El último test para Amsterdam ya está a la vuelta de la esquina. He elegido Valladolid, mi ciudad, donde voy a correr por segunda vez su media. Voy a competir en casa, por las calles que tan bien conozco y por donde he pasado mi infancia. Además, muchos amigos se van a acercar a verme, aparte de Marisa, los niños y mis hermanos y mis sobrinos. Parece que va a ser un día emocionante por todos estos condicionantes, lo cual me motiva aún más para dar lo máximo.
Ciñéndonos a lo práctico, después de Valladolid tengo que salir con la moral alta para afrontar las últimas cuatro semanas de preparación para Amsterdam. Javier me ha dicho que no me queme, que salga tranquilo y lo voy a cumplir, pero debo reconocer que en mi mente está el superar de nuevo mi marca personal, realizada en Getafe el pasado enero. Es una buena marca y sé que va a ser complicado, por lo que bajar de 1h 30' debe ser mi objetivo prioritario y la señal inequívoca de que mi preparación va por buen camino.
El recorrido es plano y además se pasa por buena parte del centro de esta bonita ciudad castellana, aparte de cruzar el Pisuerga en varias ocasiones. Creo que voy a hacer una buena carrera, pero hoy ya estoy nervioso, porque después de tanto entrenamiento no debería fallar. Mañana, en Valladolid, comienza la cuenta atrás. No he podido elegir mejor media, o quizás si, pero al fin y al cabo lo que pase dependerá de mis piernas y de la carretera, como siempre.
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