camiseta oficial, que no tiene marca conocida, ni calidad suficiente, pero al menos es un buen recuerdo. Luego curioseamos un poco en el expositor de Saucony (patrocinador oficial) donde el descuento no es gran cosa, compramos unos calcetines bastante chulos que venden en un camión y nos vamos porque no hay más que ver. Bueno, he visto ferias peores que esta, pero tampoco muchas.

Vamos con lo importante, el día de la carrera que empieza a las 6:30 de la mañana; la hora de comienzo es inexplicable, supongo que es así para evitar molestias a la población de Adelaida, aunque visto el recorrido tampoco lo entiendo. La prueba se celebra en pleno incvierno, la temperatura es fresca, ¿Es necesario el madrugón? De remate, la salida y meta se ubica en un parque a las afueras de la ciudad, para entendernos, si fuera Madrid no llegaría al Retiro sino a algún parque grande por Vallecas o más alejado aún. Es obvio que "esconden" el maratón.

Y empezamos, recorrido inicial por una carretera separada por conos para internase luego en los parques de la ciudad y digo en los parques porque prácticamente no se corre más que por un par de calles, todo lo demás discurre por zonas peatonales y parques para evitar cortes de tráfico; a mi no me gusta correr por parques, lo reconozco y esta carrera es una auténtica sobredosis de paseos peatonales por el interior de parques, lo cual es muy molesto porque el terreno es irregular debido a las raíces de los árboles. Pero si con eso no tenemos bastante, el recorrido es una sucesión constante de giros en U, subida y bajada de aceras y rampitas muy inclinadas que rompen el ritmo de manera drástica,  es más, hay una súbdita corta pero muy empinada a 200 metros de meta, que lógicamente se pasas dos veces porque es un circuito de dos vueltas. 

El resto es correcto, está todo muy bien señalizado y las mesas de hidratación son grandes a un lado y siempre repletas de vasos, aunque yo eché de manos que algún voluntario  me ofreciera algún vaso en mano porque cogerlos de la mesa es incómodo y eso que soy chaparro, no digo nada para los atletas altos. Como ya he dicho, las necesidades básicas están cubiertas, pero no se esfuerzan para dar un buen servicio al corredor.

La meta está ubicada en el parque lejano, la recta de meta es ridícula y la llegada, por tanto, un poco sosa, a tono con la carrera; la medalla es bonita, te dan camiseta de Finisher y luego hay avituallamiento de agua, isotónicos y fruta, correcto sin pasarse.

No se puede decir que la organización del Maratón de Adelaida sea mala, pero tampoco que sea buena, con un suficiente lo apaño y es una pena porque cruzarse el mundo para correr en un recorrido tan feo da rabia, pero al menos puedo decir que he corrido en Oceanía, mejor olvidar el resto.


domingo, 10 de septiembre de 2023

Maratón de Adelaida (1) - El ambiente

 La elección de Adelaida para correr un maratón en Oceanía se fundamentó principalmente en su fecha de celebración, compatible con la disponibilidad de mi familia para viajar; Brisbane, Gold Coast, Melbourne y sobre todo Sydney son las pruebas más reconocidas por los atletas, pero tampoco podemos pasar por alto que la ciudad que cruza el río Torrens y que alberga el enorme Adelaide Oval, tiene una población de casi 1,5 millones de habitantes, que hacía suponer que su prueba tenía un considerable impacto en la ciudad.

Pero dicha suposición se empieza a esfumar en el momento en el que se aterriza en el modesto aeropuerto y de camino al hotel me doy cuenta que no hay ninguna referencia que indique que un día después (llegué el sábado) se iba a celebrar una prueba tan importante. Pero cuando ratifique el escaso impacto de la carrera en la vida de la ciudad, fue cuando me acerqué a recoger el dorsal en un pequeño espacio habilitado en la parte de atrás del estadio Adelaide Oval; allí, casi escondido, se encuentra el centro neurálgico de la prueba, como poca afluencia de atletas ya que la feria se reduce a dos o tres puestos y poco más. 

Había que ser positivo y pensar que la prueba en si tendría algo más de ambiente, pero tampoco, pues todo está pensado para que la carrera no impacte en la vida cotidiana de los ciudadanos adelaidanos, empezando por el horario de comienzo, las 6:30 de la mañana en pleno invierno con temperaturas alrededor de los 8 grados. Tampoco ayuda la ubicación de la salida, en un parque bastante apartado del centro donde no hay nada alrededor, tan solo una carretera. Es fácil imaginar que la presencia de público es escasa o casi nula en la salida, pero la animación tampoco mejora con el paso de los kilómetros, es más, parece que nadie sabe que se está disputando un maratón y el devenir de la prueba es tan soso como una tirada larga dando vueltas a la manzana.

