martes, 24 de octubre de 2017

Y galgo corredor...

"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor". De esta manera comienza una de las obras maestras de la literatura mundial, "Don Quijote de la Mancha", que como todo el mundo sabe, fue escrita por el alcalaino más universal, Miguel de Cervantes. Pero Alcalá  es mucho que más que la orgullosa ciudad natal de Cervantes, pues su privilegiada situación, a la ribera del hermoso río Henares ya atrajo a los antiguos romanos que fundaron la ciudad de "Complutum", de la que aún se conservan restos arqueológicos; posteriormente, los árabes establecieron la ciudad de Alcalá Nahar, que fue finalmente reconquistada por los cristianos y conocida com Alcalá de Henares. Sin embargo, esta ciudad alcanzó su mayor renombre en el siglo XVI con la creación de la Universidad de Alcalá por parte del Cardenal Cisneros, donde estudiaron personajes tan ilustres como Lope de Vega, Calderón de la Barca o Jovellanos. Hoy en día sigue siendo una gran y hermosa población, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y con una permanente oferta cultural que le hacen una ciudad de visita imprescindible.
Para mi, Alcalá es aún más importante de lo que dice la historia, pues aquí ha nacido mi hija y ha crecido junto a su hermano, que vino aquí con 2 años; puedo decir sin equivocarme que es mi casa, aunque tengo alguna más repartida por ahí.
En fin, toda esta introducción sirve para anunciar que el próximo domingo correré en casa la II Edición de la Maratón de Alcalá, una prueba nueva que no pude inaugurar, porque el año pasado coincidió con mi cita en Frankfurt a la que ya estaba inscrito, pero a la que lógicamente no podía falta este año, en el que se dan varias coincidencias notables: voy a correr mi 30º maratón en el día que celebraré mi 23º aniversario de boda con Marisa; no se puede pedir más.
Centrándonos en el tema atlético, el joven maratón alcalino es una prueba modesta, pero que a buen seguro va a mejorar sus registros en poco tiempo; para ello, cuenta con un recorrido prácticamente plano, de dos vueltas, pero bastante bien conseguido, mezclando avenidas grandes con zonas del casco histórico. Algunos se quejarán del adoquinado de la calle Mayor, pero tranquilos, son solo unos 300 metros por vuelta; el resto discurre por calles bien asfaltadas, con alguna zona más expuesta al viento y con una buena temperatura para correr. Además del maratón, se celebra una maratón por relevos y un 10k, que espero que no afecte a los maratonianos. Parece un buen circuito para hacer marca y el hecho de una participación no masiva, en mi opinión, ayuda a la consecución de buenos registros.
Para mi, este maratón es uno más en cuanto a objetivo, es decir, lo importante es acabar y si la marca es decente mejor, pero no me planteo hacer un tiempo importante. Después del caluroso verano y lo que llevamos de otoño, ha sido difícil entrenar y en mi caso se agravó con una lesión de la que ya me he recuperado, pero que me impidió llegar en óptimas condiciones a la cita de Varsovia; pero tras las tres semanas de entrenamiento que me ha programado Depa, mi impresión es que estoy mejor que en Varsovia y que podré hacer una buena carrera. Para ello, contaré con la compañía de la insuperable Pili, con la que voy a compartir este reto y espero que también se puedan sumar al grupo otros dos amigos, Charly, al que una lesión le ha impedido llegar a su mejor nivel y Javi, al que intentaré convencer para que nos siga.
Y claro está, que corra en casa y a solo 30 Km de Madrid no significa que mis seguidores se queden en clase cama, ya que no hay viaje de por medio, de manera que habrá una numerosa representación en las calles complutenses a los que se van a sumar otros amigos de la zona, como la inigualable Garci y familia, que a buen seguro me darás su apoyo el domingo.
Complutum, Alcalá Nahar, la universidad y el imponente río Henares serán, esta vez, invadidos por esos "galgos corredores" de los que hablaba Cervantes en su obra, esforzados atletas populares que  gastarán zapatillas por el maravilloso entorno de la ciudad que le vio nacer.
Todo está preparado para el domingo, ahora hace falta correr y disfrutar de mi trigésimo maratón en mi hogar actual; ahora toca, otra vez, disfrutar de la prueba que más me gusta.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Maratón de Varsovia (3) - La carrera

