lunes, 27 de febrero de 2012

¿Me ha mirado un tuerto?

El día 25 de marzo de 2012 espero cruzar la línea de meta del Maratón de Barcelona y después de descansar, tomarme una cerveza y dar un paseo con mi familia por la Ciudad Condal, espero sacar una atinada conclusión del resultado de la carrera. Digo esto, porque tras "volver a la normalidad", ayer completaba mi mejor semana preparatoria con un duro rodaje largo de 30 Km que significaba poner 101 Km en el marcador de los kilómetros semanales. Pero no sólo es importante la distancia recorrida en esa semana, sino la calidad de lo realizado, ya que 16 Km han sido de  fartlek, otros 7 de un controlado a 4'06'' y por último el rodaje de ayer a una media de 4'43'' acabando en 4'23''.
La cosa pintaría bien, teniendo en cuenta el parón por lesión de las semanas previas, pero las cosas se han vuelto a torcer con un catarro que comenzó a manifestarse el sábado, me dejó tocado el domingo y hoy me ha dejado técnicamente en el dique seco, pues esta noche mi temperatura a llegado a 38º. Bien es cierto, que el rodaje de ayer fue muy duro debido al calor reinante, pues empecé a correr con 10º y acabé con 20º y eso pudo provocar una deshidratación que unido al catarro, me ha golpeado duramente hoy. Reconozco mi error, por no haber usado una gorra y no haber bebido agua durante el recorrido, pero este último aspecto lo comparto con el Ayuntamiento de Alcalá, que elimina alguna fuente pública en invierno debido a las heladas; os podéis imaginar, que llegué con un gran déficit hídrico después de dos horas veinte de carrera a casi 20º y eso puede haber sido el responsable de mi fiebre.
Hoy me tocaban 40 minutos y gimnasio y he decidido optar por la prudencia y parar, pues creo que no voy a perder demasiado entreno y sin embargo, a partir de mañana tengo que afinar mi puesta a punto para la media de Salamanca. Una carrera, que se presenta como una incógnita debido a su  recorrido ondulado, pero también debido a mi estado de forma, que no sé si será el apropiado o no. En cualquier caso, mi participación en la carrera charra no me supone ninguna presión, porque ahora mismo lo único que me preocupa es llegar bien a Barcelona.
Es evidente que la preparación de este maratón no está siendo especialmente tranquila y eso no parece lo más adecuado. Sin embargo, no es tan descabellado pensar que quizás puedo llegar un poco más descansado y hacer una buena carrera, teniendo en cuenta que parece que sigo conservando un buen estado de forma. Y por buscar un elemento positivo más, es obvio que voy a ir a Barcelona sin presión, pues todo lo que está pasando va a estar muy presente en mi memoria dentro de un mes.
Por ahora, espero recuperarme para entrenar bien mañana y llegar a Salamanca en buenas condiciones, aunque no las ideales, para disfrutar de una carrera que  por su trazado por la bella ciudad castellana, promete diversión. 