Como la carrera discurre fundamentalmente por las afueras de la ciudad y por parques, no es fácil encontrar zonas de afluencia de público, tan solo algunos paseantes de parques y poco más; la llegada a meta tampoco mejora la estadística, casi nadie animando a los sufridos atletas que llega a la pequeña recta de meta. Y no se puede comentar nada más de un ambiente que es inexistente en este maratón.

Capítulo aparte merece mi afición, nunca falla y en Adelaida tampoco lo hicieron a pesar de ser una pequeña expedición formada por Marisa, Alonso y Angela, que me animaron en bastantes puntos de un recorrido bastante cómodo para los acompañantes; en realidad, creo que fueron los únicos animadores que vi en carrera y es una pena, porque los ánimos de los espectadores son la salsa de cualquier carrera que se precie.


lunes, 1 de mayo de 2023

Maratón de Zaragoza (3)- La carrera

Se podría decir que la prueba empezó el domingo previo a la celebración del evento, cuando salí a hacer mi último rodaje largo y tuve muchas complicaciones para completarlo debido a una fuerte sobrecarga en la pierna izquierda; al acabar, me di cuenta que tenía que dejar de correr unos días para poder llegar con posibilidades de correr en la ciudad del Ebro. Tras cancelar tres entrenamientos y una sesión de fisio, llegué a Zaragoza el viernes, cojeando levemente y esperando que las cosas mejoraran. El rodaje suave del sábado fue esperanzador, las molestias eran menores, pero seguía sin tener claro si la pierna iba a aguantar 42 Km; mi amigo Chipi me recomendó tomar un antiinflamatorio suave en el desayuno previo a la carrera y así lo hice; sorprendentemente, cuando llegué a la línea de salida de la Plaza del Pilar, las molestias había remitido mucho y podía calentar con normalidad. 

La mañana era soleada en Zaragoza, la temperatura era fresca, pero el Cierzo soplaba con fuerza como se había pronosticado, iba a ser una carrera complicada. Salí decidido a correr tras el pistoletazo de salida, sin pensar en la lesión y con el objetivo de disfrutar; la preparación había sido buena, estaba seguro que podía mantener un ritmo alrededor de los 4'40''/Km, pero no sabía si la pierna podría aguantar, así que la decisión era fácil, correr hasta donde pudiera. No tenía molestias y me ubiqué detrás de las liebres de 3h15' que, para variar, iban a un ritmo absurdo, muy por encima del objetivo, así que decidí olvidarme de ese grupo y juntarme con grupitos que se formaban espontáneamente.

La carrera era complicada de gestionar, era difícil llevar un ritmo constante debido al viento, seguí el consejo de mi amigo Guzmán y evité luchar contra el dios Eolo, había que mantener una cadencia y el tiempo sería mejor o peor en función de la dirección en la que soplara. Mi ritmo medio de 4'40'' era suficiente, quizás estaba para ir más rápido, peor no quería arriesgar, la pierna estaba respondiendo pero no estaba al 100% pues de cuando en cuando me avisaba de su estado. La carrera pasaba varias veces por el mismo punto, así que recibí los ánimos de Marisa varias veces antes de la media; justo antes de completar la mitad del recorrido, tuve fuertes molestias y estuve a punto de parar, pero remitieron bajando el ritmo y apretando los dientes. 

Pasé la media en 1h38'xx'', más lento de lo que yo quería, pero el viento y las molestias me impedían ir más rápido; quedaba mucho aún y el desenlace era incierto, así que me tomé el primer gel e inicié la segunda parte de la prueba, más dura que la primera sobre el papel y en la práctica. Pensé en incrementar el ritmo, pero no era prudente, las molestias no cesaban, el recorrido se volvía más aburrido y se iban notando los kilómetros en las piernas. Me acercaba al final y sabía por la descripción del recorrido de mi amigo Lobo que iba a llegar una parte dura, aunque no pensé que lo iba a ser tanto. Desde el kilómetro 32 al 37 se sube constantemente, una pendiente ligera pera sin descanso aderezada por un molesto viento de cara. La subida al Parque Grande fue dura, parecía que no acababa nunca, el esfuerzo mental para no venisrse abajo era enorme. Pero tras entrar en el parque y dar la vuelta quedaban sólo 5 Km y además favorables, estaba casi hecho.

Justo al dar la vuelta oí un grito de "ánimo Chuli", era una voz conocida, de mi compañera Ana, que estaba pasando el fin de semana en su Zaragoza natal; no me lo esperaba, me animó mucho, ya no quedaba casi nada, había que echarle huevos y piernas y lo hice. Aproveché la bajada para aumentar el ritmo y recuperar lo perdido en la bajada y lo hice sacando mis mejores kilómetros. Miré el reloj, el tiempo iba a ser bueno dadas las circunstancias, pero a falta de dos kilómetros me encontré con un "accidente maratoniano" que odio especialmente, un túnel que dejó tocadas mis piernas tras la bajada y lsubida posterior. Y como me temía y justo en el kilómetro 41, "zas", un calambre en el bíceps femoral izquierdo y parada completa. Estiré, la gente me animaba a seguir, no sabía si llorar o apostarlo todo, así que decidí lo correcto, seguir hasta que pudiera llegar. Me puse a correr y fui aumentando el ritmo poco a poco, aunque había perdido casi un minuto.

