Hacía fresco, el viento soplaba ligeramente las nubes cubrían parcialmente el cielo de Murcia cuando abandoné el hotel para caminar hasta la zona de salida donde había quedado con Rubén, Jaime y Pili que se alojaban en un hotel diferente; la previsión no era muy favorable para correr, cielo despejado y temperatura que podría llegar a los 22 grados y es que si la capital de Segura ya es un sitio caluroso de por si, hay que añadir la ola de calor que afectaba a España durante el fin de semana.
La táctica era muy sencilla, quería hacer de liebre a Rubén durante la primera media y después vería como afrontar la segunda parte con las mejores garantías; tras prepararnos y desear suerte a nuestros amigos, Rubén y yo nos metimos en el cajón, bien situados para empezar sin sobresaltos; la salida se demoró un poco, apenas tres minutos, antes de comenzar a desgastar zapatillas por las calles murcianas. El primer kilómetro salió un poco más rápido de los previsto, a 4'14'', pero ajusté el ritmo rápidamente para ponerme a 4'25/26" que fue lo que mantuvimos prácticamente durante esa primera media; el recorrido era fácil y a pesar de algunas zonas en las que molestaba un poco el viento, era sencillo mantener los ritmos y para Rubén también era sencillo seguir mi estela.
La carrera sale inicialmente de la ciudad y se dirige a una zona de huerta un tanto aburrida de la que se sale para volver al centro tras los primeros 10 Km; por entonces, mis cálculos me decían que el paso por la media iba a ser por debajo del objetivo previsto (1h35') y como Rubén no mostraba signos de fatiga, continué manteniendo el paso. Alrededor del kilómetro 15 el paso era demasiado rápido y aminoré un poco para ajustarlo, pero poco después, en el 16,5 Rubén me pidió ir más rápido, así que preferí que se fuera solo y seguir a lo mio pues me restaba una media y mi función de liebre estaba ya hecha. Rubén se fue alejando poco a poco hasta desparecer tras un giro y ya no lo volví a ver, aunque mi paso por la media en 1h34'32'' corroboró que el primer objetivo se había cumplido.
La temperatura ya se acercaba a los 20 grados y me quedaban 21 kilómetros por delante, así que tocaba concentrarse e intentar mantener el ritmo, aunque un poco más lento, alrededor de los 4'30''; tras la retirada de los corredores de la media, la carrera quedó bastante desierta en el primer tramo de la segunda vuelta, en la que se vuelve a correr por las afueras de la ciudad y se llega a una zona de huertos. Había muy pocos atletas corriendo con mucho espacio entre ellos, aunque me servía de referencia para mantener mi ritmo, ya que pasé el resto de la prueba adelantando corredores; además, parece que el público se había ido tras acabar la media y aquello se parecía más una tirada en la ribera del Henares que una competición. No me gustó nada esa parte de la carrera, pero mi ritmo seguía siendo bastante homogéneo, aunque el cansancio era mayor, el calor también y aún faltaban 10 Km para meta.
Afortunadamente, el recorrido vuelve a entrar a la ciudad, donde la presencia de público también había caído drásticamente, aunque en mi caso tanto Marisa como el resto de la familia (incluido Rubén tras la ducha) estaban al pie del cañón animando en los puentes sobre el Segura; pero mis sensaciones no eran buenas, el segundo gel no me había sentado bien y mis fuerzas eran escasas, tanto que me resultaba imposible cambiar de ritmo como en otras ocasiones, así que estaba claro que me iba a tocar sufrir en la última parte de la carrera.
Mantuve el tipo como pude hasta los kilómetros finales, en los que mi ritmo se empezó a ir por encima de los 4'30'' cada vez más, pero lo peor no era perder segundos, sino la sensación de no poder más que me sugirió que me parara en varias ocasiones, así que tuve que apretar los dientes, aguantar el tirón, sufrir y seguir hacia meta en busca de una marca que sabía iba a ser bastante buena.
El último kilómetro se me hizo muy duro, pero conseguí llegar al desvío hacia la catedral, oler el final y acelerar un poco el ritmo para cruzar la línea de meta en 3h11'17'', una buena marca para celebrar mi cuadragésimo maratón y la primera media de Rubén.