Una fina lluvia caía sobre Varsovia cuando salí a la puerta del hotel donde me esperaban Pablo y Duquito; había dormido plácidamente, pues no tenía presión alguna para afrontar mi 29º maratón. Desayuné en la habitación del hotel y tras descansar un poco, me cambié y bajé al hall donde había quedado. Paseamos hasta la salida donde ya había mucha gente calentando, así que tras prepararme, dejé la bolsa en el camión correspondiente y me puse a calentar ligeramente hasta que me dirigí a la salida tras un paso por el baño. Aunque tenía plaza en el primer cajón, me coloqué detrás junto con Duquito, pues ya había descartado una buena marca y además, mis sensaciones no habían sido buenas las semanas previas .
Duquito decidió acompañarme, aunque le advertí que mi ritmo iba a ser tranquilo; empezamos detrás del globo de las 3h20', a un ritmo de 4'45'' que me resultaba fácil de seguir a pesar de mis malas sensaciones en las piernas; era evidente que no iba tan fresco como en Las Palmas o Lima, pues tenía las piernas rígidas y muy pronto el sóleo de la pierna derecha me empezó a molestar; aunque Duquito me distraía con sus historias y chistes malos, yo no iba cómodo y empecé a alejarme del globo, hasta pasar el km 10 en 48'. Fue entonces cuando recibí los primeros ánimos de mi afición, pero yo seguía preocupado porque quedaba mucha carrera y  no me sentía tan bien como debiera.
Duquito me animaba con mucha paciencia, pero mi ritmo cayó hasta los 4'51'', a la vez que muchos corredores empezaban a adelantarnos para mi desesperación; al borde del kilómetro 20, también nos pasó el globo de las 3h25' y me conjuré para que no pasara con el de las 3h30', porque estaba perdiendo ritmo y ganas.
Pasé al media en 1h42'20'', lo cual no estaba mal si no seguía perdiendo tiempo, así que había que empezar a cambiar las cosas; le dije a Duquito que tirara, porque el iba fresco y tras quedarme solo, empecé a encontrarme mejor y comencé a avivar ligeramente el ritmo y a pasar a atletas. Había tocado fondo, pero empecé a remontar y a adelantar a corredores poco a poco. Recibí, de nuevo,  los ánimos de mi afición en el km 23, aún por detrás del globo de las 3h25' que tenía a la vista y que me propuse adelantar; me animaba el comenzar a "recoger cadáveres", pero no quería volverme loco porque la segunda parte de la carrera es más dura que la primera, por lo que había que regular bien para evitar sorpresas.
A pesar de los repechos de esta segunda mitad, mi ritmo se estabilizó en 4'52'' y no cambió hasta el final; la fina lluvia no cesaba y la temperatura era ideal para mi, así que empecé a animarme cada vez más, remontando posiciones hasta que volví a echar mano al globo de llas 3h25', allá por el km 28. Poco después recibía mi tercera dosis de animación, confiando en rematar la faena en los últimos 10 km, que se me hicieron más duros de lo esperado.
Era evidente que no estaba tan bien como otras veces y que me iba a tocar sufrir para mantener el ritmo, porque acelerar era una utopía; seguía recogiendo cadáveres y peleando contra el reloj a pesar de la lluvia y de la aparición del viento; no iba a ser un gran tiempo, pero si una marca muy digna teniendo en cuenta el ajetreado verano de calor y lesiones que he pasado. Y aunque a última hora, el globo de las 3h25 me volvió a echar mano, sabía que mi maraca se iba a quedar en torno a ese tiempo y me daba por satisfecho.
Encaré la última recta con fuerza, aunque muy cansado, para cruzar la meta en 3h25'16'', en una maratón donde podría haber hecho un mejor tiempo de haber entrenado mejor, pero dadas las circunstancias, creo que hice una carrera muy meritoria y muy bien disputada, con cabeza y sin abandonarme al pánico cuando las cosas iban mal. Ana, Jorge y Marisa, me esperaban tras cruzar la meta para felicitarme y hacerme las fotos de rigor con la medalla de finisher, una medalla que, en esta ocasión, ha sido muy merecida.