A
falta de 500 metros todo mi grupo de animadores estaba aplaudiendo, un nuevo subidón, ya estaba, sólo faltaba llegar a la Plaza del Pilar, girar a la izquierda y ver la meta que crucé con gran alegría en 3h18'12'', un tiempo que vale mucho después de todo lo padecido durante la semana y la carrera. Recibí muy satisfecho mi medalla, había acabado mi cuadragésimo sexto maratón, uno más si, pero el primero que he corrido son evidentes problemas físicos que pude superar. Quizás correr no fue la decisión más prudente, pero tenía que hacerlo. Zaragoza siempre quedará en mi recuerdo como un maratón especial, ahora toca recuperar y pensar en los siguientes retos.

sábado, 29 de abril de 2023

Maratón de Zaragoza (2)- La Organización

No es fácil crecer para un maratón como el de Zaragoza que se celebra entre las citas de Barcelona y Madrid, además se trata de una ciudad no demasiado turística  y su recorrido no es el mejor para buscar una buena marca. Sin  embargo, la organización de la prueba está empeñada en mejorar año tras año para conseguir una prueba más atractiva para los participantes.

La página web de la carrera está bastante conseguida, buen diseño, atractiva, con la información necesaria y con un sistema de registro bueno. Las semanas antes de la carrera, comienzan a llegar los mails informativos para que tengas todo listo para el fin de semana del evento. Una buena página web siempre ayuda, pero lo importante empieza el fin de semana con la celebración de la feria del corredor.

La feria se ubica en la Expo de Zaragoza, lejos del centro, por lo que es necesario desplazarse en transporte público porque no hay lanzaderas de la organización; el pabellón que acoge el evento es grandes puede pasear tranquilamente sin agobios y no hay esperas para la recogida del dorsal y la camiseta. No hay demasiado expositores, la mayoría locales y tampoco hay merchandising a la venta, sin embargo no es una mala feria: Para mi, el principal problema es que se ubica muy lejos del centro y eso le resta ambiente, a pesar de que el pabellón esté bien.

Nos vamos al domingo, día de la carrera, con centro neurálgico en la Plaza del Pilar, el corazón de la ciudad; es un acierto indudable que la salida y la llegada se ubiquen en la plaza, que a primeras de la mañana ya es un hervidero de atletas y aficionados. Además, desde un punto de vista práctico, hay mucho espacio para prepararse, se puede calentar sin problema por la calles aledañas y la zona de baños es suficiente. El acceso a los cajones es sencillo y la zona de salida es muy ancha, así que no hay ningún problema para correr con normalidad desde el pistoletazo de salida.

Los primeros metros de recorrido están vallados para evitar accidentes y luego, la carrera discurre por avenidas amplias que siempre son de agradecer: la señalización es bastante buena, con precisas indicaciones y voluntarios que te señalan en caso de duda. Los avituallamientos se ubican solamente en un lado, izquierda o derecha, pero es suficiente porque son largos y no hay un gran volumen de corredores; además hay muchos voluntarios ofreciéndote agua en botella o isotónico en vaso. Como dije en el anterior post, hay varios puntos de animación durante la prueba, suficientes, pero mejorable.

El recorrido está bien en general, creo que hay alguna cuesta evitable y también podría pasar cerca de más sitios emblemáticos, como la Aljafería y aunque la última parte es complicada de gestionar por la subida leve y continua al parque grande, los últimos cinco kilómetros son muy favorables y eso ayuda mucho. La llegada es muy bonita,  el último. kilómetro discurre por calles estrechas abarrotadas de gente y desembocando en la Plaza del Pilar donde se cruza una meta muy emotiva. Luego se recoge la medalla y te dan una bolsa con avituallamientos, aunque eché de menos que hubiera y espacio más amplío para descansar y que te ofrezcan avituallamientos en carpas, como en otros lugares,

Finalmente, quiero destacar el gran número de voluntarios que hacen un gran trabajo tanto indicando el recorrido, ofreciendo avituallamiento y al final asistiendo a los atletas, sin duda lo mejor de una organización a la que podría calificar con notable alto, porque creo que hay cosas que mejorar a pesar de su buen nivel.


sábado, 22 de abril de 2023

Maratón de Zaragoza (1)- El ambiente

Zaragoza es la quinta ciudad de España en términos de población, una ciudad importante, bien comunicada, pero sin demasiado tirón turístico, a pesar de tener una notable historia; que la ciudad no atraiga turistas afecta a la hora de conseguir inscripciones, aunque el número de participantes contando maratón y 10K fue de 6.000, una cantidad que parece bastante correcta para una prueba de las consideradas no masivas. 

