lunes, 19 de noviembre de 2012

Fracaso

No hay que darle vueltas, mi actuación en el trofeo José Cano 2012 ha sido un absoluto fracaso. No es el momento de paños calientes, de palmaditas en la espalda o del típico: "ya saldrá", sino el momento de reflexionar sobre mi rendimiento en una distancia que se me lleva atragantando varios años. Y la reflexión es complicada, porque estoy entrenando bien, me hallo en un momento de forma excelente y sin embargo, mi actuación ayer rozó lo patético, mal de principio a fin.
La jornada empezaba bien, ausencia de lluvia, temperatura agradable y un ligero viento no muy significativo. Llegué a la salida con tiempo suficiente para calentar y hacer alguna progresión, pero sin pasarme, pues mis piernas estaban bien y quería salir fuerte. Me dirigí a la salida y me coloqué mal, no se todavía la razón, porque había espacio suficiente para colocarse más adelante y opté por colocarme un poco más atrás para salir con gente de nivel similar; primer error, me coloqué con los que iban de paseo.
Suena el pistoletazo e intento arrancar fuerte, pero ni por esas, empujones cruces, reproches y me voy por una acera para poder correr a mi aire; ya estoy nervioso, las cosas no empiezan bien, pero no pasa nada. Llego a la doble curva y vuelvo a pararme por cogerla por dentro; y digo yo, ¿cuantas veces me he repetido que en las carreras masivas hay que ir por fuera para evitar pararse? Pues no, me voy por dentro, pierdo tiempo y me pongo más nervioso. Paso  por el primer kilómetro en 3'55'', mal, así que hay que remontar, pero la calle pica hacia arriba, voy crispado y a pesar de cruzar el km 2 en 7'50'' noto que las cosas no van bien, muy forzado para el tiempo que marco. 
La carrera empieza a picar hacia abajo y pienso que las cosas pueden empezar a cambiar, pero las cosas no marchan y pronto giramos a la derecha y llegamos a Arcentales, donde se va a decidir todo, porque tras bajar hacia la glorieta, la carretera se empina y empiezo a sufrir; las cosas no van bien, pero paso el km 5 en 19'50'' y la carrera gira 180º para volver por donde he venido y volver a subir Arcentales. Y ahí me hundo, el km 6 lo hago por encima de 4'15'' y aunque recupero un poco, cuando llego al km 7, el crono marca 28'30'', es decir, hay que recuperar 30'' en tres kilómetros, pero son cuesta abajo.
Me conjuro y me digo, vamos por ello; pero las piernas no parecen obedecer al cerebro y no sólo no recupero sino que al paso por el km 8 sigo perdiendo fuelle y lo mismo me pasa en el km 9. Con las piernas doloridas, cansado y sobre todo, abatido, recorro el último kilómetro pensando en que se me ha vuelto a ir, en una carrera no tan rápida, pero favorable para haber logrado mi marca, mi sueño.
El tiempo final, 40 min 50'' es un golpe duro para mi moral, porque ni siquiera me he acercado a mi MMP. Para que os hagáis una idea, en Moscú corrí los cinco últimos kilómetros a una media de 4'07'', pero llevaba 37 en las piernas; ayer, en sólo 10 km, mi media se quedó en 4'05''. ¿Inexplicable? Yo que sé.
En fin, otra oportunidad más perdida y van... Pero no es el momento de lamentos, hay que seguir entrenando, hay que seguir peleando e intentándolo. No sé donde ni cuando volveré a intentarlo; de momento mi objetivo principal sigue siendo el Maratón de Sevilla de febrero y un mes antes la Media de Getafe, pero Depa quiere que vuelva a intentarlo antes de preparar esos retos y por supuesto, Depa manda. Habrá que bajar de 40 minutos, por el y por vosotros.


viernes, 16 de noviembre de 2012

Los diez kilómetros más rápidos de España

El próximo domingo volveré a disputar el Trofeo José Cano, popularmente conocido como la Carrera de Canillejas. No os voy a contar mucho de esta tradicional prueba, pues ya hablé de ella cuando la corrí hace unos años. Como la organización publica en su cartel, son diez kilómetros muy rápidos, los más rápidos de España, los que me van a servir para quemar el asfalto y superar de una vez por todas los cuarenta minutos que todavía adornan mi mejor marca en los diez mil metros.
Las condiciones parecen ideales: estoy en una forma excelente, como lo demuestran mis series de 500 metros entre 1'4'' y 1'40''; el recorrido pica hacia abajo casi por completo, de hecho, acaba en el punto más bajo del barrio; por último la hora, las 11:30 de la mañana, que permite ir con las piernas en buenas condiciones para dar todo lo que llevan dentro.
Depa y mis amigos pronostican que bajaré de 40 minutos con holgura, pero la historia está llena de fracasos sonoros y no quiero precipitarme; el domingo saldremos de dudas, hasta entonces debo relajarme, concentrarme y descansar, para que os pueda contar que por fin soy sub40. Si no lo consigo, os aseguro que lo consideraré un absoluto fracaso.


