Amaneció un día ideal para correr en Sevilla, sin viento, con una temperatura de unos 4 grados y muy pocas nubes en el cielo; era el día perfecto para intentar el asalto a las tres horas, pero yo no las tenía todas conmigo después de haber vomitado la cena del viernes y pasar un día un tanto "revuelto" el sábado. Así que, cuando me desperté, a los nervios normales previos a la carrera, se unió el miedo a no poder aguantar los 42 kilómetros a un ritmo competitivo. Desayuné en la habitación sin llenarme demasiado, me preparé y me dirigí a la calle para coger un taxi que me llevara a la salida.
Llegué con tiempo para evitar problemas, pero una vez que me había cambiado me dirigí al baño y la espera fue tan grande que no tuve tiempo de acudir a la "quedada" con mis amigos foreros y tuve que dejar la bolsa de la ropa a última hora, cuando sólo faltaban 10 minutos para el comienzo de la prueba. Afortunadamente, llegué a tiempo a la salida e incluso pude colocarme bastante bien, de manera que cuando sonó el pistoletazo que señalaba el inicio de la prueba, comencé a dar zancadas con comodidad e impuse el ritmo que me convenía desde el principio.
Enseguida me di cuenta que al lado derecho de la avenida estaba el globo de las 3 horas, así que me animé a seguirlo, manteniendo un ritmo de 4'13'', un poco por debajo del objetivo marcado. Sin embargo, no me sentía demasiado cómodo a ese paso y decidí dejar irse un poco al globo y disminuir un poco el ritmo, manteniendo a la vista al grupo de las 3 horas. Paso el primer cinco mil a 4'14'' de media y poco después recibo los ánimos de mi familia, justo al lado de la Maestranza, así que me animo un poco y mantengo el ritmo para pasar el 10.000 en 42'27''; poco después alguien me grita, es Moncho, mi amigo forero, que está siguiendo la carrera.
Estoy manteniendo bien el ritmo, pero las piernas no van sueltas, no tengo buenas sensaciones como pasaba en Moscú, pero lo achaco a que el ritmo es más elevado, así que me repito varias veces que bajar de 3 horas no es fácil y que si no estoy dispuesto a sufrir es mejor retirarse; siguen cayendo kilómetros y en el 16, de nuevo Marisa y los niños animan en una curva, les grito, me emociono y me vengo arriba. Empiezo a estar mejor, mis piernas necesitaban kilómetros para funcionar; en estas me adelanta Beto, otro forero, saluda y me cuenta que tengo a otros amigos por detrás; su ritmo es fuerte y le dejo ir, no quiero cebarme porque sé que él va más rápido. Todo va bien, pero aún temo desfallecer, porque el sábado comí poco y el desayuno tampoco había sido muy copioso para evitar problemas estomacales; quizás por eso mi ritmo se resiente un poco y paso la media en 1h30'10", un poco por encima de lo que yo quería, pero en un tiempo razonable.
Vuelvo a pensar, hay que acelerar un poco y lo hago, mejorando en los dos siguientes cincomiles; sigo apretando los dientes y mantengo un ritmo vivo; vuelve a aparecer Moncho para decirme que me queda lo más bonito del recorrido y que apriete. Paso al lado del Benito Villamarín y comienzo a recorrer el precioso Paseo de las Palmeras, pero al paso por el km 30, donde me anima otro forero, el gran Torroles, mi tiempo se va por encima de las 2h 08'; aún estoy en disposición de acabar en 3 horas, pero cada vez estoy más cansado y mis parciales vuelven a aumentar ligeramente.
Comienza la fase decisiva y la más bonita de esta carrera; llego al Parque de María Luisa y el recorrido empieza a serpentear, excesivamente en mi opinión, pero trato de mantener el ritmo, a pesar de las curvas, los adoquines y del sol que ya está bastante alto. Cada vez hay más gente y la animación me hace olvidar el piso adoquinado que molesta más de otra cosa; al paso por la avenida de la Constitución me anima mi amigo Alfredo, al que apenas le puedo responder con un mínimo gesto; voy tostado y me cuesta mucho el recorrido por la zona centro de la capital andaluza; estoy deseando cruzar el río y volver a la Isla de la Catuja.
