martes, 27 de diciembre de 2011

Regreso a Vallecas

Acabo de recoger mi camiseta- dorsal para la San Silvestre Vallecana 2011. Después de tres años ausente, vuelvo a correr esta  prueba, la más multitudinaria y sin duda, la más divertida del calendario atlético español. Este año 36.000 atletas tomarán la salida en el lateral del estadio Bernabeu para cubrir los 10 Km que les llevarán al popular barrio vallecano. Una carrera muy bonita, pero con más de una pega.
Corrí mi primera Sansil en 2004 y para mi fue una auténtica experiencia, pues por aquel entonces  era bastante novato y me dejé impresionar por aquella multitud de runners vestidos todos con una bonita camiseta roja y de manga corta. En 2004 aún se salía de la Plaza de la república Argentina y el recorrido era aún más rápido que el de ahora, pero aparte de mi marca, que fue simplemente aseada, recuerdo que lo pasé genial y me propuse volver a correr siempre que pudiera. Y repetí en 2005, 2006 y 2007, año en el cual se comenzó a salir desde el Bernabeu y cuando la cifra de corredores se elevaba ya a 20.000. Después de esta última, corrí la San Silvestre Berciana en Ponferrada en 2008 y el Cross de las Doce Uvas en Valladolid en 2010, pero no competí en 2011.
Aunque ya han pasado cuatro años, creo que puedo hablar con cierta propiedad de esta prueba, que tiene un encanto especial pero que está excesivamente masificada a pesar de las salidas por oleadas y cajones. Ya en 2007 había serios problemas para meterse en los cajones y eran 15.000 runners menos, así que ni me quiero imaginar lo que me espera. Pero además, hay que tener en cuenta que hay un buen número de "globeros", novatos, inconscientes o como se los quiera llamar, que año tras año se cuelan en las posiciones delanteras en la salida y luego se convierten en un estorbo muy peligroso para los corredores que comienzan la prueba lanzados. Obviamente, la organización no es culpable de este tipo de comportamientos, pues toda responsabilidad recae en estos "atletas" irrespetuosos e ignorantes que no se dan cuenta de que pueden provocar un accidente.
Claro que los únicos problemas no se dan sólo en la salida, pues una vez en carrera la densidad de corredores es tan grande que adelantar se convierte en una gesta casi heroica. Y es que, por mucho que estiren el número de participantes, la realidad es que las calles de Madrid tienen un área fija y aunque no soy un especialista en medir el número de personas por metro cuadrado, el sentido común me dice que 36.000 personas ocupan casi constantemente el recorrido de la prueba desde su inicio hasta la meta en Vallecas. Y el problema de los adelantamientos no se puede considerar el más importante, pues considero que un simple traspiés de un corredor podría provocar una montonera importante, con sus consecuencias posteriores.
La meta es otro punto crítico; son demasiadas personas para una carrera que se termina en un plazo de una hora. Por mucha colaboración de los participantes, está claro que se congestionan los transportes públicos y ni que decir tiene la que se monta en Vallecas con los que han osado en acercarse con el coche.
Dejando al lado todos estos problemas, la carrera es muy divertida, muy agradable de correr y una bonita experiencia que recomiendo a cualquiera que quiera hacer sus pinitos en el mundo atlético. Es una cita casi obligada horas antes de comer las uvas, pero los organizadores deberían cuidar un poco más los detalles que he mencionado. Para que una carrera sea redonda, no basta con crear un misterio en torno al color de la camiseta de turno, o intentar batir records de participación año tras año, ni siquiera contar con un formidable elenco de profesionales compitiendo. Todo eso está muy bien, pero hay que pensar en el corredor, en los 36.000 runners que atravesarán una vez más el centro de Madrid la última tarde del año. Ellos son los verdaderos protagonistas y hasta que no se entienda eso, la Vallecana seguirá siendo una gran carrera, pero...

viernes, 23 de diciembre de 2011

La Navidad del runner

Luces en las calles, tiendas llenas de regalos, compras, cenas , encuentros familiares... Nos guste o no, la Navidad es la fiesta más especial del año y no por su tirón consumista, sino porque la gente saca lo mejor de si mismo para desear felicidad a sus seres más cercanos y en general a toda la sociedad. En estas fechas, todos estamos dispuestos a echarnos una mano, a ser mejores con los demás y a sonreir con más frecuencia de lo que hacemos habitualmente para expresar nuestros sentimientos. Es una pena que todo esto lo hagamos sólo en esta época del año, pero habrá que conformarse con saber que, al menos, lo hacemos una vez.
Para un runner la Navidad es una época tan atareada como para los demás: cenas, compras, festivales infantiles, visitas a familiares... y además salir a correr. A algunos todo este ajetreo les invita a tomar un respiro y dejar sus aficiones apartadas durante una o dos semanas. No suele ser lo habitual en los que nos dedicamos a correr, porque los últimos días del año, además de las ya mencionadas cenas y eventos, también están plagadas de carreras típicas en estas fechas; pruebas llenas de ambiente, de un colorido especial y de un "buen rollo" aún mayor de lo que se estila en el mundo del atletismo. Y no estoy hablando solamente de las famosas "sansilvestres" que se celebran en numerosas localidades españolas, sino también de otras muchas pruebas que conmemoran la Navidad o la llegada de los Reyes Magos.
Pero es evidente que es difícil integrar el alboroto navideño con los entrenamientos. Las comilones, trasnochar o beber en exceso pueden pasarnos factura y por eso es necesario cuidarse de caer en demasiadas tentaciones. Claro que no soy un ejemplo de ortodoxia, pues considero que se pueden compatibilizar los entrenamientos, con los distintos compromisos que se acumulan en estos días. Creo que un poco de turrón o de vino no van a influir demasiado en mis modestas pretensiones atléticas y si ya cuesta a veces ser el "rarito" que se cuida de no beber alcohol ni comer en exceso, llevar a cabo  abstenciones radicales no supondrían ninguna mejora.
Siempre lo he sabido, pero desde que Depa se hizo cargo de mis entrenamientos, me hizo ver que este deporte, como los demás, se practica para pasarlo bien y disfrutarlo. Cuando se correr por correr, por el puro placer de sentir  el viento en tu cara, escuchar el sonido de tus zapatillas sobre el suelo o admirar el arcoiris mientras llueve sobre tu cabeza, entonces no importan los tiempos, los puestos ni los objetivos, simplemente se disfruta de este maravilloso deporte.
Por eso, a todos los que os gusta que correr, o a los que os gusta realizar cualquier otra actividad, os aconsejo que disfrutéis al máximo de vuestras aficiones, pero sin descuidar a las personas que os rodean, vuestros amigos, familiares y seres queridos: Ellos son más importantes que cualquier marca y merecen que no seáis esclavos de vuestros entrenos. Quería recordarlo en estas fechas en las que os deseo todo lo mejor. A todos los que leéis mi blog, a mis amigos, a mi familia y a todos los runners en genberal: FELIZ NAVIDAD




