sábado, 4 de noviembre de 2017

Maratón de Alcalá (3) - La carrera

El sol brillaba en el cielo de Alcalá cuando llegamos a la zona de salida a las 8 de la mañana , con una temperatura fresca, pero buena para la carrera a pie; había desayunado tranquilamente en mi casa tras una noche plácida, sin nervios, inusual para mi antes de correr un maratón, pero esta vez era especial, había dormido en mi cama y corría en casa. Pili y yo nos preparamos dentro del centro comercial Alcalá Magna y nos dirigimos a la zona de salida unos cinco minutos antes de la hora prevista, sin presión y bien situados.
Sonó el pistoletazo y empezamos a correr, el plan era similar al del resto de maratones de 2017, rodar a un ritmo cómodo e intentar llegar con fuerza a la parte final de la carrera; sabía que estaba mejor que el mes pasado en Varsovia y los primeros kilómetros se nos fueron casi a ritmo de 4'30''/Km, pero estaba fresco y podía perfectamente con el ritmo. Tras el recorrido por "El Ensanche", volvimos a la zona de salida, donde recibimos los primeros ánimos de la afición, que siempre vienen bien, aunque faltaran muchos kilómetros por recorrer. Tras cruzar la vía por un túnel, la carrera se encamina a un polígono y desde ahí gira por el Camino de los Afligidos hacia una carretera por la que normalmente hago los rodajes largos; Pili reconoce la carretera porque también ella ha rodado por allí; todo marcha sin contratiempos.
Nos metemos de nuevo en Alcalá y tras pasar cerca del colegio de mis hijos, nos vamos acercando al casco histórico, no sin antes pasar al lado de la casa de Araceli y Javi, que nos animan con entusiasmo. Volvemos a salir del centro paralelos al río y enseguida viramos para ya dirigirnos al Parador, la espléndida Universidad y por fin la Plaza de Cervantes, que está prácticamente desierta a esas horas. Ha empezado el adoquinado, a veces regular y en otras resbaladizo, en los tramos más antiguos, pero son tramos intermitentes y no molestan; tras llegar a Los Santos Niños, se toma la Calle Mayor donde el adoquín está en peor estado, pero solo un pequeño tramo hasta llegar de nuevo a la Plaza de Cervantes donde se vuelve a girar para asentarse en la calle De Santiago, es decir, más adoquines hasta llegar a la puerta de Madrid, donde se vuelve al asfalto. 
Nuestro ritmo se había estabilizado alrededor de 4'45''/Km, pero al llegar al Km16, Pili me dice que tiene que pasar por el baño y que siga; ya por entonces, nos habíamos unido a un grupo con otros tres atletas, con los que recorrí la interminable Vía Complutense hasta el final, donde Marisa y cía volvieron animarme justo antes de la media. No sabía donde estab Pili, ni si estaba bien, pero justo al pasar le media me alcanzó después de hacer un gran esfuerzo; fue entonces cuando llegó un avituallamiento y me adelanté un poco, mientras Pili se quedaba rezagada al beber agua como acostumbra; seguí hacia adelante esperando que me alcanzara, pero en realidad empecé hacer hueco con todos los miembros del grupo y empecé a quedarme solo. 
Faltaba mucho para la llegada y no quería pasarme de ritmo, pero cayeron algunos kilómetros a 4'40'' hasta que salí de nuevo de "El Ensanche" y me encaminé hacia el polígono, mucho más desierto que antes; la carrera ya era un reguero constante de atletas y aunque empezaba a "recoger cadáveres", quedaba mucho por recorrer y había que mantener un buen ritmo. Pensé bajar el ritmo y esperar a Pili, pero no estaba seguro si podía reducir el ritmo y luego subirlo sin más, así que lo descarté. Recibí más ánimos justo antes de volver a entrar en la ciudad, donde ya había más gente, peor no animando, sino haciendo su vida y mirando con perplejidad el paso de los atletas, ya bastante tocados.
Tras pasar el km 32 se volvía a recorrer el casco histórico, con sus giros y sus adoquines, un mal terreno para incrementar el ritmo, sin contar que mis piernas no daban para mucho; sin embargo mantuve el ritmo, completé el recorrido del casco y me dispuse a rematar la faena recorriendo de nuevo la Vía Complutense. Son los últimos cinco e interminables kilómetros por un carril de una avenida ya repleta de vehículos con los que hay que compartir calzada; el viento soplaba ligeramente de cara y el final de esta interminable avenida se iba acercando muy poco a poco. No me podía venir abajo y traté de acelerar, sacando una buena media hasta llegar al final de la avenida donde se vuelve a cruzar la vía cuando restan solo 500 metros para llegar. Una llegada solitaria, disfrutando de los ánimos de mis amigos y del tiempo realizado, 3h19'14'', mi mejor tiempo en 2017.
Acabo satisfecho de un maratón que ha sido especial desde el inicio, pues ha coincidido con mi 23 aniversario de boda y de remate es mi maratón número 30 en la ciudad donde vivo desde hace unos años; con esta prueba, cierro el capítulo maratoniano en 2017, un buen año, con unas marcas decentes y en el que he disfrutado mucho compitiendo, lo más importante, al fin y al cabo. Ahora toca descansar, competir en distancias cortas y empezar a preparar el gran reto dd 2018, aunque eso, mejor lo cuento en otro post.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Maratón de Alcalá (2) - La organización

