martes, 1 de noviembre de 2016

Maratón de Frankfurt (1) - El ambiente

La ciudad bañada por el río Meno acoge el maratón más antiguo de Alemania,una prueba de la que se enorgullecen sus moradores y que es uno de los acontecimientos más destacados del año en esta importante ciudad industrial germana. El Frankfurt Messe, una especie de pabellón en el que se celebran tanto ferias como conciertos musicales masivos, acoge la feria, la salida y la llegada de la carrera y se convierte en el punto neurálgico de la ciudad durante el fin de semana maratoniano. No es de extrañar que el ambiente atlético se ciña en gran medida a esa parte de la ciudad pues los hoteles y el centro comercial aledaño están repleto de maratonianos durante todo el fin de semana. Obviamente, también se pueden ver muchos turistas con zapatillas "voladoras" paseando por el centro de la ciudad.
Llegué el viernes a Frankfurt y ese mismo día me dirigí a la feria, que ya estaba bastante animada tanto por dentro como por fuera del recinto; la feria ofrece bastantes atractivos para que la gente pase un buen rato visitándola, aunque su tamaño se ajusta al número de participantes, es decir, tamaño medio; el ambiente de la feria, también se traslada al centro comercial aledaño cuyos restaurantes estaban repletos de atletas comiendo hidratos. De hecho, en algún restaurante nos dijeron que se notaba la gran afluencia de público durante el fin de semana, algo que también se podía ver en el centro de la ciudad, aunque en menor medida, pero que me lleva a concluir que en la ciudad de  Frankfurt se vive de manera especial este evento tan importante.
En esta ocasión, decidí correr la Family Run el día antes del maratón, que en Frankfurt se denomina Prtezel Run pues tras finalizar el recorrido de 5 km, a todos los asistentes se les obsequia con pretzels y bebida, además de una bonita medalla; calculo que fuimos unos 500 participantes, la mayoría alemanes y en muchos casos disfrutando del deporte con sus hijos de corta edad. Fue una excelente manera de hacer el rodaje previo a la carrera del domingo junto con Marisa y otra prueba que indica que los francforteses viven con intensidad su maratón.
Los buenos augurios sobre el ambiente se refrendaron el domingo, pues la salida era ya un hervidero de atletas y público muchos minutos antes del pistoletazo de salida; después, se recorren los primeros 10 km prácticamente por el centro y la animación es constante, con mucha gente en las calles jaleando a los atletas. Cuando se cruza el río, desciende un poco la cantidad de público salvo en las inmediaciones de algún puente, pero los habitantes de los barrios por los que se cruza también disfrutan la carrera y se pueden ver sillas al borde de la carretera para disfrutar en primera fila del espectáculo. Pasada la media, la carrera se adentra en una autopista y durante unos cuanto kilómetros no se ve prácticamente a nadie animando, pero a partir del km 28 se vuelve a entrar en la ciudad y la afluencia de público aumenta progresivamente hasta llegar a los kilómetros finales, en los que se vuelve a pasar por el centro de la ciudad donde la afluencia es masiva hasta llegar a la espectacular llegada en el interior del Frankfurt Messe. La llegada es realmente espectacular, de esas que se recuerdan toda la vida.
Creo que no es descabellado calificar con un notable alto el ambiente de esta veterana prueba en la que además de correr rápido por su correcto trazado, se puede disfrutar de un gran fin de semana atlético.


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