Marrakech es una de las ciudades más importantes de Marruecos, junto a Fez y Rabat; la llamada "Ciudad Roja" acoge alrededor de un millón y medio de habitantes y a miles de turistas que acuden a visitar diariamente de una de las ciudades más bonitas del reino alahuita, con especial mención a la medina y al zoco, donde se puede comprar de todo. Será la primera vez que viaje a Marruecos y la primera vez que corra un maratón en África, por lo que he elegido el destino a conciencia, pues espero disfrutar tanto de la visita de la ciudad en los día previos, como de la carrera del domingo, de la que hablan muy bien las crónicas de maratonianos que ya compitieron allí, aunque no puedo esperar una organización al nivel de los grandes maratones mundiales
La expedición que me acompaña a mi primera maratón africana es, de nuevo, numerosa, pero esta vez, además de Marisa y de mis incondicionales, correrá conmigo mi amiga Pili, la mejor maratoniana que conozco y aunque en principio no vamos a llevar el mismo ritmo, seguro que su presencia me motiva un poco más. Junto a ellos, espero pasar un fin de semana maratoniano inolvidable, en el que la visita a la pequeña feria del corredor y la cena de pasta el sábado noche, serán esas actividades "clásicas" en un evento de este tipo.
Por delante queda una semana muy tranquila de entrenamientos, simplemente rodar y unas series a ritmo de media maratón con el fin de no gastar más fuerzas de las necesarias. Después de las tres últimas semanas, necesito ese descanso para llegar al domingo en condiciones de hacer una gran marca, pues en esta ocasión he entrenado bastante bien, con mucha regularidad, manteniendo buenos ritmos en los rodajes y cumpliendo o superando el ritmo objetivo en las series. Además, parece que la meteorología me va a ayudar, porque no va a hacer calor y el viento va a ser muy ligero, según las previsiones a día de hoy. Habrá que comprobar, por tanto, si la piernas me responden y puedo mantener los 4,15 min/km que necesito para bajar de las tres horas.
Hasta que llegue el momento de la salida, habrá que espantar los nervios, refrescarme con las bajas temperaturas madrileñas estos días y ya en Marrakech, saborear sus hidratantes tés de menta, practicar el regateo en el zoco, perderse por las calles de la medina y sobre todo, disfrutar del momento y tener fe en mi.
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