domingo, 9 de febrero de 2020

Maratón de Murcia (3) - La carrera

Hacía fresco, el viento soplaba ligeramente  las nubes cubrían parcialmente el cielo de Murcia cuando abandoné el hotel para caminar hasta la zona de salida donde había quedado con Rubén, Jaime y Pili que se alojaban en un hotel diferente; la previsión no era muy favorable para correr, cielo despejado y temperatura que podría llegar a los 22 grados y es que si la capital de Segura ya es un sitio caluroso de por si, hay que añadir la ola de calor que afectaba a España durante el fin de semana.
La táctica era muy sencilla, quería hacer de liebre a Rubén durante la primera media y después vería como afrontar la segunda parte con las mejores garantías; tras prepararnos y desear suerte a nuestros amigos, Rubén y yo nos metimos en el cajón, bien situados para empezar sin sobresaltos; la salida se demoró un poco, apenas tres minutos, antes de comenzar a desgastar zapatillas por las calles murcianas. El primer kilómetro salió un poco más rápido de los previsto, a 4'14'', pero ajusté el ritmo rápidamente para ponerme a 4'25/26" que fue lo que mantuvimos prácticamente durante esa primera media; el recorrido era fácil y a pesar de algunas zonas en las que molestaba un poco el viento, era sencillo mantener los ritmos y para Rubén también era sencillo seguir mi estela.
La carrera sale inicialmente de la ciudad y se dirige a una zona de huerta un tanto aburrida de la que se sale para volver al centro tras los primeros 10 Km; por entonces, mis cálculos me decían que el paso por la media iba a ser por debajo del objetivo previsto (1h35') y como Rubén no mostraba signos de fatiga, continué manteniendo el paso. Alrededor del kilómetro 15 el paso era demasiado rápido y aminoré un poco para ajustarlo, pero poco después, en el 16,5 Rubén me pidió ir más rápido, así que preferí que se fuera solo y seguir a lo mio pues me restaba una media y mi función de liebre estaba ya hecha. Rubén se fue alejando poco a poco hasta desparecer tras un giro y ya no lo volví a ver, aunque mi paso por la media en 1h34'32'' corroboró que el primer objetivo  se había cumplido.
La temperatura ya se acercaba a los 20 grados y me quedaban 21 kilómetros por delante, así que tocaba concentrarse e intentar mantener el ritmo, aunque un poco más lento, alrededor de los 4'30''; tras la retirada de los corredores de la media, la carrera  quedó bastante desierta en el primer tramo de la segunda vuelta, en la que se vuelve a correr por las afueras de la ciudad y se llega a una zona de huertos. Había muy pocos atletas corriendo con mucho espacio entre ellos, aunque me servía de referencia para mantener mi ritmo, ya que pasé el resto de la prueba adelantando corredores; además, parece que el público se había ido tras acabar la media y aquello se parecía más una tirada  en la ribera del Henares que una competición. No me gustó nada esa parte de la carrera, pero mi ritmo seguía siendo bastante homogéneo, aunque el cansancio era mayor, el calor también y aún faltaban 10 Km para meta.
Afortunadamente, el recorrido vuelve a entrar a la ciudad, donde la presencia de público también había caído drásticamente, aunque en mi caso tanto Marisa como el resto de la familia (incluido Rubén tras la ducha) estaban al pie del cañón animando en los puentes sobre el Segura; pero mis sensaciones no eran buenas, el segundo gel no me había sentado bien y mis fuerzas eran escasas, tanto que me resultaba imposible cambiar de ritmo como en otras ocasiones, así que estaba claro que me iba a tocar sufrir en la última parte de la carrera.
Mantuve el tipo como pude hasta los kilómetros finales, en los que mi ritmo se empezó a ir por encima de los 4'30'' cada vez más, pero lo peor no era perder segundos, sino la sensación de no poder más que me sugirió que me parara en varias ocasiones, así que tuve que apretar los dientes, aguantar el tirón, sufrir y seguir hacia meta en busca de una marca que sabía iba a ser bastante buena.
El último kilómetro se me hizo muy duro, pero conseguí llegar al desvío hacia la catedral, oler el final y acelerar un poco el ritmo para cruzar la línea de meta en 3h11'17'', una buena marca para celebrar mi cuadragésimo maratón y la primera media de Rubén.
He sumado un maratón más, otra bonita experiencia en compañía de mi familia y de tres grandes corredores como son Pili, Jaime y Rubén, además del grupo de "A To Trapo"; toca seguir buscando objetivos, entrenando y disfrutando de este bonito deporte pues quedan muchos kilómetros por recorrer y muchas líneas de meta por cruzar.