lunes, 2 de octubre de 2017

Maratón de Varsovia (2) - La organización

Como he dicho en el anterior post, el PZU Maratón de Varsovia tiene un competencia muy difícil de superar y aunque ese hecho condiciona la presencia masiva de corredores, no afecta prácticamente  a la capacidad organizativa de los responsables del maratón.
Comienzo el análisis con la página web de la prueba, en polaco e inglés y con una buena información en general, aunque las actualizaciones son escasas, así como las newsletter; aunque el proceso de inscripción es sencillo, mi opinión es que hay que trabajarse un poco más la parte informativa del evento.
Una vez llegado a Varsovia, la visita a la feria del corredor siempre es muy significativa; se ubica en un polideportivo, frente al estadio del Legia de Varsovia. El recito no es muy grande, pero suficiente para los expositores que hay. La recogida del dorsal es fácil, los voluntarios amables y no hay esperas. En la feria hay varios stands de maratones, de tiendas locales de deportes y de grandes marcas, además de una zona muy grande para el merchandising, que resulta un poco caro en un país donde los precios en general no son muy altos; también hay una zona de cintas y una divertida zona infantil con cintas para niños. En general, correcta.
La salida de la prueba se ubica en la céntrica plaza de las Tres Cruces, a la que se puede llegar caminando desde el centro sin problemas o en metro si se viene de más lejos; está bien organizada, con baños suficientes, un parque anexo para calentar adecuadamente y una buena organización en la salida, con solo dos cajones, pero con los "Pacers" bien ubicados para orientar a los atletas. La salida es lo suficientemente amplia para los participantes, maratonianos y relevistas, hay sitio para todos.
El recorrido no es bonito, no se pasa por el centro de la ciudad, ni por ningún lugar emblemático, pero discurre siempre por avenidas grandes y es cómodo para correr; los avituallamientos son largos, cada 2,5 Km, con agua e isotónicos y fruta, geles etc a partir del km 20. Hay baños distribuidos por todo el recorrido y asistencia médica visible, todo muy eficaz. Como he dicho, se corre simultáneamente un maratón por relevos, pero no afecta en ningún momento, pues los puntos de relevo está bien señalizados y apartados de la ruta; esos puntos de relevo y los cercanos a las bocas de metro son los más numerosos en público, pero en zonas más "desiertas" la organización dispone animación, aunque no muy numerosa. Por último, destacar la gran cantidad de fotógrafos que hay por el recorrido, aunque en ocasiones se meten demasiado en la trayectoria de los atletas.
Los puntos kilométricos están bien ubicados y al llegar, se divide el último mil en porciones de 100 metros, lo que ayuda bastante; la meta está situada en una gran avenida, sin mucho público pero con animación de de la organización; me hizo gracia, especialmente, los animadores de LOT, vestidos de TCP y con carteles que rezaban "Clear to Land".
Tras la llegada se camina un poco, te ponen la medalla, la capa para el frío, te quitas el chip y te dan agua, bebida isotónica, fruta, batidos... Bastante bien, la verdad.
En Varsovia saben bien como organizar un maratón a pesar de que no resulten muy animosos; es evidente que no es un maratón masivo y es más sencillo, pero saben cuidar los detalles y dar un buen servicio al corredor, algo que debería ser prioritario y que últimamente no lo es tanto. Si me alguien me pregunta si vale la pena correr en Varsovia, diría que si, pues es una ciudad agradable, una carrera con un circuito rápido y bien organizado y si además cenas en Casa Pablo, pones la guinda al fin de semana.

domingo, 1 de octubre de 2017

Maratón de Varsovia (1) - El ambiente

La capital de Polonia es sede de dos maratones anuales, aunque el que se celebra en septiembre es, teóricamente, el más importante; tiene la peculiaridad que su fecha coincide con la disputa, a pocos kilómetros, del maratón de Berlín, el major en el que se han batido las marcas mundiales en los últimos años. Es evidente que la competencia es muy importante y supone una merma importante de participación foránea, pues los majors están muy solicitados últimamente.
Sabía de antemano que el ambiente no iba a ser lo mejor de esta carrera y lo percibí tras aterrizar en el aeropuerto de Varsovia Chopin y dirigirme al hotel, ya que no había señal alguna de la prueba; una vez instalado en el hotel, fui a la feria del corredor, con escaso ambiente, aunque hay que tener en cuenta que era la última hora del viernes. Tampoco se notaba mucho movimiento de "runners" por las calles del centro de la ciudad y es que la participación extranjera no es muy notable.
Afortunadamente, yo siempre llevo el ambiente conmigo, esta vez mi afición estaba compuesta  solo por Jorge y Ana acompañando a Marisa, pero en Varsovia me esperaba mi amigo Pablo, un magnífico maratoniano y anfitrión que nos recibió nada más llegar al hotel, para posteriormente llevarnos a cenar a su extraordinario restaurante, "Casa Pablo", donde cenamos un sabroso menú degustación, regado de buen vino español y aderezado por una interesante conversación; el ambiente, para mi, empezaba fuerte.
El domingo amaneció chispeando y aún así, había bastante gente en la salida de la Plaza de las Cruces; hay que tener en cuenta que los eslavos no son la alegría de la huerta y que a pesar de ser bastantes no animaban tanto como lo hacemos los latinos; después empieza un recorrido que no pasa por ningún lugar emblemático de la ciudad, que yo sepa, así que el público se concentra cerca de las estaciones de metro, que son numerosas hasta el kilómetro 10, para desaparecer luego hasta el km 23. Como he dicho, no podemos hablar de ambiente festivo, pero la presencia en las calles de aficionados, aunque intermitente, es bastante buena y se complementa con varios grupos musicales que la organización coloca por el recorrido. 
Mi afición me animó en tres ocasiones durante la carrera y a ellos se sumaron Jaime, que les acompañó y Duquito, con el que corría la primera parte de la carrera escuchando sus historiar y sus chistes malos. En definitiva, el ambiente fue bastante bueno para mi, a pesar de la gris mañana polaca y de la poca gracia de sus habitantes, que tienen que mejorar un poco, aunque no están a mal nivel.
El de Varsovia no es de los mejores ambientes que he conocido, pero he de reconocer que en peores plazas he toreado. En cualquier caso, sabía que iba a ser así.