martes, 13 de diciembre de 2011

Parón obligado y vuelta a empezar

Os contaba la semana pasada que el domingo 11 volvía a la competición en San Martín de la Vega. Pues bien, el pueblo que acoge a Piolín, Batman, Silvestre y al resto de los integrantes del Parque Warner, tendrá que esperar para verme competir por sus calles, porque un inesperado catarro me ha dejado fuera de la circulación durante el fin de semana.
Los síntomas empezaron el viernes, día de descanso, así que decidí no entrenar el sábado par a intentar llegar bien al día de la carrera; sin embargo, el domingo por la mañana volvía a sentir las piernas "flojas" y descarté ir a competir, pues un esfuerzo importante podría haber supuesto unas consecuencias poco deseables, sí que hice lo más prudente, quedarme en casa y esperar un día más para estar recuperado. 
Comenté mi problema a Depa que también me recomendó prudencia, pero el lunes me sentía bien y salí a rodar suave, abrigado y disfrutando de la actividad que los virus me habían arrebatado los dos días anteriores. Hoy he vuelto a entrenar y aunque no estoy al 100% puedo decir que he vuelto a la normalidad y espero que dure hasta el mes de marzo, cuando me vuelva a enfrentar a la distancia de Filípedes en Barcelona.
Por el momento, llegan las fiestas navideñas, con sus dulces, sus comilonas, sus cenas familiares poco digestivas y sus regalos.  En casa ya estamos decorando la casa de arriba abajo, incluido el montaje del nacimiento, que espero mejorar respecto al año pasado. Todo este trabajo "extra" no va a evitar que siga cumpliendo a rajatabla con mis entrenos pues después de la cancelación de la carrera del domingo, mi vuelta a la competición se aplaza al último día del año, en el que intentaré hacer una buena San Silvestre antes de comenzar con  el entrenamiento serie de cara a Barcelona.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Buenas sensaciones

Dice el refrán que "a rey muerto, rey puesto" y eso se puede aplicar perfectamente al maratón, pues mi carrera de Nueva York ha pasado definitivamente a la categoría de recuerdos y mis pensamientos se centran mayoritariamente en el reto que en poco más de tres meses me espera en las calles de Barcelona. Obviamente no me sobra el tiempo, por lo que mis entrenamientos empiezan a ponerse serios poco a poco. De hecho, acabé la semana pasada con más de 65 km recorridos y las previsiones indican un aumento en la semana en la que estoy inmerso. Una semana que culminaré con la disputa de la Carrera de Navidad de San Martín de la Vega, a la que voy a acudir sin preparación especial, sin ningún tipo de presión y sin descanso, pues Depa considera que como no es un objetivo hay que entrenar igual que si no tuviera carrera y no voy a descubrir ahora que Depa lleva siempre la razón, para eso me entrena.
Sin embargo voy a salir a por todas el domingo, supongo que notaré el cansancio en las piernas, pero también espero confirmar las buenas sensaciones que estoy teniendo en los entrenos de esta semana. No sé si se trata de la famosa "compensación" después del maratón, pero mis rodajes son buenos y en los cambios de ritmo que he realizado, andaba como una moto. Con todo, no creo que pueda acercarme a mi marca, pero bueno es intentarlo.
Las esperanzas por superar mi marca se centran en la San Silvestre Vallecana, a la que regreso después de dos años de ausencia. No es una carrera que me guste especialmente como prueba atlética, sino más bien como pasar un buen rato antes de finiquitar el año, pero es evidente que su recorrido puede ayudar a conseguir mi meta; no en vano, ya batí mi marca en una San Silvestre, aunque la preparé específicamente, cosa que no va a pasar en esta ocasión.
En cualquier caso, mi objetivo final es el maratón barcelonés, aunque antes correré una o dos medias; de momento estoy inscrito en Getafe, una carrera rápida y bonita que me trae buenos recuerdos y donde espero intentar abordar mi marca en la distancia con posibilidades. Hasta entonces debo seguir entrenando, aumentando la carga de kilómetros y mejorando en los entrenos de calidad para conseguir lograr o mejorar la forma que me permitió realizar esa gran carrera en la ciudad de los rascacielos. Pero eso es pasado, miremos al futuro.