martes, 16 de junio de 2015

Legua de Titulcia

Mi segundo test de pretemporada volvía a ser una legua, esta vez en Titulcia, un pueblo enclavado en las vegas madrileñas, donde me desplacé en busca de un recorrido llano que a la postre, no lo era. Había entrenado bien las últimas semanas, poco kilometraje, pero haciendo buenas series cortas, por lo que tenía  esperanza en conseguir un buen crono.
El caso es que llegué con tiempo suficiente para recoger mi dorsal, tomarme un café y calentar un rato por los caminos aledaños; tras calentar las piernas, unos progresivos y a la salida, a tiempo y bien colocado.
No quería fundirme en el primer kilómetro, así que no salí demasiado rápido al principio, aunque por debajo de 4 min/km. El recorrido no era plano, sino que se recorría una calle picando hacia abajo hasta salir del pueblo e internarse por un camino en buen estado y con suficiente amplitud. Pero si mi primer kilómetro fue esperanzador (3'46''), en el segundo ya me fui por encima de 4 min/km (4'04'') y a partir de ahí se me fue la carrera, pues tras girar para volver al pueblo y completar la primera vuelta, el recorrido picaba hacia arriba, el viento soplaba de cara y mis piernas no respondía, así que se acabaron mis posibilidades de hacer una buena marca al irme por encima de 4'15''.
Consciente de mis limitaciones, cambié el objetivo para intentar estar por debajo de 24' en meta, un objetivo modesto que pude lograr, pues aunque fui ligeramente más lento, no sufrí tanto como en la primera vuelta y pude acabar en 23'48'', una marca discreta, pero mejor que la de Valverde.
No estoy satisfecho, pues esperaba más, pero ni se me dan bien las distancias cortas, ni estoy bien preparado; en realidad no es necesario, mi objetivo está aún mi lejos, el 11 de octubre en Chicago y hay que ser paciente e ir dando los pasos con seguridad y sin venirse abajo. Es cierto que podía estar mejor, pero no estoy tan mal y estoy recuperando esa chispa que había perdido después de tanto maratón; eso lo noto en los entrenamientos día a día, aunque no quedara reflejado en esta prueba.
En definitiva, hay que mirar hacia adelante y seguir entrenando, disfrutando de este deporte sin perder la esperanza. Yo no me he rendido, ni lo voy a hacer.


jueves, 4 de junio de 2015

La legua de Valverde del Majano

Elegí la Legua de Valverde del Majano para volver a la competición tras el Maratón de Viena; había que empezar sin forzar demasiado y una legua es una distancia ideal para evitar sufrir más de lo necesario. Además, los entrenamientos que me ha estado programando Depa, no han sido demasiado fuertes, con poco volumen de kilometraje, cuestas y velocidad. En cualquier caso, nada específico para competir. El objetivo era volver a tener contacto con la competición y correr lo más rápido que se pudiera y se cumplió, en parte.
Debido a la celebración de las elecciones municipales el domingo, la legua se disputó  el sábado, en la jornada de reflexión. Acudí en familia a la provincia de Segovia y es que en Valverde volvimos a correr en varias categorías, pues Marisa y mis sobrina Esther corrieron la general conmigo y mis sobrinos Hugo y Mauro, las carreras para más pequeños; todos dejamos el pabellón bien alto.
Calenté bastante por las calles de este coqueto pueblo segoviano, pues quería tener los músculos a punto antes de iniciar una carrera rápida y corta; hacía calor, viento y la inspección previa del circuito, una sucesión de tramos hacia arriba y hacia abajo en tres vueltas, presagiaba una carrera dura.
Éramos poco y me coloqué muy bien, así que la salida fue muy rápida, a la estela de atletas mucho más rápidos que yo. El nivel era alto y obviamente no estoy a ese nivel, menos aún, después de no haber preparado específicamente la prueba, así que después de mantener bien el tipo los tres primeros kilómetros, corriendo por debajo de 4 min/km, el viento, las cuestas y mis piernas me devolvieron a la realidad y me quedé casi clavado hasta que conseguí cruzar la línea de meta en 23'58''.
El tiempo no es muy bueno, pero teniendo en cuenta los factores que se daban, sobre todo el poco entrenamiento, es para estar satisfecho. Queda mucho camino por delante antes de empezar a preparar específicamente Chicago, el calor aprieta cada día más y los entrenamientos empiezan a restringirse a horarios tempranos o nocturnos, el resto del día es imposible. Toca volver a sufrir los rigores estivales, pero convencido que estoy en el buen camino y recuperando esa chispa que había perdido en los último doce meses.