Los organizadores de la prueba están empeñados en hacer que la prueba crezca, cambiando el recorrido y añadiendo mejoras año tras año; sin duda, la salida y llegada en la preciosa Plaza del Pilar es un atractivo importante, así como el paso por la antigua Expo, aunque no hubiera estado mal incluir algún punto turístico más de interés. Pero vamos a centrarnos en esta edición, en la que a pesar de la buena participación, el ambiente es pobre; las causas son diversas, la ubicación de la feria lejos del centro, la amplia participación local o simplemente que no hay demasiados atractivos turísticos susceptibles de ser visitados. Eso si, como se celebraba el campeonato de España militar, se podían ver a grupos numerosos de los diferentes cuerpos por el centro de la ciudad.

El día de la prueba, la zona de salida estaba abarrotada de atletas y también de público en general; tras el pistoletazo de salida, un gran número de aficionados animaban a los corredores en los primeros metros, algo que siempre es de agradecer. Después pasa lo de siempre, desparece el público y aparece de manera intermitente en zonas concretas, fundamentalmente en lugares por donde la carrera pasa varias veces: afortunadamente, la organización coloca animadores en varios puntos para que los corredores nos sintamos un poco más arropados. En términos globales, creo que la animación durante la carrera es bastante correcta, es verdad que se pasa por sitios prácticamente desiertos de público, pero se compensa con bastantes puntos por los que se pasa varias veces que siempre están llenos de aficionados animando; también es destacable el último kilómetro, que discurre por una calle estrecha repleta de público hasta que se llega a la preciosa llegada en la plaza del Pilar, punto neurálgico de la ciudad.

Mis animadores clásicos no acudieron a esta prueba, pero fue compensada por un numeroso grupo de "novatos" que me dieron un buen empujón de moral; todos ellos capitaneados por Marisa, que estuvo presente en los puntos más importantes de la carrera dándome ese apoyo que tanto necesito. En fin, soy un maratoniano afortunado con gran cantidad de animadores detrás, sin ellos, esto sería diferente. En Zaragoza mi afición ha vuelto a estar sobresaliente.

jueves, 13 de abril de 2023

Por las calles de Caesaraugusta

 La ciudad de Caesaraugusta fue fundada por los romanos en el año 14 a.C. sobre el asentamiento ibérico de Salduie; la nueva ciudad gozó del privilegio de tomar el nombre completo de su fundador, César Augusto. Con la invasión musulmana, la ciudad pasó a convertirse en uno de los reinos más importantes de la marca superior en el reinado de AlMuqtadir, que tuvo como comandante en jefe de sus tropas a un tal Rodrigo Díaz de Vivar; la expansión de sus tierras hasta Valencia y la construcción del Palacio de la Aljafería son los hitos más importantes de. aquel periodo. En 1118, Alfonso el Batallador devolvió la ciudad a manos cristianas desde entonces ha tenido un importante papel en la historia de Aragón y posteriormente en la historia de España, pues todos los españoles saben de la heroica resistencia de la ciudad ante la tropas napoleónicas comandada por el general Palafox, con la participación de esa mítica mujer denominada Agustina de Aragón.

Los buenos aficionados al deporte aún recordamos al boxeador Perico Fernández, que llegó a ser campeón del mundo y lógicamente a Conchita Martínez, natural de Monzón y ganadora de un Wimbledon; tampoco nos olvidamos de los cinco magníficos (Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra) que formaban aquella mítica delantera del Real Zaragoza y como no, recordamos el gol de Nayim que en la final de la Recopa, sin olvidarnos de las hazañas del CAI de Zaragoza y los hermanos Arcega Epi, un zaragozano que hizo historia en el baloncesto español. Y como este blog va de atletismo, también quiero mencionar a los atletas Toni Abadía y Carlos Mayo, del que aún esperamos buenas marcas.

Zaragoza es el lugar donde correré mi próxima maratón, la ciudad famosa por su basílica del Pilar, el río Ebro, el Palacio de la Aljafería, la ciudad de los adoquines, de los cachirulos, la ciudad de Bunbury, de Santiago Auserón, de Carmen París y de Guitarrica de la Fuente. En lo que mi respecta, es la ciudad de buenos amigos como Marina y Chipi, Guzmán y del mítico maratoniano Alberto Nuño "Lobo", con el que espero coincidir durante la carrera.