viernes, 7 de febrero de 2020

Maratón de Murcia (2) - La Organización

La de Murcia es una prueba relativamente nueva y es evidente que se están esforzando para mejorar, pero les queda un duro trabajo por delante porque con una participación baja es más sencillo gestionar ciertos aspectos, pero también los fallos son más evidentes cuando se cometen.
Vamos a lo concreto y empecemos por la web, bastante trabajada, en dos idiomas,  bien estructurada, atractiva y fácil de utilizar, en definitiva, lo que todos los corredores demandamos actualmente; la inscripción es sencilla y la información suministrada es bastante útil. Además, la información que recibe el corredor en el mail antes de la prueba es suficiente, no se exceden con los mensajes publicitarios y eso se agradece.
Pero pasemos a lo mollar, el fin de semana, cuyo punto neurálgico es la feria, ubicada en un complejo deportivo con piscina con espacio bastante bonito y suficiente para lo que se expone; yo acudí el sábado por la mañana a la hora en la que se disputaban carreras para niños, una buena iniciativa que ayuda a fomentar este deporte y a dar mayor visibilidad de su maratón a los propios murcianos. Por lo demás, en la feria se recoge el dorsal con comodidad, hay un stand con merchandising de la prueba, otro del patrocinador principal (EDP) y el resto son unos pocos stands con productos deportivos, alimenticios y algún que otro producto local. En general, la feria está bien teniendo en cuenta la participación, esperaba que fuera más pequeña, pero me sorprendió gratamente aunque no es comparable a la de competiciones más importantes, pero vale para el caso.
En este punto, me gustaría hablar de los voluntarios, en mi opinión, algunos son bastantes legos en la materia y eso se percibe ya con la entrega del dorsal que se realiza de una manera un poco desordenada y con la sensación de no tener muy claro la utilidad de la pulsera que entregan, de hecho a Jaime le entregaron una con número diferente al dorsal; la misma inexperiencia se percibe en los avituallamientos, pues en algunos no se ofrece la bebida, no informan de si te dan agua o isotónico y en la parte final algunos pasan, se sientan y dejan a los corredores que se alimenten por su cuenta.
Dicho esto, pasamos a la carrera que comienza en la plaza del Ayuntamiento, un espacio bonito pero no demasiado amplio, lo que puede generar problemas en caso de crecimiento de la prueba ya que actualmente resulta ya un poco incómodo; hay baños, pero no demasiados, supongo que por cuestión de espacio o quizás de presupuesto. No obstante, es fácil calentar por los alrededores si se necesita, pues el río está al lado.
La carrera se disputa en un circuito que comparten los atletas de media y maratón y en en parte los de 10Km, pero estos últimos salen 20 minutos más tarde, así que la salida se efectúa sin problemas; sin embargo, hay un tramo en el que se juntan las tres pruebas durante unos 3 Km y eso perturba bastante a los maratonianos porque tienen que adelantar a los atletas más lentos de la prueba corta y eso resulta molesto. En cuanto al recorrido, no es demasiado atractivo salvo su paso por el centro, pero como no conozco bien la ciudad no puedo sugerir alternativas, aunque si me atrevería a decir que el tramo de carretera entre huertas que acaba en un fondo de saco, es un claro candidato a ser eliminado.
La. señalización del recorrido es correcta, pero volvemos al tema de los voluntarios y es que durante la segunda vuelta se relajan en exceso de manera que llegas a un cruce y no tienes claro si girar a derecha o izquierda hasta que no estás prácticamente en el cruce y en otras ocasiones no tienes claro si girar antes o después porque nadie lo indica; tampoco es demasiada atinada la ubicación de la animación de la organización, pues hay un punto donde se solapan y sin embargo hay muchos tramos donde no hay nada, sobre todo en los kilómetros finales donde es más necesario para los corredores.
También es necesario hablar d elos avituallamientos, que se disponen sólo a un lado de la calle, en mesas grandes, pero desorganizadas; de momento, el primer avituallamiento que me dieron fue de isotónico, lo cual no es correcto, pero además, no están ubicados en los kilómetros correctos, se ofrece bebida o no según que caso y además es imposible saber donde está el agua y donde está el isotónico porque ni está señalado ni te lo dicen los voluntarios salvo en un par de casos; claramente, es un aspecto que puede mejorar mucho.
Y llegamos a meta, ubicada en un entorno excepcional, la Plaza de la catedral y posteriormente te dirigen a una zona de descanso bastante correcta en la que tras colgarte la medalla,  te ofrecen agua, cerveza, alimento sólido y masajes si lo necesitas; en este caso, creo que es bastante adecuado.
No me habían hablado bien de esta carrera a nivel organizativo, pero tras disputarla mi opinión ha cambiado, no es tan malo como me habían dicho, pero tiene que mejorar m´s de lo que lo ha hecho esta edición, con el objetivo de tratar bien al corredor y lograr que la participación suba, pues creo que tiene posibilidades.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Maratón de Murcia (1) - El ambiente

