martes, 28 de septiembre de 2010

4.708

Hoy me ha llegado una carta de Amsterdam. En ella, me informaban que el próximo 17 de octubre a las 9:45 luciré el dorsal 4.708 cuando comience el maratón de Asmterdam. Será mi noveno enfrentamiento con la mítica distancia y a tres semanas del acontecimiento las dudas y los temores de que algo salga mal ya empiezan a rodar por mi cabeza, a pesar de que hasta ahora todo está saliendo bien.
Creo que llegaré a la capital holandesa en una forma óptima, no sé si la mejor de mi vida, pero mis sensaciones me dicen día a día que si. Estas últimas semanas están siendo especialmente duras debido a la exigente programación que ha diseñado Javier. La media de Valladolid fue una excelente piedra de toque que me demostró que iba por el buen camino, un camino que se ha basado en una férrea disciplina en los entrenamientos y en cuidarme un poco mejor de lo que hacía anteriormente. Hoy estoy cansado, pues quedé muy tocado después de unas series de 3.000 que hice el sábado a ritmo de 4min/km. Al cansancio de ese entrenamiento, se ha unido el rodaje largo del domingo y el ritmo controlado que me he marcado hoy mismo. Por fin mañana descanso, tengo que asimilar todo lo que me he metido entre pecho y espalda. El cansancio me demuestra que estoy entrenando duro y esa es la base del éxito.
Lo malo es que entrenar bien no garantiza siempre el éxito. Vuelvo a atacar las 3h 10' y sigo pensando que valgo más que esa marca, pero se me está atragantando. En Tokio lo tuve en la mano, pero la meteo me jugó una mala pasada y me quedé en puertas. En Amsterdam no puedo fallar, mi cuerpo me dice que está mejor que en febrero y me cerebro está ansioso por comenzar, por pelear, por sufrir hasta el último momento en busca de mi objetivo.
Quedan tres semanas, muchos kilómetros aún y el último esfuerzo por realizar. No es el momento de ponerse nervioso ni de dormirse en los laureles. Hay que dar el último empellón a esta preparación para poder estar en las mejores condiciones ese 17 de octubre, en que me volveré a enfrentar sólo contra la carretera, eso si, con el apoyo de mi familia, a quién dedicaré la marca que haga, pero sobre todo, el esfuerzo realizado en la preparación y las horas que he tenido que quitar a mi vida y a ellos para conseguir este sueño. Ójala el día 17 os pueda contar que se hizo realidad.

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