Ya queda poco, cruzo por fin el puente de San Telmo y entro en la última fase la carrera; quiero apretar los últimos cinco kilómetros, como en Moscú, pero las piernas no están sueltas como aquella vez, de hecho no han estado sueltas en toda la carrera, así que aguanto el ritmo como puedo, vuelvo a apretar los dientes y me conjuro para sufrir hasta el final, a pesar de que ya sé que no seré sub 3h, pero también que voy a volver a pulverizar mi marca.Ya se puede ver el estadio al fondo, pero parece que nunca llega; Torroles vuelve animarme a falta de casi nada, ya huelo la meta. Paso el km 40 y parece que las distancias se alargan, porque el estadio sigue lejos, pero por fin entro en los últimos 1.000 metros; hay que apretar. Unos metros antes de entrar al estadio rebaso a Biermen, otro forero, con el que voy a entrar por el túnel sur hacia la gloria; a la entrada del túnel me anima Javigan , coño, si se ha retirado, pero me alegra verle dándome ánimos; entro en la pista, subidón, ya está, me quedan 300 metros para completar un auténtico carrerón, acelero, saludo al público a ciegas, porque sé que mi familia está en la grada, aunque no les veo; enfilo la recta de llegada y me recreo, me emociono y grito de alegría: Tomaaaa.... He terminado mi decimocuarto maratón y he vuelto a pulverizar mi marca en más de tres minutos: 3 horas, 1 minuto, 35 segundos ¿Se puede pedir más? Si, bajar de tres horas.
No penseis que estoy decepcionado, ni mucho menos; ha sido mi mejor maratón, no sólo por la marca, sino porque he corrido de acuerdo a mis posibilidades. Sabía que podía mantener un ritmo de 4'15'' y aunque al final se me ha ido a 4'18'', es obvio que mejorar esa media es asequible. No sé que hubiera pasado si no hubiera pillado esa inoportuna gripe 14 días antes de la carrera y tampoco podré saber que hubiera pasado si el viernes y el sábado hubiera descansado con normalidad. Ahora da igual, mi marca está rozando mi objetivo y tendré una nueva oportunidad para conseguirlo el próximo 13 de octubre en Munich; habrá que esperar un poco, lo suficiente para descansar, asaltar unos cuanto retos pendientes y volver a preparar a conciencia mi decimoquinto maratón; no hay prisa, los sueños a veces se hacen esperar y cuando se consiguen, se disfrutan más.
Enseguida me di cuenta que al lado derecho de la avenida estaba el globo de las 3 horas, así que me animé a seguirlo, manteniendo un ritmo de 4'13'', un poco por debajo del objetivo marcado. Sin embargo, no me sentía demasiado cómodo a ese paso y decidí dejar irse un poco al globo y disminuir un poco el ritmo, manteniendo a la vista al grupo de las 3 horas. Paso el primer cinco mil a 4'14'' de media y poco después recibo los ánimos de mi familia, justo al lado de la Maestranza, así que me animo un poco y mantengo el ritmo para pasar el 10.000 en 42'27''; poco después alguien me grita, es Moncho, mi amigo forero, que está siguiendo la carrera.
Estoy manteniendo bien el ritmo, pero las piernas no van sueltas, no tengo buenas sensaciones como pasaba en Moscú, pero lo achaco a que el ritmo es más elevado, así que me repito varias veces que bajar de 3 horas no es fácil y que si no estoy dispuesto a sufrir es mejor retirarse; siguen cayendo kilómetros y en el 16, de nuevo Marisa y los niños animan en una curva, les grito, me emociono y me vengo arriba. Empiezo a estar mejor, mis piernas necesitaban kilómetros para funcionar; en estas me adelanta Beto, otro forero, saluda y me cuenta que tengo a otros amigos por detrás; su ritmo es fuerte y le dejo ir, no quiero cebarme porque sé que él va más rápido. Todo va bien, pero aún temo desfallecer, porque el sábado comí poco y el desayuno tampoco había sido muy copioso para evitar problemas estomacales; quizás por eso mi ritmo se resiente un poco y paso la media en 1h30'10", un poco por encima de lo que yo quería, pero en un tiempo razonable.