He intentado llegar a esta prueba en condiciones de hacer una buena marca tras una concienzuda preparación que se ha ido torciendo a medida que se acercaba el evento; tras la disputa de la media de Alcalá a mediados de marzo, se han sucedido los problemas musculares que al final se ha traducido en  una fuerte sobrecarga en la pierna izquierda que me ha obligado a parar dos días en esta semana previa, a lo que se ha sumado un catarro que dudo que se disipe antes del domingo; teniendo además en cuenta que el cierzo soplará el domingo en Zaragoza, como es habitual, la posibilidad de hacer una buena marca parece complicada, pero eso no importa demasiado si disfruto de la prueba en la que estaré arropado de nuevo por una numerosa y novata afición, pues salvo Marisa, ninguno de ellos me ha seguido en ninguna carrera. Sin embargo, estoy seguro que Esther, Pedro, Ana, Edu, Chipi, Marina etc me animaran sin descanso para conseguir completar de nuevo la distancia de Filípedes.

El domingo a las 8:30 estaré en la salida de la decimosexta edición del Maratón de Zaragoza, una bonita carrera que disfrutaré junto con uno de mis referentes maratonianos, Lobo y junto a una nutrida afición.


viernes, 27 de enero de 2023

Maratón de Egipto (3) - La carrera

El despertador sonó muy temprano, había que madrugar mucho porque las 7 de la mañana se inicia el maratón y además hay que desplazarse hacia la zona de salida, ubicada a unos 45 minutos del hotel; desayuné poco y tras última los preparativos me subí al autobús y me eché una buena siesta. Al llegar al templo de Hatsetsup, donde se inicia la prueba, estaba un poco dormido todavía, pero intente ponerme en marcha lo antes posible, aunque quedaba poco tiempo para el inicio y había que cumplir el ritual de ir al baño, echarse vaselina y las fotos de última hora antes de empezar.
Como la participación es bastante pequeña, no me ubiqué en la salida hasta últimas hora y además mal colocado, así que cuando sonó el disparo de salida, empecé a correr sin pensar demasiado en que empezaba un maratón; la salida es cuesta abajo, no había calentado casi nada y mi concentración era nula, así que a pesar de ir rápido mis sensaciones eran bastante malas, respiraba mal, las piernas estaban demasiado frías y empecé a preocuparme un poco. Mi objetivo inicial era hacer una carrera un poco más lenta que Málaga, pues no había preparado específicamente la prueba, pero parecía que no podía con mis piernas y de hecho, el Km 3 se me fue casi a 5 minutos. 
Había que tranquilizarse y poner un ritmo constante, así que decidí disfrutar del amanecer con los globos cubriendo el cielo del Valle de los Reyes y poco a poco mi ritmo se estabilizó; a esa mejora también contribuyó un atleta italiano, Sergio, que a poco de salir se puso junto a mi siguiendo mi ritmo y surgió una alianza que iba a durar muchos kilómetros. Fui recuperando sensaciones y aunque el ritmo nunca bajaba de 4'45'' estaba satisfecho porque estaba empezando a disfrutar de la carrera, más aún cuando completé la primera vuelta y. allí estaba toda mi afición animando sin parar y empujándome a hacerlo mejor. 
La segunda vuerta empezaba bien, el rimo era estable, la temperatura perfecta para correr y con un compañero que marcaba el paso a ratos, tocaba seguir; el recorrido no es bonito en general, pero se pasa por alguna zona de interés, como los colosos de Memón que yo no llegué a verlos durante la carrera porque estaba demasiado concentrado en sacar adelante un inicio tan irregular. Los niños corrían a nuestro lado en algunas ocasiones, los perros también, pero sin molestar y a pesar de una pequeña equivocación en un cruce mal señalizado, las cosas empezaban a ir mejor. 
A poco de completar la segunda vuelta hay un avituallamiento donde intenté coger un vaso, pero se escurrió y se cayó, no pasaba nada, bebería más tarde, pero Sergio había hecho los deberes y además de su vaso, había cogido otro para mi; lógicamente le di las gracias y ratifiqué mi idea acerca del atletismo popular, donde lo verdaderamente importante es la solidaridad entre participantes, más amigos que rivales, porque el objetivo no es la marca, sólo disfrutar de la carrera. Pero mi colaboración con Sergio iba a romperse pronto, pues ya me encontraba muy bien y sabía que podía ir un poquito más rápido y ya de paso adelantar algún corredor que iba bastante por delante, pero con el que tenía contacto visual. Así que tras pasar la media en 1h39', me impuse un ritmo más fuerte, entre 4'35'' y 4'45'' y poco a poco Sergio se fue quedando.
Estaba fresco, las piernas iban bien, el calor no había llegado y en el horizonte un corredor australiano al que fui comiendo terreno poco a poco, sin cebarme y a mi ritmo; conseguí sobrepasarle cuando completábamos la tercera vuelta. Faltaba una vuelta, notaba ya el cansancio acumulado pero no quería bajar el ritmo, así que seguí a lo mío, correr bien; tras el último empujón de mi afición,  volvía a incrementar un poco el ritmo hasta llegar a una zona en la que se da la vuelta en un "fondo de saco"donde me di cuenta que estaba sacando una buena ventaja a los atletas que había adelantado. No había mejor motivación para seguir con el cuchillo entre los dientes y no rebajar el ritmo, que seguía siendo bueno, aunque el calor empezaba a apretar. pero ya quedaba muy poco. Adelanté a un atleta alemán y enfile los últimos kilómetros con ganas pero un pco tocado.
A falta de unos 3 kilómetros volvía adelantar a otro atleta, éste creo que era egipcio y de los que habían salido como elite, pero estaba muy tocado y me animó al adelantarle; quedaba poco, yo ya estaba bastante tostado y para llegar a meta había que volver a subir lo que bajamos al principio, pero no era momento de rendirse y enfilé la subida lo mejor que pude hasta que vi en el horizonte la pancarta de meta. Miré mi reloj, estaba claro que el circuito estaba mal medido, más corto que los 42 Km, pero no importaba, había que cruzar la meta, solo, con mi afición animando sin parar y von el templo de Hatsetsup al fondo, un tremendo "layout" en el que completaba mi cuadragésimo cuarto maratón en 3h 10'53'', una buena marca, aunque el circuito estaba mal medido.
Después de entregarme la medalla tuve curiosidad por saber mi puesto en la clasificación, pues mis amigos me dijeron que había llegado entre los diez primeros; pregunté a la organización pero no me supieron aclarar nada y me remitieron a la fiesta de la tarde, donde pude comprobar que había llegado en quinta posición, algo que reconozco me hizo ilusión, aunque teniendo en cuenta el nivel del maratón, hay que verlo con perspectiva. Tras las felicitaciones en meta, me quedé esperando a Sergio, que llegó un poco más tarde y al que felicité por su carrera y por su compañerismo. Un poco más tarde llegaba Pili, primera de la categoría femenina, una excelente maratoniana que nunca falla, ni como atleta ni como amiga.
A pesar de los fallos organizativos, Egipto ha sido una bonita experiencia maratoniana, una carrera muy familiar, en un bonito entorno, mejorable, pero que recomiendo a los que quieran visitar un país tan apasiono ate como Egipto y además correr tu distancia favorita. 