Con una población de casi medio millón de habitantes, no podemos referirnos a  Murcia como de una ciudad pequeña, aunque si lo podemos hacer cuando hablamos de su coqueto casco histórico, cuyo centro neurálgico es su catedral barroca ubicada a pocos metros del río Segura, que cruza la ciudad. Lógicamente, la mayoría de hoteles y restaurantes están esparcidos por el centro, que también ejerce de anfitrión de un maratón bastante novato que este año ha incrementado de manera notable su participación, pero que tendrá que seguir mejorando para hacerse un hueco definitivo en el listado de maratones españoles.
Yo reservé un hotel de los que ofertaba la organización, pues ofrecía desayuno temprano y el check out tardío y al igual que el resto de hoteles oficiales, se situaba a escasos metros de la Plaza de la Catedral, donde finaliza la prueba; además cuenta con la ventaja que no es necesario caminar más de 10 minutos para encontrar un buen restaurante donde reponer fuerzas antes o después de la competición, una actividad que realizan prácticamente todos los participantes y acompañantes de la prueba. En resumen, el pequeño centro histórico murciano se llenó de corredores durante el fin de semana y aunque la presencia no era  masiva porque tampoco lo es la participación, si era posible respirar ese sano ambiente atlético previo a una competición de estas características.
Peor antes de llegar a mi hotel, ya había pasado por la feria del corredor, más bien mini-feria, ubicada en un pabellón anexo a una piscina; el lugar es coqueto y el ambiente escaso, pues no eramos muchos los que estábamos recogiendo el dorsal y la oferta de stands, lógicamente, era bastante limitada, aunque con algunas cosas interesantes y un personal bastante agradable.
Llegamos ya al domingo y como es habitual,  la zona de salida estaba plagada de atletas, acompañantes y curiosos para ver las evoluciones de los esforzados corredores en los primeros metros, pero tras el pistoletazo de salida la animación en las calles es muy escasa, concentrada en algunos cruces y en dos puentes que cruzan el Segura, mientras que el resto del recorrido se hace con la única animación de algunos puntos que coloca la organización; durante la segunda vuelta, el número de espectadores cae drásticamente, de manera que el espectáculo es desolador porque el número de maratonianos no es muy numeroso. Sólo se recupera en ambiente en los últimos 200 metros, cuando se llega a meta en ese magnifico marco que  ofrece la Plaza de la Catedral que se cruza sobre una alfombra negra mientras el público jalea a los corredores.
Como todos sabéis, tengo la buena costumbre de llevar mi propia animación y en esta ocasión también tuve la suerte de coincidir con Jaime y Pili que me me presentó a varios atletas de su club, también de la partida; en cuanto a mis "fans", esta vez a Marisa le acompañaron mi hermano Juan Carlos y mi cuñada Nita que acudieron con mi sobrino Rubén que disputaba la media; me animaron en varios puntos del recorrido, e incluso Rubén se les unió tras una ducha y me dio los últimos ánimos a unos 8 km de meta; no tengo que recordar que su actuación fue sobresaliente.
Murcia es un maratón modesto y como suele pasar en estas ocasiones, el ambiente no es lo más destacable, aunque esperemos que el crecimiento de la prueba conlleve una mejora de este aspecto.