Hace ya unos años que conocí a Pili Isidro, la mejor maratoniana de España, sin lugar a dudas; a Pili, como a mi, nos apasiona la distancia de Filípedes y ambos hemos coleccionamos maratones alrededor del mundo, aunque ella lleva más que yo y hasta ha conseguido alguna victoria. A ambos nos gusta vivir con intensidad los fines de semana maratonianos, la visita a la feria del corredor, vivir el ambiente en carrera, una simple charla con otros atletas... pero hay algo que a Pili le gusta por encima de todo y es recibir la medalla de finisher, porque ella es bastante "friki" de las medallas.
Os preguntaréis el porqué esta introducción, pero lo cierto es que viene al caso porque la primera vez que supe algo de la Maratona di Ravenna fue al navegar por páginas de maratones en internet y descubrir que la medalla de finisher de esta prueba es una auténtica obra de arte, pues está hecha de mosaico; lógicamente se lo conté a Pili y enseguida decidimos poner este maratón en la lista de futuribles, de manera que este año, por fin , cae.
Para los que no lo sepáis, Ravenna se ubica unos kilómetros al sur de Venecia , en la región Emilia-Romaña y es conocida como la "Ciudad del Arte" por los hermosos mosaicos que se pueden admirar en varios edificios históricos. Ravenna también es conocida por albergar la tumba del gran poeta Dante Alighieri. Y además de estos datos culturales, es una ciudad que organiza múltiples eventos deportivos, entre ellos, un maratón que parece estar bien organizado, con un recorrido atractivo y bastante llano y que espero completar el próximo domingo junto a Pili.
Será la segunda vez que corra un maratón sólo dos semanas después de otro, pues ya probé la experiencia en 2014 con los maratones de Coruña y Praga; aquella vez corrí muy fuerte en Coruña (3h04'46'') y me costó acabar en Praga (3h21'32'') y creo que en esta ocasión las cosas van a ser similares, pues he corrido a tope en Frankfurt y pronostico una carrera complicada en Ravenna, aunque mi intención es salir a rodar sin más junto a Pili, hacer el maratón juntos y acabar por debajo de las 3h30'.
También será mi primera cita maratoniano en Italia; el país transalpino siempre ha estado en mi agenda de futuribles y espero volver para correr en Roma, Florencia, quizás en Venecia... ya se verá. Y hablando de números, cumpliré 26 citas con los 42,195 km, justo dos semanas después de haber celebrado mis particulares "bodas de plata" con la distancia de Filípedes. Será mi cuarto maratón de 2016, un año en el que he mejorado mis marcas respecto a años anteriores y espero seguir haciéndolo en 2017, aunque siga acumulando años, pero también voy a acumular ilusión.
El centro histórico de Ravenna nos espera en una jornada que previsiblemente va a ser lluviosa; no importa, vamos a disfrutar de la carrera, sin presión por la marca, sólo a correr porque nos gusta correr. En las calles estará, como siempre, Marisa animando y esta vez junto a la madre de Pili y mis cuñados Paco y Maribel. El próximo domingo espero colgarme una nueva medalla, esta vez realizada en mosaico y después de haber vuelto a disfrutar de una prueba que crea adicción, porque un maratón es una prueba única que merece ser amada y respetada como merece.
También será mi primera cita maratoniano en Italia; el país transalpino siempre ha estado en mi agenda de futuribles y espero volver para correr en Roma, Florencia, quizás en Venecia... ya se verá. Y hablando de números, cumpliré 26 citas con los 42,195 km, justo dos semanas después de haber celebrado mis particulares "bodas de plata" con la distancia de Filípedes. Será mi cuarto maratón de 2016, un año en el que he mejorado mis marcas respecto a años anteriores y espero seguir haciéndolo en 2017, aunque siga acumulando años, pero también voy a acumular ilusión.
El centro histórico de Ravenna nos espera en una jornada que previsiblemente va a ser lluviosa; no importa, vamos a disfrutar de la carrera, sin presión por la marca, sólo a correr porque nos gusta correr. En las calles estará, como siempre, Marisa animando y esta vez junto a la madre de Pili y mis cuñados Paco y Maribel. El próximo domingo espero colgarme una nueva medalla, esta vez realizada en mosaico y después de haber vuelto a disfrutar de una prueba que crea adicción, porque un maratón es una prueba única que merece ser amada y respetada como merece.
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