martes, 13 de noviembre de 2012

Behobia 2012: I love this race

Ya he corrido la Behobia; me habían hablado mucho y bien de esta carrera y la experiencia no me ha decepcionado, es más, me ha entusiasmado recorrer los 20 kilómetros que separan la localidad fronteriza guipuzcoana con el Boulevar de San Sebastián. Han sido 20 km intensos, con las cunetas llenas de aficionados animando a los 25.000 valientes que nos hemos vestido de corto para afrontar frío, lluvia, viento y cuestas en una carrera inolvidable.
A las 8:15 de la mañana, mi amigo Miguel me acercaba a la estación de Renfe, repleta de corredores para tomar el tren que nos llevaría a Behobia. Un poco apretados, pero con ganas de correr, llegamos a Irún, donde unas lanzaderas nos acercaron un poco más a la salida. Faltaba más de una hora para que salieran los primeros atletas y la zona estaba llena de corredores, pertrechados con paraguas, chubasqueros o lo que hubiera a mano para guarecerse de la pertinaz lluvia que caía sin respiro. Tras cambiarme bajo un puente, dejé mi ropa en el camión correspondiente y me dispuse a esperar más de una hora bajo la lluvia, vestido ya de corredor y con sólo una camiseta vieja como prenda de abrigo. Cualquier marquesina o balcón era propicia para resguardarse de la lluvia, pero era difícil evitar que las zapatillas se humedecieran y que el frío penetrara en el cuerpo.
Cuando faltaban unos 20 minutos para comenzar, di unas carreritas a modo de calentamiento y me coloqué en la línea de salida, empapándome ya del todo, pues cada vez llovía con más fuerza. Por fin comienza la cuenta atrás, me quito la camiseta vieja y me quedo en tirantes, el espectáculo va a comenzar...
Salgo sin forzar, estoy frío y mis piernas no funcionan como es debido, pero no me puedo permitir calentar, así que comienzo a incrementar el ritmo, que pronto se acerca a los 4 min/km. El paso por Irún es muy animado, con mucha gente jaleando a los atletas en las calles, pero mis sensaciones no son del todo buenas, pues me duelen las piernas. Al paso por el kilómetro 5 estoy por encima de los 21 minutos, pero ya empiezo a sentirme bien y la transición hasta el primer puerto de la carrera es bastante rápida.
Comienza el primer puerto, una cuesta larga, pero tendida, en la que hay que mantener el ritmo y no hay que cebarse demasiado para no pagarlo más adelante, pues queda mucha carrera. Corono sin demasiados agobios y la carrera entra en una zona de toboganes que no me resulta demasiado duro, pues los tramos, tanto de subida como de bajada, son largos y es posible mantener ritmos constantes. La lluvia nos da un respiro y  llego al kilómetro 10,  mi parcial marca por debajo de los 21 minutos, la carrera va bien. Los toboganes continúan hasta Lezo, otra con mucho público en la que comienza el descenso hasta Pasajes, donde ya hay una fila continua de entusiastas aficionados que se prolonga hasta la meta. Pasajes es llano, feo, pero muy llano, pero soy cauto y no incremento el ritmo, temeroso de la llegada al alto de Miracruz, la última dificultad importante la a carrera. Así mi parcial por el kilómetro 15 es de 21 minutos y escasos segundos, si paso bien Miracruz, el sub 1h24' está a mi alcance.
Comienza Miracruz, es una rampa dura, hay que mantener bien el ritmo y no permitirse licencias que te puedan hundir; me costó, pero no tanto como pensaba, pues cuando empezaba a pasarlo mal, pude ver el cartel del restaurante "Arzak" al fondo, el punto donde comienza una vertiginosa bajada hacia la meta. Miré el crono y me di cuenta que tenía que correr a 4 min/km hasta el final para conseguir el objetivo; adelante. Me lancé a tumba abierta cuando la lluvia volvía a aparecer arreciando de lo lindo, pero ya no importaba, olía la meta y mis piernas se movían a todo gas. El Boulevar de la capital donostiarra era azotado por el viento y la lluvia, pero el gentío era impresionante y me hizo volar hasta la meta, parando mi crono en 1h23'38'', un buen tiempo para mi debut en la clásica más importante del calendario nacional.
La Behobia no me ha decepcionado, es de esas carreras que enganchan, en las que disfrutas corriendo, por el ambiente, por el excelente trato al corredor y eni mi caso, porque mi marca demuestra que mi preparación funciona y que si todo sigue bien, puedo llegar a Sevilla en condiciones d elograr ese deseado sub 3 horas.  Para eso queda mucho, de momento voy a centrarme en mi próximo objetivo: diez kilómetros vertiginosos en Canillejas. Espero que el próximo lunes os pueda contar que por fin bajé de los 40 minutos.