PD:  Foto de la Maratón de San Sebastián 2007

martes, 21 de febrero de 2012

Vuelta a la normalidad

Han sido unos días difíciles. Como os conté en el último post, mi soleo empezó a darme problemas hace más de una semana cuando estaba realizando una sesión de fartlek. En un principio confiaba en una solución rápida, pero tras pasar por las manos de Cristina y descansar un día más, las sensaciones no eran demasiado de buenas, de manera que en la tirada larga del domingo volví a acabar antes de tiempo y cojeando. En ese momento pensé que el maratón de Barcelona podía alejarse definitivamente, así que probé a descansar tres días consecutivos, en los cuales intenté mantener la forma desempolvando la mountain bike.
El resultado ha sido satisfactorio, porque tras pasar de nuevo por Cristina, mi primer rodaje fue corto, pero exento de dolor, lo que me animó a desquitarme el día siguiente haciendo el rodaje de 26 Km en el que había fallado. El soleo no se resintió y todo parecía volver a la normalidad. Sin embargo, pasé el fin de semana en Astún, esquiando con mis hijos. Aparte de intentar mantenerme de pie sobre los esquís, también me animé a correr entre las estaciones de Astún y Candanchú, cuya distancia es corta, pero muy empinada, lo que volvió a sobrecargar el soleo. Hielo, estiramientos y reposo fue la receta que apliqué ese día por la tarde, de modo que el domingo volvía a estar bien y con ganas de volver a entrenar.
Hoy, después de 10 días, he vuelto a la normalidad con un rodaje combinado con gimnasio. Por delante queda una semana dura, pero la dureza se extenderá a buen seguro hasta que queden 6 días para correr en la Ciudad Condal. Ya recuperado, voy a poner todo mi empeño en hacer una buena preparación para estar a punto en la línea de salida. No sé si este obligado parón me va a afectar demasiado, Depa me dice que no, pero yo no tengo todas conmigo.
Sea como sea, de nada vale mirar hacia atrás y lamentarse, sino que hay que seguir entrenando, más duro aún si cabe, para que el 25 de marzo pueda correr con suficientes garantías. Hasta ese día, espero que aguante mi soleo y mis piernas en general y así poder demostrar en Barcelona que valgo más de esos 3h10' que son mi MMP actual. Mi única opción es la de entrenar duro hasta el día de la prueba y esperar que las cosas salgan bien.
Sea como sea, esta lesión ha supuesto un cambio sustancial en la preparación y supongo que eso se notará. Sin embargo, todos los esfuerzos y sufrimientos que voy a tener que experimentar hasta el día de la carrera no serán en balde y espero que sirvan para conseguir la marca deseada, aunque después de todo lo ocurrido tenemos que ser un poco más cautos respecto a las aspiraciones reales. Solo sabré si el resultado es bueno cuando llegue a la meta de Plaza de España, pero para llegar a ese estadio, debo tener muy claro que es necesario sufrir, recuperar y no venirse a bajo en lo poco que queda.

jueves, 9 de febrero de 2012

Y el soleo dijo basta

Quizás no todo el mundo sabe que es el soleo, pero no hace falta que echéis mano al diccionario, porque ya os lo digo yo: es un pequeño músculo situado a ambos lados del talón de aquiles por debajo del gemelo. A pesar de su escasa popularidad a nivel coloquial, el soleo es un músculo importante y mucho más para un runner, porque se sobrecarga con facilidad y descuidarlo puede provocar afecciones tan graves como la rotura del tendón de aquiles, una lesión muy importante.
Mis lectores habituales sabrán que la sobrecarga en los gemelos y soleos es algo habitual cuando comienza la preparación más intensa para el maratón, pero hasta hoy, nunca me había visto obligado a parar un entrenamiento por los dolores que me generan dichas sobrecargas. Una parada, que no sólo es achacable al dolor, sino a la prudencia, porque cuando las molestias son tales que acabas cojeando mientras corres, parece de lo más absurdo continuar y jugarte una lesión que puede dar ala traste con el proyecto maratoniano que estoy preparando.
Las molestias comenzaron el pasado lunes, el día después de la tirada larga; me dolían los gemelos, pero es algo habitual con esta carga de trabajo, así que no le di la menos importancia. Sin embargo, un día después, mi calentamiento previo a una sesión de pesas fue un suplicio, ya que las molestias se agudizaron bastante, aunque no llegue a parar porque se trataban de 50' a ritmo suave. Tras acabar el entrenamiento, estiré bien, me apliqué frío a la zona afectada y me hice un automasaje a fin de afrontar con garantías el entrenamiento de hoy, un fartlek muy exigente.
He comenzado bien el calentamiento y todo indicaba que la sobrecarga no iba a dar problemas, pero tras los 30 minutos de calentamiento han comenzado las series y las cosas han empezado a torcer. Aún así, he aguantado bien hasta la tercera serie, que he completado, pero en la recuperación (que tenía que hacer a 4'30''/km) el dolor se ha intensificado y he decidido parar. No sé si el intenso frío de este mañana, acompañado por un viento aún más helador, han contribuido a que mis piernas no adquirieran el calor necesario para evitar los dolores, pero el caso es que he tenido que para y a estas horas sigo pensando que ha sido una sabia decisión.
He llamado a Cristina, que me ha atendido esta misma tarde, confirmándome que la sobrecarga era brutal, por lo que ha tenido que emplearse a fondo con las manos y con las agujas que han penetrado en mi músculo para relajar los "puntos gatillo". El estiramiento posterior ¡y la colocación de un taper, no ha evitado que saliera cojeando de la consulta y con instrucciones precisas de descansar mañana. He hablado con Depa, que me ha variado el final de la semana y ha reforzado mi decisión de parar esta mañana debido a los dolores. Como siempre, sus palabras y sus consejos han estado llenos de esa sapiencia atlética que a buen seguro me va a llevar a conseguir grandes cosas.
¿Y qué pasa ahora? Pues yo creo que nada, el descanso me puede sentar bien y si las cosas mejoran la vuelta al trabajo duro será el próximo domingo con la tirada larga. Hasta entonces recuperar y si me veo bien, rodajes suaves para mantener el tono muscular. Hoy no pienso en Barcelona, como me ha aconsejado Depa, sólo pienso en mañana y pasado, porque precipitarme puede llevarme a la ruina. Y ya sabéis, para dar grandes pasos, primero hay que dar pasos pequeños, así que no hay que precipitarse y hay que dar los pasos pequeños necesarios para volver cuanto antes a los entrenos intensos que me pueden llevar a mejorar mi rendimiento.

