He acabado otra semana y esta vez con más de 100 km en las piernas; nadie había dicho que iba a ser fácil, pero en realidad no estoy tan cansado como podía pensarse, pero tampoco tan fresco como en las semanas anteriores. La razón de mi fatiga responde a dos días de rodaje más pesas y un rodaje corto como aperitivo, a lo que hay que sumar dos días tremendos de series, uno de 14 miles y el segundo de tres cuatromiles; para rematar, un rodaje de 30 Km, que esta vez he completado a una media de 4'44'', no tan brillante como la semana pasada, pero si tenemos en cuenta el terreno ondulado por el que he corrido y el viento que soplaba, se puede decir que ha sido una buena velocidad media.
Quedan cuatro semanas, las dos últimas serán más relajadas, obviamente; hasta entonces, tendré que afrontar seis duros entrenamientos a partir de mañana, para empezar a bajar el volumen de trabajo a partir de la semana siguiente. Que tengo que aguantar lo que falta es evidente, pero esta vez no quiero llegar a mi gran cita con el trabajo hecho, mi intención es seguir siendo tan rápido como hasta ahora o más, pues la clave de mi gran estado de forma se debe no sólo al kilometraje, sino a la velocidad a la que estoy haciendo esos kilómetros.
Puede que en New York supere mi marca, aunque va a se muy difícil debido a la dureza del trazado de la carrera; pero con MMP (mejor marca personal) o sin ella y a falta aún de cuatro semanas, estoy convencido que esta preparación va a suponer un punto de inflexión en mi carrera atlética.
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