jueves, 8 de noviembre de 2012

A Behobia

A los que nos dedicamos a esto de correr, nos gusta mucho hablar del tema con los colegas, de ese entrenamiento que te salió "niquelao" o de esa carrera en el que ibas como un tiro; pero aparte de las batallitas personales, nos gusta hablar de pruebas atléticas que nos han marcado, pedimos consejo acerca del recorrido, la dureza del trazado y del ambiente. Tras unos años metido en esto, he descubierto que casi todo el mundo del running sabe perfectamente cuales son las mejores pruebas del calendario nacional y dentro de esas, la Behobia- San Sebastián es considerada por muchos como la mejor carrera popular de España.
Dicen los que la han corrido, que la Behobia es una carrera distinta, no por la rapidez de su trazado o por la importancia de la participación de atletas de elite, sino por el gran ambiente que se vive en su recorrido de escasos 20 km y por el espléndido trato que se le da a los verdaderos protagonistas de la prueba: los corredores populares. Al parecer, las carreteras que unen la ciudad fronteriza de Behobia con la Bella Easo, se llenan de aficionados que no paran de animar y aunque he vivido un ambiente similar en Siete Aguas, parece que esta carrera los supera.
Va a ser mi primera participación en esta prueba, pues hasta ahora mis compromisos maratonianos me había privado de tener libre esta fecha para poder correr con garantías. Esta vez, llego en un gran momento de forma, con la moral alta y con ganas de hacer una buena carrera. Según Depa, tengo que ir a hacer 1h20', pero a mi me parece que en una carrera tan dura no va a ser posible y me conformaría con bajar de 1h24'. Todo eso os lo contaré después del domingo, tras una carrera que se prevé dura, animada y húmeda, pero claro, ¿que se puede esperar en San Sebastián en estas fechas?

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Un entrenamiento con vistas

He pasado el puente de todos los Santos en Italia, visitando Venecia y Florencia y como pasa en todos mis viajes, fui cargado con mis zapatillas para salir a entrenar, pues las vacaciones no implican que haya  que hacer un parón en los entrenamientos.
Mi primera parada fue Venecia, peor me alojé en la isla del Lido, famosa por su playa y sus casinos y obviamente más propicia para correr que el centro de la ciudad de los canales. Madrugué para hacer un rodaje de 40 minutos y aunque inicialmente mi intención era correr paralelo a la playa, mi sentido de la orientación no funcionó y acabé corriendo por una carretera que cruzaba la población, sin ningún atractivo más que alguna construcción peculiar y algún que otro parque al lado del mar.
Mucho más agradables fueron las salidas que realicé días después en Florencia, una ciudad en la que se respira arte por todos sus rincones, la ciudad en la que residió el gran Miguel Ángel y donde se puede admirar su obra cumbre: el David. Pero como este no es el lugar adecuado para hablar de estos temas, voy a centrarme en la ruta que realicé esas mañanas, saliendo de mi hotel, en pleno centro de la urbe y tras callejear alcanzar la ribera del río Arno, que seguía en dirección al parque de La Cascine, a las afueras del núcleo urbano. En mi recorrido, podía admirar los puentes que cruzan este río toscano, con especial mención al famoso Puente Veccio, tras el cual, aún restaban unos dos kilómetros para llegar a la entrada del parque que he mencionado, un auténtico pulmón de la ciudad y un lugar muy adecuado para la práctica del running. No en vano, me crucé con varios corredores que hacían el recorrido de ida o de vuelta al pulmón verde de Florencia, dentro del cual me encontré con muchos más, a pesar de lo temprano de la hora. El parque es muy adecuado para correr, con caminos amplios, asfaltados o compactados, llanos y con una longitud adecuada para realizar un buen entreno.
En definitiva, si vais a Venecia y os quedais en el Lido podéis correr sin problema, porque imagino que en la ciudad no hay espacios adecuados para hacerlo; en cuanto a Florencia, la experiencia de correr por sus calles es realmente irrepetible y aconsejo que todo corredor que pase unos días en la ciudad toscana, se lleve las zapatillas para disfrutar del arte... corriendo.