La noche previa a la carrera coincidía con el cambio al horario de invierno en Europa, de manera que pude dormir bien antes de que el despertador sonara a las 7 de la mañana; desayuné en la habitación y me volví a tumbar un rato para descansar hasta última hora porque la salida estaba a 10 minutos caminando.
Quedé con en un parque aledaño a la salida con Mario, su cuñado y su amigo Luis, para calentar y darnos los últimos ánimos antes de comenzar a disputar la prueba; hacia frío, pero el viento soplaba con muy poca fuerza y el cielo estaba despejado, un clima casi ideal par afrontar una prueba en la que había puesto muchas esperanzas.
Tras despedirme de Marisa y de mis hijos, me dirigí a mi cajón de salida, donde ya estaban casi todos los atletas, de manera que Mario y yo tuvimos que colocarnos en un lateral esperando el pistoletazo de salida y el avance de la "riada" de atletas. A pesar de este inconveniente, la salida fue limpia, jaleada por el numeroso público que abarrotaba las calles a esa hora tan temprana; tenía decidida mi táctica y aunque era similar a la de Mario, decidí no seguirle porque sé perfectamente que no estoy a su nivel. En definitiva, me puse a un ritmo aproximado de 4'18'' y aunque el comienzo fue un poco más lenta, intenté compensar en los siguientes kilómetros. Cometí el error de seguir el globo de las 2h59'59'' durante un kilómetro, pero es evidente que no llevaban un ritmo muy regular porque me salió a 4'05'' aproximadamente, así que volví echar el freno.
Los primeros kilómetros de la carrera discurrieron por el centro de la ciudad; había demasiados atletas y demasiados giros y pasos de bordillos e incluso un atasco alrededor del kilómetro 5 que me obligó a pararme unos segundos; había nervios entre los que queríamos llevar un ritmo cercano las 3 horas, pero poco a poco la carrera se fue estirando en la zona más desfavorable del recorrido que va del kilómetro 6 al 10 y que yo conocía pues Juan me había relatado a la perfección los pormenores del recorrido dos días antes. El caso es que pasé el km 10 en 43'04'', a ritmo de 4'18'' que yo quería, después de recibir por primera vez la inyección de moral que suponen los ánimos de Marisa y mis hijos.
A partir de ese punto, se inicia un tramo más favorable de unos 3 km en el que incrementé ligeramente el ritmo; luego la carrera se vuelve definitivamente plana y mi ritmo seguía siendo constante, a pesar de haber perdido ya la referencia, aunque seguía con los globos a la vista delante de mi.
Pasé la media en 1h30'47', es decir, a 4'18'' el kilómetro, pero no me sentía con fuerzas para incrementar el ritmo, así que decidí ser prudente e intentar mantener el que llevaba, lo cual significaba que el sub3h se alejaba casi definitivamente. Pero mi ritmo se iba resintiendo poco a poco y en el km 28 mi tiempo ya se había ido a 2h02'30'', pero en vez de desanimarme busque un nuevo objetivo y ese era acabar en 3h06'.
Marisa, Ángela y Alonso no faltaron a su cita a falta de 6 km, cuando mi ritmo ya había disminuido hasta los 4'40'' y mi nuevo objetivo era bajar de 3h10'. Intenté no venirme abajo en el tramo final de la carrera e incluso conseguí acelerar un poco en los últimos dos kilómetros, pero mi tiempo se fue hasta las 3h09'14'', un tiempo digno para cruzar la línea de meta de mi 25º maratón.
No puedo estar contento con mi actuación en Frankfurt, pues creo que tenía un sub3h05' en las piernas, pero estoy satisfecho por haber logrado el quinto mejor tiempo de mis 25 maratones completados, un tiempo por debajo de las 3h10'. Cumplí el plan que había establecido, saliendo a 4'18'', pasando la media entre 1h291 y 1h31', alternando agua/isotónico en los avituallamientos y tomando los tres geles habituales, más una pastilla de sales para evitar calambres; sin embargo, las piernas no dieron para más y la explicación es simple, no estaba tan bien como yo pensaba. Habrá que entrenar mejor para la próxima vez que quiera intentar hacer una buena marca, que será en septiembre de 2017 en Varsovia.
Hasta entonces intentaré disfrutar un poco más de la carrera y dejaré al margen la marca en los tres maratones que tengo programados; en 10 días correré en Ravenna, el próximo mes de enero en Las Palmas y en mayo en Lima, con lo que tacharé un nuevo continente donde habré disputado la distancia de Filípedes.
No puedo estar contento con mi actuación en Frankfurt, pues creo que tenía un sub3h05' en las piernas, pero estoy satisfecho por haber logrado el quinto mejor tiempo de mis 25 maratones completados, un tiempo por debajo de las 3h10'. Cumplí el plan que había establecido, saliendo a 4'18'', pasando la media entre 1h291 y 1h31', alternando agua/isotónico en los avituallamientos y tomando los tres geles habituales, más una pastilla de sales para evitar calambres; sin embargo, las piernas no dieron para más y la explicación es simple, no estaba tan bien como yo pensaba. Habrá que entrenar mejor para la próxima vez que quiera intentar hacer una buena marca, que será en septiembre de 2017 en Varsovia.
Hasta entonces intentaré disfrutar un poco más de la carrera y dejaré al margen la marca en los tres maratones que tengo programados; en 10 días correré en Ravenna, el próximo mes de enero en Las Palmas y en mayo en Lima, con lo que tacharé un nuevo continente donde habré disputado la distancia de Filípedes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario