Mi carrera del pasado domingo en Tudela no pasará a la historia de mi vida atlética como una gran prueba. Las previsiones se cumplieron a rajatabla, mis piernas no estaban para muchos tangos y mi tiempo final, 1h30'24'', es la prueba evidente de lo que os estoy contando. A falta de ocho semanas para el maratón y teniendo en cuenta la carga de kilómetros que me he metido al cuerpo en el último mes, el resultado es el más lógico, aunque me hubiera gustado bajar de la hora y media.
Me gusta correr por el norte de España, porque aparte de haber cosechado buenos resultados, siempre he disfrutado de la compañía de amigos de la zona y en esta ocasión Miguel Y Virgina fueron nuestros anfitriones en Pamplona, donde pasamos un sábado tranquilo y lluvioso a la espera de la jornada dominical. El domingo amaneció nublado, pero de camino a Tudela el cielo fue despejándose, de manera que se quedó un buen día para la práctica deportiva, sol, temperatura agradable, pero con un molesto viento. Recogí chip y dorsal en el polideportivo sin colas ni esperas; también me dieron la camiseta y la bolsa del corredor, que incluía verduras, como esperaba.
La zona de calentamiento y salida era amplía y esta vez me coloqué bien para salir entre los primeros. El ritmo inicial era cómodo, aunque algo rápido para mi, a 4' el km. Poco a poco fui moderando el ritmo, pasando el km 5 por encima de los 20'. En el km 6 se subía la única cuesta del recorrido, a la que seguía un falso llano que discurría por los polígonos industriales de la localidad. Pasé el km 10 en 42' 40'' una vez que ya habíamos dado la vuelta en el polígono y se empezaba a notar un molesto viento de cara. Mi ritmo empezaba a decaer, algunos atletas me pasaron, pero no era el momento de gastar energías y decidí seguir a lo mío, buscando bajar de la hora y media. Volvía hacia el pueblo y cada vez había más gente animando, lo cual me espoleó para afrontar los últimos 5 km en los que se repetía la parte inicial del recorrido, que discurría por el campo.
En esos últimos kilómetros subí un poco el ritmo y recogí varios "cadaveres", pero no fue suficiente para conseguir el tiempo deseado y tras los últimos metros callejeando para mi cronómetro en 1h30'24'', un buen tiempo, de hecho mi tercera mejor marca en media, pero que me dejó un sabor agridulce pues me hubiera gustado hacer un tiempo que me animara algo más de cara a lo que me queda todavía.
Después de la carrera me duché en el polideportivo y me fui a comer un menú de verduras en un restaurante local. Una buena comida en buena compañía.
Mi preparación va bien, podría decir que "progreso adecuadamente", pero quedan muchos kilómetros por hacer y una media más por disputar antes de afrontar las 26,1 millas de Londres, donde espero terminar con mejor sabor de boca; será señal de una buena marca, porque me resulta difícil que los fish and chips ingleses me gusten más que las verduras tudelanas.