miércoles, 25 de enero de 2023

Maratón de Egipto (2) - La organización

 El maratón de Egipto cumplió su trigésimo aniversario en esta edición, razón por la cual se celebró un sencillo acto durante la cena de gala en el que los propios organizadores sacaron de pecho de su buena gestión y de su exitosa idea de celebrar esta prueba en Luxor; nunca me han gustado este tipo de actos de autocomplaciencia, menos aún cuando no hubo ni una sola referencia a los verdaderos protagonistas de la prueba, los atletas. Con esta anécdota sólo pretendo introducir el tema que ocupa este post, es decir, la organización del evento.

Egipto es un país con un patrimonio extraordinario que atrae a millones de turistas cada año para contemplar sus maravillas únicas en el mundo; es indudable que organizar una maratón en este país es una idea genial, un éxito asegurado, que no debería suponer una merma en la calidad organizativa que se puede calificar como chapucera, desastrosa o incluso vergonzosa, que cada uno elija el adjetivo que más le guste- Todo comienza con la inscripción, un reto inalcanzable para un ser humano, pues tras escribir unas cuantas veces a la organización al mail que ellos publican en su página, la respuesta fue siempre la misma, ninguna. Una vez que falla la vía principal y si tienes ganas de participar, tienes que usar el plan B, que realmente es el único plan posible, contactar con una de las agencias de viajes que organizan el viaje no solo a la carrera, sino también al resto de la visita por el país de los faraones. Al menos en mi caso, me fue imposible la inscripción por mi cuenta. Huelga decir que la página web es un desastre, no tiene información relevante y su diseño se puede equiparar a un Spectrum, es decir, obsoleto. 

Pero bueno, pelillos a la mar, la agencia organiza todo y llegamos a Luxor tras un largo viaje con ganas de descansar en el complejo de cinco estrellas que organiza el evento; primer chasco, las cinco estrellas aún están pintadas en la pared del Jollie Ville, pero hace tiempo que se debieron perder dos o más porque el hotel está viejo, la comida es mala y el servicio es pésimo, pero bueno, nos decimos, hemos venido a correr, no a disfrutar de un resort.

Llega el día de la carrera, la zona de salida y llegada se encuentra muy alejada del hotel, al lado del valle de los reyes, un lujo que supone un desplazamiento en bus de unos 45 minutos, que está bien organizado; pero desgraciadamente los aciertos acaban pronto y se empiezan a notar las chapuzas, como unos baños muy escasos en la zona de salida y nulos en resto del recorrido, aunque según la organización hay uno dentro de un café que yo nunca vi.

