Faltan menos de dos semanas para que corra el maratón de Sevilla y me hubiera gustado contar que la preparación ha ido viento en popa y que me encontraba en un estado de forma óptimo para el intento de rebajar el tiempo de tres horas en la distancia de Filípedes, pero una inoportuna gripe me visitó el pasado domingo, frustrando mi última tirada larga (de 32 km) y alterando la preparación la semana en curso; todas ellas son consecuencias menores y quizás serán anecdóticas, si esta inoportuna gripe no influye en la carrera del día 24, pero si lo hace, será una gran oportunidad perdida.
No es que sea pesimista, simplemente hoy no puedo considerarlo como un gran día, porque tras estar convaleciente domingo y lunes, hoy he salido a hacer una tirada de 24 km, a fin de continuar con la preparación, pero, por lo visto, mi cuerpo no está recuperado al 100% y el entreno ha supuesto un esfuerzo considerable, mucho más de lo que suele ser normalmente. Además, me encuentro bastante cansado y aunque espero recuperar bien, Depa me ha ordenado descansar mañana, para retomar la actividad el jueves, esperemos que con más suerte.
El sentido común me dice que todo el trabajo estaba hecho de antes y que la cancelación de la tirada más larga de la preparación y las malas sensaciones de esta mañana, no son significativos como para pensar que las cosas se han torcido demasiado. Menos aún después de mis entrenamientos de la semana pasada, realizados a un gran nivel y con unas sensaciones inmejorables. Todo apunta a que, esta vez si, puedo bajar de las 3 horas, o más bien apuntaba, porque después de lo ocurrido empiezo a mostrarme escéptico.
En cualquier caso, habrá que ser paciente, esperar a que mi cuerpo evolucione favorablemente, seguir descansando y esperar que el próximo día 24 en la línea de salida ni siquiera me acuerde de este traspiés y salga con la moral suficiente como para comerme los 42,195 Km en menos de tres horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario