Han pasado más de tres semanas desde que corrí en Marrakech y en este tiempo, he podido analizar con frialdad no sólo lo que pasó, sino como quiero afrontar mi futuro como atleta. He recibido muchos y buenos consejos de mis amigos y hay opiniones para todos los gustos: corro demasiados maratones, debo centrarme en carreras pequeñas, debo seguir así porque disfruto de mis viajes y mis maratones... Todos tiene parte de razón y de todas las opiniones he sacado buenas conclusiones, pero quién decide al final soy yo y como bien me ha apuntado Depa, soy maratoniano más que atleta y lo que realmente me gusta es correr la distancia de Filípedes, así que no voy a variar mis planes y voy a correr Viena en abril y Chicago en octubre.
Intentaré bajar de tres horas en ambos casos, pues, como también me ha aconsejado Depa, no tengo edad para desperdiciar balas y además son dos maratones propicios, no sólo por el recorrido, sino porque en el primero me volverá a acompañar Pili y en el segundo, Pili de nuevo junto a Mario y Raki. Ni que decir tiene, que si consigo rebajar mi marca acompañado de uno de estos grandes atletas y mejores amigos, sería grandioso, así que volveré a poner toda la carne en el asador, una vez más.
Pensándolo bien, si dedicara un año entero a preparar concienzudamente un maratón, no estaría garantizado el éxito, ni mucho menos y perdería la oportunidad de correr en ciudades muy atractivas atléticamente hablando. De Viena me han hablado muy bien y por supuesto, Chicago es obligatorio, ya que si lo acabo, habré corrido los seis majors, uno de mis objetivos atléticos.
El caso es que ya he empezado a preparar Viena, de momento con menos carga de kilómetros y más velocidad, aunque lo "interesante" llegará en breve. Antes de correr en tierras austriacas, tendré que probar mi velocidad en la Legua de Alcazarén, cuya participación es obligada, por razones obvias y tres semanas antes de la cita con la ciudad de Strauss, la Media Cervantina, en Alcalá, donde volveré a competir e intentar hacer un buen registro. De estas carreras, ya os hablaré más adelante.
Me esperan dos meses más de entrenamiento intenso para volver a ponerme en la línea de salida de un maratón, de nuevo con Pili a mi lado y de nuevo con unos aficionados de lujo en la calle; esta vez, Marisa, que nunca falta, estará acompañada por Alonso y Ángela y ellos siempre me han dado muy buena suerte, así que tendré que volver a darlo todo, con o sin marca, pero con la satisfacción de hacer lo que me gusta.