El recorrido se desarrolla principalmente por una carretera, con bonitas vistas de los globos al salir y el paso cercano a los colosos de Memón que se pueden admirar mientras corres; el problema es que la carretera no está cortada del todo, sólo se reserva un pequeño carril delimitado con conos para los atletas, lo que supone inhalar el humo de coches, camiones y autobuses que pasan por la zona y cuyo control de gases es mejorable. Aparte de este inconveniente, el recorrido no está bien señalizado, hay pocos voluntarios y la policía que regula el tráfico es demasiado permisiva, así que más de una vez toca hacer algún quiebro para evitar que te atropellen.

Capítulo aparte merecen los avituallamientos, dispuestos de manera anárquica, claro que al ser un circuito al que se dan cuatro vueltas, al final sabes donde beber agua, porque las bebidas isotónicas brillan por su ausencia; además, las mesas son muy pequeñas y muy bajas, los vasos son casi de chupito y los voluntarios no se molestan en ofrecerlos, así que cada vez que quieres reponer líquido tienes que hacer un escorzo hacia abajo para llegar y eso lo digo yo, que soy chaparro, no quiero imaginar que tuvieron que hacer los atletas más altos.

Para rematar la faena, en la última vuelta hay zonas que ya han abandonado los voluntarios, incluso zonas donde han retirado las vallas y hay que correr junto a los coches que, hasta que por fin enfilas los últimos dos kilómetros y llegas a meta dándote cuenta que el circuito está mal medido, son menos de 42,195 Km los que marca tu gps y te das cuenta que tras treinta años no han sido capaces de corregir un defecto tan evidente.

La medalla que te cuelgan no está mal, pero el avituallamiento post carrera es lamentable, te dan agua en el vaso de chupito y nada más, aunque vi por la mesa un trozo o dos de plátano de color negruzco que no resultaba muy apetecible.

La cena de gala posterior con espectáculo de bailes locales está incluida en el precio, pero no es precisamente una maravilla, más bien es una gala sosa y casposa.

En resumen, tras 44 maratones, puedo decir sin temor a equivocarme, que este es el maratón más chapucero y cutre que he disputado y es triste porque con muy poco esfuerzo se podría mejorar notablemente el servicio al corredor; eso si, los organizadores están muy ocupados en mirarse el ombligo porque tienen participación asegurada año tras año, es la ventaja de organizar una carrera en un sitio tan atractivo turísticamente.

lunes, 23 de enero de 2023

Maratón de Egipto (1) - El ambiente

Como ya expliqué en el post previo, el Maratón de Egipto no se puede considerar una prueba estándar, se podría definir como un maratón "privado" cuyo epicentro de operaciones se encuentra en  un hotel ubicado a las afueras de Luxor, donde se alojan prácticamente todos los participantes y donde se celebra una cena  como fin de fiesta con todos los atletas invitados. Es fácil averiguar que no se trata de una prueba masiva, la participación es modesta pero el hecho de convivir en el mismo lugar durante el fin de semana, hace que sea sencillo conocer atletas e incluso entablar amistad con algunos. 


El día previo a la prueba se entregan los dorsales en un horario establecido, de manera que puedes ya conocer a tus compañeros de aventura y compartir experiencias con algunos; todos los atletas son extranjeros y de procedencia diversa, no solo de países europeos como Italia, Francia o Alemania, también había norteamericanos, chilenos, japoneses, australianos... El ambiente atlético impregna las zonas comunes del hotel esa tarde, pero continúa por la mañana en el desayuno y posterior desplazamiento a la zona de salida y llegada de la prueba, junto a la tumba de la reina Hatsetsup.

La prueba se inicia muy temprano, no hay demasiada gente en la zona de salida y llegada, básicamente los atletas, amigos y  familiares que les acompañan; es una salida bonita, muy familiar, aderezada por los globos aerostáticos que sobrevuelan ese área en ese mismo momento. Una vez metidos en el recorrido de la prueba, nadie anima, no hay aficionados por las carretera, tan solo los voluntarios y algunos niños que a veces se ponen a correr a tu lado, te chocan la mano o te preguntan tu nombre; aunque a veces se ponen un poco  pesados, me gustaron mucho los ánimos de los pequeños durante la carrera, le dan un toque especial.

El último kilómetro y medio es cuesta arriba,  no hay nadie animando, pero se compensa con la llegada a meta, donde se concentra todo el público que anima sin parar a cada corredor, porque al ser tan pocos, fuimos llegando de uno en uno y es muy emotivo recibir los ánimos de los aficionados cuando cruzas la línea de meta. Después te ponen la medalla y pasas a la zona de llegada donde puedes  compartir la experiencia con otros atletas o simplemente con el público.