Aunque ya he comentado algunos aspectos  en mi primer post, en este analizaré por completo los aspectos organizativos de esta prueba, que tiene que mejorar en varios aspectos, pero que ofrece un nivel aceptable de manera general.
En este caso y al correr en casa no me inscribí por internet, aunque he visitado la página web frecuentemente y se podía acceder a mucha información fácilmente con un diseño no demasiado novedoso, pero aceptable. También era sencilla la inscripción, aunque es evidente que con pocos atletas el proceso es menos complicado.
La maratón de Alcalá no tiene feria del corredor, solo una recogida de dorsales en un pasillo del polideportivo, un lugar un tanto deslucido para cualquier corredor que venga de fuera. correr aquí; me parece un error que no hayan hecho algo más, quizás algún stand de turismo en Alcalá o de las tiendas de deportes locales, pero supongo que será un tema eminentemente monetario.
La carrera comienza a las 8:30 de la mañana, un horario que viene bien con las temperaturas actuales; aunque la participación no es masiva y no hay cajones, la organización tuvo la buena idea de demorar el comienzo del 10K en diez minutos, de manera que se dio una sola salida para el maratón y el maratón por relevos. Aunque ya he dicho que no me parece el mejor lugar para comenzar un maratón, he de reconocer que la zona es cómoda para los atletas, pues es posible cambiarse en el centro comercial anexo, donde también hay baños y además hay suficiente espacio para calentar sin problema.
El recorrido no está mal, teniendo en cuenta que Alcalá es una ciudad muy pequeña, aunque yo creo que es mejorable. Los primeros kilómetros discurren por un barrio relativamente nuevo, El Ensanche con buenas avenidas y resguardado del viento; tras pasar de nuevo por la salida, se cruza la vía por debajo y nos vamos a una son de polígono industrial, no demasiado bonita, aunque sigue estando resguardado. Se da la vuelta para entrar ya en el centro de la ciudad encaminándonos hacia el casco histórico por el que se pasa dando demasiados giros, en mi opinión. Yo creo que se puede hacer un recorrido más coherente por la plaza de Cervantes y aledaños, eliminado giros sin afectar a la belleza del recorrido. La última parte es la más deslucida, pues se recorre la Vía Complutense casi por completo y no es que sea una avenida fea, sino que solo se corta un carril para la carrera y te toca correr al lado de los coches durante muchos kilómetros. Luego se cruza otra vez la vía y empieza la segunda vuelta, de manera que nos salen cuatro pasos por el túnel de la vía, el último a falta de 500 metros para la meta, lo cual endurece la carrera de manera artificial, porque el recorrido es bastante plano y rápido, así que sería mejor buscar una alternativa menos lesiva para los corredores.
En general, el recorrido está bien señalizado, hay avituallamientos a ambos lados de la calle, el agua en botella y el isotónico en vaso y también hay avituallamiento sólido; solamente hay unos baños para los corredores, aproximadamente en los kilómetros 18 y 35.
La llegada se ubica al lado del polideportivo, donde tras pasar la línea de meta, te cuelgan la medalla y te ofrecen alguna, bebida isotónica y fruta, correcto en general. El ropero está allí mismo y existe la posibilidad de ducharse y cambiarse en el polideportivo, una buena idea,
Por último, hay que mencionar la entrega de premios, excesivamente lenta, sobre todo para los maratonianos a los que les tocó esperar casi una hora para recibir su trofeo; no entiendo el porqué de este retraso, pero me parece bastante irregular.
En definitiva, una organización que tiene un amplio margen de mejora simplemente alicatando ciertos defectos; creo que esta prueba puede mejorar notablemente con la ayuda de las autoridades y con voluntad de hacer las cosas un poco más elaboradas; a veces, hacer todo muy sencillo, resulta aburrido y Alcalá es una ciudad que tiene margen para hacer cosas novedosas.



