Han pasado siete años desde mi debut maratoniano en el MAPOMA 2006 con una marca de 3h35'14'', después de una carrera agónica en la que me pasé 30 kilómetros cojeando debido a una tendinitis en el vasto externo, pero llegué y completé mi primer maratón. Por aquel entonces, no tenía muy claro como iba a evolucionar mi carrera atlética, pero lo que recuerdo perfectamente es que no me veía capaz de ni siquiera intentar acercar mi marca a las 3 horas, era como pensar en una misión imposible; un año y medio más tarde, en el maratón de San Sebastián, mi marca se fue a las 3h12'44'', una suculenta rebaja de tiempo que me hizo reflexionar y empezar a creer que con esfuerzo todo es posible. A partir de entonces, empecé a entrenar más duro y a buscar metas más ambiciosas, pero mi mejora fue escasa, de manera que mi mejor marca llegó a ser de 3h10'11'' en Amsterdam 2010 tras decepciones acumuladas por el camino. Tras un nuevo chasco en Londres 2011, comencé a entrenar con Depa y desde entonces mis progresos han sido evidentes, no sólo en la marca, esas 3h04'41'' realizadas en septiembre del año pasado en Moscú, sino en una mejora general de mis prestaciones como corredor de fondo; ahora soy mucho mejor atleta, entreno mejor, compito mejor y sobre todo, disfruto mucho más de este deporte.
Pues bien, han tenido que pasar 7 años y 13 maratones, para plantearme el objetivo de bajar de las 3 horas en los 42,195 km; sé que estoy preparado para intentarlo y creo que lo voy a conseguir, condición indispensable para intentar superar un reto tan importante.
Ayer, realicé mi último entrenamiento en Madrid, un rodaje de 50 minutos sin forzar, para intentar llegar lo más descansado posible a la cita del domingo; además, acudí al fisio para darme el último masaje de descarga, me corté el pelo y me afeité, porque me gusta correr con el pelo corto y un poco de barba. Hoy ha terminado los preparativos haciendo la bolsa con la ropa y las zapatillas que necesitaré el domingo; para el que le interese, correré con la misma equipación que en Barcelona (camiseta blanca y pantalón gris), pero esta vez mis zapatillas serán unas New Balance 1080 azules, con las que recorreré el espectacular recorrido sevillano. También he preparado los geles que me tomaré durante la carrera, entre tres y cuatro, dependiendo de como vaya todo.
En unas horas parto para Sevilla, con la maleta cargada de ilusión, la moral por las nubes y la esperanza de que las cosas salgan bien; todo indica que la meteorología va a respetar a los corredores y que la temperatura va a ser adecuada, no lloverá y en principio no se espera un viento fuerte. Espero que las buenas condiciones climáticas animen al público a acudir a animar a las calles sevillanas, aunque en mi caso particular, me basta con la presencia de mi familia, que volverá a jalearme desde distintos puntos del recorrido para darme esa dosis de moral que se necesita en esta prueba.
Mañana visitaré la feria del corredor y me sumergiré definitivamente en el ambiente premaratón que tanto me gusta, rematando con una cena juntos a mis amigos del foro. Todo está a punto y también los nervios, que me llevan visitando desde principios de semana. Quedan menos de 48 horas para que comience el maratón de Sevilla, mi primer maratón de 2013, ese en el que espero conseguir superar mi marca y bajar de las 3 horas. No sé si conseguiré superar esa barrera o no, tampoco creo que sea un fracaso no lograrlo si consigo mejorar la marca de Moscú, pero os aseguró que el domingo por la mañana voy a salir a por todas y voy a dejarme la piel para lograr mi sueño.
Una vez más, gracias a todos los que me leéis por estar ahí, vosotros también me vais a empujar el domingo.
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