Vuelvo a pensar, hay que acelerar un poco y lo hago, mejorando en los dos siguientes cincomiles; sigo apretando los dientes y mantengo un ritmo vivo; vuelve a aparecer Moncho para decirme que me queda lo más bonito del recorrido y que apriete. Paso al lado del Benito Villamarín y comienzo a recorrer el precioso Paseo de las Palmeras, pero al paso por el km 30, donde me anima otro forero, el gran Torroles, mi tiempo se va por encima de las 2h 08'; aún estoy en disposición de acabar en 3 horas, pero cada vez estoy más cansado y mis parciales vuelven a aumentar ligeramente.
Comienza la fase decisiva y la más bonita de esta carrera; llego al Parque de María Luisa y el recorrido empieza a serpentear, excesivamente en mi opinión, pero trato de mantener el ritmo, a pesar de las curvas, los adoquines y del sol que ya está bastante alto. Cada vez hay más gente y la animación me hace olvidar el piso adoquinado que molesta más de otra cosa; al paso por la avenida de la Constitución me anima mi amigo Alfredo, al que apenas le puedo responder con un mínimo gesto; voy tostado y me cuesta mucho el recorrido por la zona centro de la capital andaluza; estoy deseando cruzar el río y volver a la Isla de la Catuja.
Ya queda poco, cruzo por fin el puente de San Telmo y entro en la última fase la carrera; quiero apretar los últimos cinco kilómetros, como en Moscú, pero las piernas no están sueltas como aquella vez, de hecho no han estado sueltas en toda la carrera, así que aguanto el ritmo como puedo, vuelvo a apretar los dientes y me conjuro para sufrir hasta el final, a pesar de que ya sé que no seré sub 3h, pero también que voy a volver a pulverizar mi marca.Ya se puede ver el estadio al fondo, pero parece que nunca llega; Torroles vuelve animarme a falta de casi nada, ya huelo la meta. Paso el km 40 y parece que las distancias se alargan, porque el estadio sigue lejos, pero por fin entro en los últimos 1.000 metros; hay que apretar. Unos metros antes de entrar al estadio rebaso a Biermen, otro forero, con el que voy a entrar por el túnel sur hacia la gloria; a la entrada del túnel me anima Javigan , coño, si se ha retirado, pero me alegra verle dándome ánimos; entro en la pista, subidón, ya está, me quedan 300 metros para completar un auténtico carrerón, acelero, saludo al público a ciegas, porque sé que mi familia está en la grada, aunque no les veo; enfilo la recta de llegada y me recreo, me emociono y grito de alegría: Tomaaaa.... He terminado mi decimocuarto maratón y he vuelto a pulverizar mi marca en más de tres minutos: 3 horas, 1 minuto, 35 segundos ¿Se puede pedir más? Si, bajar de tres horas.
No penseis que estoy decepcionado, ni mucho menos; ha sido mi mejor maratón, no sólo por la marca, sino porque he corrido de acuerdo a mis posibilidades. Sabía que podía mantener un ritmo de 4'15'' y aunque al final se me ha ido a 4'18'', es obvio que mejorar esa media es asequible. No sé que hubiera pasado si no hubiera pillado esa inoportuna gripe 14 días antes de la carrera y tampoco podré saber que hubiera pasado si el viernes y el sábado hubiera descansado con normalidad. Ahora da igual, mi marca está rozando mi objetivo y tendré una nueva oportunidad para conseguirlo el próximo 13 de octubre en Munich; habrá que esperar un poco, lo suficiente para descansar, asaltar unos cuanto retos pendientes y volver a preparar a conciencia mi decimoquinto maratón; no hay prisa, los sueños a veces se hacen esperar y cuando se consiguen, se disfrutan más.
2 comentarios:
Buenas tardes.
Soy un corredor popular iniciado, que lo ha cogido con unas ganas extraordinarias y eso me está haciendo tener algunos contratiempos.
Estoy siguiendo algunos Blogs, y también me gustaría recibir consejos de otros aficionados o diferentes profesionales que me puedan ayudar a evolucionar y mejorar positivamente.
Te detallo mi Blog, por si te apetece aconsejarme y/o seguirme:
http://eleternoinquieto.blogspot.com.es/
Gracias de antemano.
Que bueno Chulipan, bajar o no de 3 horas es lo de menos. Carrerón y punto, bajar tanto la marca es la leche, y cada vez costará más pero lo seguirás luchando y diafrutando.
Muy peleado, muy merecido.
Enhorabuena.
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