Maratón de Alcalá (1) - El ambiente

A los maratonianos nos suele molestar que alguien nos pregunte la distancia que hemos recorrido cuando contamos que hemos competido en un maratón; puede parecer extraño para los que nos gusta esto de "runear", pero la mayoría de la gente ignora que la distancia de Filípedes se compone de 42,195 kilómetros; os preguntarías el porqué de esta reflexión en un post que versa sobre un maratón, pero la explicación es sencilla: mientras corría el pasado domingo en la ciudad cervantina, me crucé en varias ocasiones con viandantes que me animaban con su buena voluntad, pero yo me preguntaba ¿Saben que estoy corriendo un maratón? ¿Acaso saben que se está disputando la segunda edición del maratón de Alcalá?
Es evidente que la joven maratón complutense no tiene tirón entre los habitantes de una ciudad que además de ser patrimonio de la humanidad, oferta cada fin de semana variados actos culturales a los que la gente acude en buena medida; sin embargo, la celebración de una prueba tan emblemática como es un maratóns, apenas tiene eco en la ciudad, al margen de los cortes de tráfico que hacen enfadar tanto a los conductores insolidarios. 
En mi opinión, hay que hacer algo más de lo que ha hecho la organización para que la gente disfrute de un acontecimiento como este; es evidente que no es posible hacer de esta carrera una fiesta en toda la ciudad de un año para otro, pero si no se da el primer paso, no se va a conseguir el objetivo. En Alcalá, salvo unos pequeños carteles colgados en la Vía Complutense, no había señal alguna que indicara que se iba a celebrar el evento; no hay feria del corredor, solamente una recogida de dorsales en la entrada de un pabellón y poquito más. Yo pienso que alguna actividad popular, como las típicas pruebas del día anterior o competiciones infantiles podrían  atraer la atención del público, pero aquí no ha habido nada de eso y así es complicado crear ambiente.
El día de la prueba, la falta de ambiente quedaba muy patente, a pesar del puñado de aficionados que se dieron cita en la salida frente a la plaza de toros, un lugar, por cierto, mal elegido teniendo en cuenta que la ciudad complutense tienes muchos lugares emblemáticos en los que se hubiera podido dar más enjundia a la salida o llegada de la carrera, pero en realidad se comienza en una avenida muy poco concurrida por los viandantes alcalainos y se termina en un polideportivo. El resto, es un circuito sin apenas animación, ni siquiera cuando se cruza por la Plaza de Cervantes, auténtico corazón de la ciudad, pero vacía de público en las dos ocasiones que pasé, aunque con gente paseando como en un domingo cualquiera, ajenos a la carrera estaban disputando los atletas que corrían por allí es mañana. Tampoco había bandas de animación, ni algún otro reclamo para atraer público, así que supongo que para el atleta no local, el recorrido debe ser un auténtico aburrimiento.
Obviamente mi caso es diferente, porque me considero casi alcalino y porque mi afición volvió a estar de diez en las calles complutenses; esta vez, los clásicos Ana, Toni, Encho y Paco  fueron capitaneados por Marisa para animarme en varios momentos importantes de la prueba, pero hubo nuevas incorporaciones, como Belén, Araceli y Javi, que también aportaron esos ánimos que tanto se agradecen. Y a todo ello, hay que sumar la presencia de muchos amigos compitiendo en el maratón y en el 10K y a la participación de Pili con la que corrí gran parte de la prueba, lo cual completó una bonita jornada, corriendo en casa, junto con mis amigos y mi familia; no se puede pedir más.
No obstante, el Maratón de Alcalá me ha decepcionado en cuanto al ambiente que genera y no creo que se puedan buscar excusas por el hecho de ser una prueba modesta y de escasa participación; he corrido bastantes veces en la ciudad complutense y puedo asegurar que la media o incluso la carrera Grutear atraen más gente de los que he visto en esta maratón; tan prueba que cuenta con una ciudad patrimonio de la humanidad, el apoyo de las autoridades locales, un recorrido rápido y que además está al lado de Madrid, debe tener mucha más gente en las calles,