He sumado un maratón más, otra bonita experiencia en compañía de mi familia y de tres grandes corredores como son Pili, Jaime y Rubén, además del grupo de "A To Trapo"; toca seguir buscando objetivos, entrenando y disfrutando de este bonito deporte pues quedan muchos kilómetros por recorrer y muchas líneas de meta por cruzar.
La táctica era muy sencilla, quería hacer de liebre a Rubén durante la primera media y después vería como afrontar la segunda parte con las mejores garantías; tras prepararnos y desear suerte a nuestros amigos, Rubén y yo nos metimos en el cajón, bien situados para empezar sin sobresaltos; la salida se demoró un poco, apenas tres minutos, antes de comenzar a desgastar zapatillas por las calles murcianas. El primer kilómetro salió un poco más rápido de los previsto, a 4'14'', pero ajusté el ritmo rápidamente para ponerme a 4'25/26" que fue lo que mantuvimos prácticamente durante esa primera media; el recorrido era fácil y a pesar de algunas zonas en las que molestaba un poco el viento, era sencillo mantener los ritmos y para Rubén también era sencillo seguir mi estela.
La carrera sale inicialmente de la ciudad y se dirige a una zona de huerta un tanto aburrida de la que se sale para volver al centro tras los primeros 10 Km; por entonces, mis cálculos me decían que el paso por la media iba a ser por debajo del objetivo previsto (1h35') y como Rubén no mostraba signos de fatiga, continué manteniendo el paso. Alrededor del kilómetro 15 el paso era demasiado rápido y aminoré un poco para ajustarlo, pero poco después, en el 16,5 Rubén me pidió ir más rápido, así que preferí que se fuera solo y seguir a lo mio pues me restaba una media y mi función de liebre estaba ya hecha. Rubén se fue alejando poco a poco hasta desparecer tras un giro y ya no lo volví a ver, aunque mi paso por la media en 1h34'32'' corroboró que el primer objetivo se había cumplido.
La temperatura ya se acercaba a los 20 grados y me quedaban 21 kilómetros por delante, así que tocaba concentrarse e intentar mantener el ritmo, aunque un poco más lento, alrededor de los 4'30''; tras la retirada de los corredores de la media, la carrera quedó bastante desierta en el primer tramo de la segunda vuelta, en la que se vuelve a correr por las afueras de la ciudad y se llega a una zona de huertos. Había muy pocos atletas corriendo con mucho espacio entre ellos, aunque me servía de referencia para mantener mi ritmo, ya que pasé el resto de la prueba adelantando corredores; además, parece que el público se había ido tras acabar la media y aquello se parecía más una tirada en la ribera del Henares que una competición. No me gustó nada esa parte de la carrera, pero mi ritmo seguía siendo bastante homogéneo, aunque el cansancio era mayor, el calor también y aún faltaban 10 Km para meta.
Afortunadamente, el recorrido vuelve a entrar a la ciudad, donde la presencia de público también había caído drásticamente, aunque en mi caso tanto Marisa como el resto de la familia (incluido Rubén tras la ducha) estaban al pie del cañón animando en los puentes sobre el Segura; pero mis sensaciones no eran buenas, el segundo gel no me había sentado bien y mis fuerzas eran escasas, tanto que me resultaba imposible cambiar de ritmo como en otras ocasiones, así que estaba claro que me iba a tocar sufrir en la última parte de la carrera.
Mantuve el tipo como pude hasta los kilómetros finales, en los que mi ritmo se empezó a ir por encima de los 4'30'' cada vez más, pero lo peor no era perder segundos, sino la sensación de no poder más que me sugirió que me parara en varias ocasiones, así que tuve que apretar los dientes, aguantar el tirón, sufrir y seguir hacia meta en busca de una marca que sabía iba a ser bastante buena.
El último kilómetro se me hizo muy duro, pero conseguí llegar al desvío hacia la catedral, oler el final y acelerar un poco el ritmo para cruzar la línea de meta en 3h11'17'', una buena marca para celebrar mi cuadragésimo maratón y la primera media de Rubén.
He sumado un maratón más, otra bonita experiencia en compañía de mi familia y de tres grandes corredores como son Pili, Jaime y Rubén, además del grupo de "A To Trapo"; toca seguir buscando objetivos, entrenando y disfrutando de este bonito deporte pues quedan muchos kilómetros por recorrer y muchas líneas de meta por cruzar.