La ciudad de Bizancio fue fundada por colonos griegos allá por el año 600 a.c.; supongo que cuando se establecieron en ese privilegiado entorno, ignoraban la apasionante historia que iba a surgir de ese pequeño asentamiento. Persas, espartanos, macedonios y celtas conquistaron sucesivamente la ciudad hasta la llegada del Imperio Romano en el año 191 a.c., pero fue Constantino el Grande quién en el año 330 refundó la ciudad como Nueva Roma y posteriormente como Constantinopla y la convirtió en la capital del Imperio. Tras la división del Imperio Romano en el 395, se estableció como capital del Imperio Bizantino. Fue una época importante en la ciudad, en la que se construyó la magnífica iglesia de Santa Sofía, pero con la decadencia del imperio, la ciudad fue conquistada por los otomanos en 1453 para convertirse en la capital de dicho imperio. Esa fecha, 29 de mayo de 1453, se considera el inicio de la Edad Media.
Los otomanos renombraron la capital como Estambul y la ciudad se transformó completamente, Santa Sofía se convirtió en mezquita, aparte de construirse otras nuevas como la de Mezquita Azul o la de Suleiman.A finales del siglo XVII, Estambul era una de las ciudades más ricas del planeta y contaba con 500.000 habitantes, pero el Imperio Otomano también llegó a su fin con la Primera Guerra Mundial y la ocupación del país por británicos, franceses, griegos etc. La República de Turquía que hoy conocemos, fue fundada por Kemal Ataturk el 29 de octubre de 1923, después de conseguir la victoria en la guerra de la independencia contra losgriegos . Por tanto, este año se han cumplido 100 años de la creación de la República de Turquía, que además de otros eventos, se conmemorará durante la disputa del Maratón de Estambul, el único maratón intercontinental del mundo.
Estambul es uno de esos maratones que tenía en mi agenda desde hace tiempo, una carrera atractiva por el la ciudad en si y por la peculiaridad de correr en dos continentes en la misma prueba, pues la carrera empieza en el lado asiático del puente que cruza el Bósforo, para pasar al lado europeo donde se desarrolla prácticamente toda la prueba. La prueba pasa por la zona más monumental de la ciudad para luego seguir la costa en un recorrido de ida y vuelta que lleva a la meta ubicada frente a la Mezquita Azul; parece un recorrido interesante, aunque también puede ese recorrido al lado del mar se haga un poco tedioso, veremos.
No llego a Estambul en mi mejor momento, la preparación iba viento en popa hasta que una sobrecarga en el isquio me obligó a parar durante seis días, además en la parte clave de la preparación, tres semanas antes de la prueba: Ya estoy recuperado y parece que listo para poder acabar sin sobresaltos, pero tendré que ser prudente y no forzar demasiado para evitar que se reproduzca la lesión; habrá que acabar de la manera más digna posible y para eso también contaré con el apoyo de mi inimitable afición que estaré en las calles otomanas animando como siempre. Esta vez la expedición la componen Carlos, Myriam, Encho, Toli, mi sobrino Dani y. obviamente Marisa, que buscará la ubicación óptima para arroparme.
Espero terminar mi cuadragésimo octavo maratón el próximo domingo a mediodía y disfrutar de una prueba con muchos atractivos que, como he dicho, conmemora el primer centenario de la República de Turquía. El cruce del Bósforo, el recorrido costero y la llegada en Sultanhamet seguro que valen la pena.
Y para terminar, me voy permitir reproducir un cuarteto de la archiconocida "Canción del Pirata" de Espronceda que me servirá para motivar mi desempeño maratoniano.
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