martes, 7 de febrero de 2012

El triunfo modesto

Ayer se disputó una de las medias maratones más importantes y más rápidas de España, la media de Granollers; una carrera por la que en pasadas ediciones han pasado figuras internacionales tan importantes como el gran Gebreselassie o el malogrado Samuel Wanjiru, Este año, la organización ha conseguido contar con la presencia del hombre que consiguió la mejor marca mundial en maratón el pasado septiembre en Berlín, el keniano Patrick Makau. 
El atleta africano declaró antes de la prueba que intentaría batir la marca mundial de media maratón, en posesión de Zersenay Tadesse con 58'23''. Quizás sus declaraciones fueran sólo una artimaña para justificarse, pero es coherente pensar que un atleta de su nivel no debería tener problemas para imponerse en esta prueba, teniendo en cuenta la superioridad que dejan ver sus marcas. El caso es que aparte de un grupo de atletas africanos, en la salida también se encontraba Carlos Castillejo, que se ha proclamado campeón de España de maratón hace unas semanas. El catalán, no solo aguantó el ritmo de los africanos, sino que fue capaz de aguantar a Makau hasta los últimos metros para batirle tras un acelerón final.
Seguramente el único interés del africano era la bolsa y no  la victoria, pero creo que a nadie le gusta perder y en este caso concreto, el pundonor y el trabajo de un atleta modesto en el panorama internacional se ha impuesto a la prepotencia de todo un campeón. Carlos Castillejo sabe perfectamente que Makau es más rápido que el, sin embargo eso no condicionó su estrategia, porque  salió a hacer su carrera, a dar el máximo de si mismo sin importarle contra quien competía. Y si a eso unimos que el africano apenas se acercó a su  mejor registro, es fácil deducir que la combinación de la gran carrera del español y la desidia del keniano, facilitaron el inesperado, pero emocionante triunfo de Castillejo.
Lo ocurrido en Granollers nos enseña una lección fundamental en el atletismo popular y es que siempre has de competir contra ti mismo, sin pensar en que tal o cual amigo conocido sea más rápido o más lento que tu. Cada atleta tiene unas condiciones que pueden ser explotadas  con un entrenamiento apropiado, aunque también es necesario tener en cuenta las condiciones personales de cada atleta, porque el trabajo, hijos etc influyen de manera notable en la dedicación que se puede emplear para prepararse.
Pero todo ese cúmulo de factores no sirve para nada si tu fallas, si te asalta la pereza o los hábitos poco saludables. Hace unos días, Depa me recordaba que para correr con garantías un maratón es necesario entrenar cansado, con dolor en las piernas, con frío, con lluvia, a veces sin ganas, otras con sufrimiento... No os voy a engañar, entrenar para disputar un maratón es duro, pues a medida que se acerca el evento los entrenamientos se alargan, la exigencia crece, el cansancio se acumula y es preciso tener las ideas muy claras para no mandar todo al garete en un momento dado.
Como os conté en mi último post, ha comenzado lo duro y mis piernas ya lo están notando. El frío y el viento no contribuyen a hacer buenos entrenamientos, pero he superado las adversidades y he acabado la semana haciendo unas buenas series de 4.000 y un rodaje largo de 24 Km a 4'39'' de media.  Ha sido una buena semana, pero no es el momento de echar las campanas al vuelo, sino de seguir concentrado en mis entrenos y seguir dando lo mejor de mi en cada uno de ellos. Me espera una semana mucho más dura y así sucesivamente hasta llegar a Barcelona, pero no me quejo, porque cuanto más duro es el entrenamiento, más disfruto.
Además, todas las penalidades se olvidarán el día de la competición, ese día en el que esperas que todo tu esfuerzo haya valido la pena, ese día en el que los nervios y la emoción te acompañan en cada kilómetro y especialmente cuando percibes el calor del público,  cuando escuchas los ánimos de tus seres queridos y cuando te acercas a meta para conseguir el objetivo por el que has luchado. Entonces, cuando cruzas el arco de meta, entiendes que sea cual sea el tiempo que marca el reloj, te has esforzado, has sido honesto contigo mismo y has conseguido el objetivo principal: acabar y disfrutar de este gran deporte.
Pero no os equivoqueis, no voy a correr en Barcelona para acabar, voy a salir a disfrutar cada kilómetro, a hacer la mejor carrera de mi vida y  batir mi marca personal. No quiero pensar en el resto de participantes, ni siquiera en mis anteriores maratones, sólo en poner el ritmo adecuado y llegar a los últimos metros con la suficiente fuerza para alzar los brazos y disfrutar de mi particular triunfo. Ojalá sea así.