Capítulo aparte merece mi animación particular, compuesta, esta vez, por 12 personas, incluyendo nuevas incorporaciones desde Alicante; una vez más fueron los protagonistas de la carrera con sus banderas, sus ánimos y su buen humor. Otros españoles se unieron al grupo para dar un color verdaderamente español a la prueba; fueron los verdaderos animadores de la competición, volvieron a ser los mejores. Soy un atleta del montón con la mejor animación del mundo.

Me ha gustado el ambiente de este maratón, es muy familiar, hay mucho contacto entre los atletas y la llegada es muy emotiva; no todos las carreras pueden tener este ambiente, lógicamente las pruebas masivas carecen de estas condiciones, aunque la animación ene las calles es mucho mayor; en fin, he quedado satisfecho con la experiencia, a pesar de los múltiples fallos organizativos, pero esa historia os la contaré en el próximo post.



martes, 10 de enero de 2023

Tras las huellas de Amenhotep II

No es ningún secreto que la civilización egipcia fue, probablemente, las más avanzada del planeta desde sus orígenes hasta su declive tras la conquista romana; la ciudad de Menfis fue la capital del imperio durante el periodo antiguo, en el que se construyeron las famosas pirámides de Keops, Kefren y Micerinos, vigiladas por la imponente esfinge de Gizah. El esplendor del imperio antiguo fue decayendo y a partir del periodo intermedio la capital se trasladó a Tebas, capital del Imperio Medio y del Imperio Nuevo, una esplendorosa ciudad donde se desarrolló el máximo apogeo de la civilización egipcia. Tres mil años después Tebas ya  no existe, la moderna ciudad de Luxor ocupa el lugar que ocupó la capital del imperio, cuyas ruinas son visitadas por miles de turistas atraídos por los enigmas de la civilización egipcia.
En Luxor, desde hace treinta años, se celebra el único maratón del país, el Maratón de Egipto, una prueba consolidada en el el calendario atlético africano que intenta aglutinar deporte y turismo, pues es fácil imaginar que prácticamente todos los corredores que compiten compaginan ambas actividades; es una carrera no demasiado numerosa, que se corre en un circuito de asfalto al que hay que dar cuatro vueltas y presuntamente se pueden observar algunas maravillas arqueológicas a la vez que se compite. El próximo viernes se celebra la trigésima edición del Egyptian Marathon y estaré en la línea de salida a las 6:30 de la mañana para iniciar una experiencia desconocida, pues soy de la opinión que este maratón se va a parecer muy poco a los que suelo correr en otros lugares.
Dejando a un lado la carrera en si, este evento está bastante alejado del concepto que me gusta pues me considero un "freelance" del maratón, ya que siempre organizo el viaje a mi gusto, eligiendo un lugar atractivo para correr y visitar, un hotel que cumpla los requisitos que demando y completando el viaje con unos días por la zona; sin embargo para correr en Egipto hay que contratar todo por agencia, tanto las noches previas a la carrera, la prueba en si y obviamente el crucero posterior por el Nilo, pero es evidente que este país no es fácil para viajar sin la ayuda de profesionales del turismo. De hecho, llevo años intentando viajar a Egipto, pero las condiciones no eran las adecuadas para viajar; sin embargo ahora las cosas están mucho mejor y  el turismo está volviendo en masa para deleitarse con las maravillas que ofrece el país. Nuestra expedición que estará compuesta por 14 personas, pues aparte de mi grupo incondicional de animadores, nos acompaña Pili y tras amigas que completan este nutrido grupo atlético turístico. Pili y yo competiremos en maratón, Noe hará la media y el resto, a buen seguro, dará colorido español a la carrera y nos llevarán en volandas a meta.
No he entrenado específicamente esta prueba, después de Málaga el objetivo ha sido recuperar, correr varias carreras navideñas cortas y afrontar esta prueba sin hacer nada especial, no obstante creo que voy a ir razonablemente en forma y espero hacer una buena carrera. 
Egipto no ha dado grandes atletas al panorama mundial, balonmano, fútbol y sobre todo lucha libre son los deportes más potentes, pero no el atletismo; por eso he tenido que rebuscar un héroe deportivo en las épocas imperiales y he encontrado al gran Amenhotep II, hijo de Tutmosis III, famoso por sus hazañas militares, pero también por ser considerado el primer deportista egipcio, pues ejecutaba a la perfección todas las actividades militares, tenía un cuerpo atlético e incluso se decía que hacía deporte con el único propósito de entrenar. En una época en la que el deporte no existía, Amenhotep hizo gala de su superioridad física en la vida militar, quizás hoy en día podría ser uno de los atletas que partirán de la línea de salida en Luxor para contemplar la distancia que hizo famosa Filípedes años después. El viernes corro mi segundo maratón en África y espero que el espíritu deportivo del famoso faraón nos empuje a todos para conseguir disfrutar plenamente de la experiencia.