viernes, 3 de febrero de 2012

La cuesta de... febrero

Faltan menos de dos meses para que tome la salida del maratón de Barcelona el próximo 25 de marzo y como era de esperar el entrenamiento ha empezado a intensificarse de manera notable; por fin ha llegado la parte dura del entrenamiento, lo que supone un aumento considerable de la distancias y de la calidad de los kilómetros a fin de rematar mi puesta a punto para un carrera en la que tengo depositadas muchas esperanzas. De regalo, el frío ha llegado de manera súbita a la Península Ibérica, lo cual puede incrementar notablemente la dureza del entrenamiento, aunque, en mi caso, prefiero pasar frío que agobiarme por el calor.
A primera vista, la programación que me ha enviado Depa para las dos próximas semanas, da miedo, pero ese temor se convierte en satisfacción una vez que voy completando los entrenos. Para un maratoniano, esta fase del entrenamiento es la más interesante, las más intensa, aquella en la que se va a cimentar el rendimiento el día D y por eso es necesario entrenar bien, sin escatimar el esfuerzo, porque el sufrimiento en cada serie, el dolor de piernas después de la tirada larga o el cansancio que experimento cada noche antes de irme a descansar, forman parte también de este deporte. En realidad, si no me divirtiera entrenando duro, no sería maratoniano. 
Como ya os conté, mis entrenamientos cambiaron mucho cuando Depa comenzó a entrenarme para el pasado maratón de Nueva York y aunque el concepto global se mantiene, ahora  ha incluido alguna variación que supone más dureza y supongo que mayor rendimiento; concretamente he comenzado a hacer la series recuperando a un ritmo alto de carrera continua, es decir, una especie de fartlek con series rápidas y recuperaciones rodando fuerte. Un cóctel explosivo que genera entrenamientos largos, intensos y duros.
Y sabiendas de ser repetitivo, si me machaco cada día es necesario un buen descanso para conseguir una buena recuperación en la que también es importante el cuidado de la alimentación y productos suplementarios que a he empezado a consumir.
Ha empezado lo duro, o quizás debería decir que ha empezado lo bueno, esta vez en febrero y con mucho frío; una fase que llegará a su cenit el 4 de marzo, día en el que disputaré la media de Salamanca para a partir de entonces comenzar a bajar el kilometraje a fin de llegar al 100% el día 25 de marzo. Será mi duodécima aventura maratoniana y os aseguro que la afronto con menos miedo y más confianza, pero con la misma ilusión que afronté aquel MAPOMA de 2006 que supuso mi debut en la distancia de Filípedes.