El último fin de semana de agosto se celebran las tradicionales fiestas de Laguna de Duero, la principal ciudad-dormitorio de Valladolid. Los laguneros tienen la sana costumbre de incluir en su programa festivo la celebración de una carrera popular que este año ya cumplía su edición vigesimaoctava. Depa me sugirió que compitiera en ese fin de semana cara a mi preparación maratoniana, por lo que no dudé en inscribirme esta prueba que me pilla tan cerquita de mi casa de Alcazarén; la novedad es que junto a mi, se inscribió Alonso y mis sobrinos Rubén y Manuel para participar en la categoría infantil.
La competición es modesta pero bien organizada; los dorsales se reparten sin esperas en un polideportivo, aunque su carácter gratuito supone que no se entregan chips para la medición de tiempos. La zona está exenta de circulación por lo que es sencillo calentar sin problemas antes de empezar con lo serio.
La salida es conjunta para todas las categorías, niños, menos niños y adultos, algo que no me parece muy apropiado pues puede provocar accidentes debido a las diferentes velocidades de salida. Aún así, la responsabilidad de los corredores evitó cualquier percance. La distancia a recorrer para los senior es de unos 9.800 metros repartidos en cuatro vueltas a un circuito llano que discurre principalmente alrededor de un lago y posteriormente entorno al polideportivo, lo que obliga a realizar demasiados giros de noventa grados.
Salí rápido, siguiendo de lejos a la cabeza y manteniendo un ritmo vivo, aunque no os puedo decir cual porque el recorrido carecía de marcas de distancia. Iba bien de piernas y pasé en 9'18'' la meta por primera vez, aunque esta primera vuelta es más corta que las restantes. En la segunda vuelta mi ritmo se resintió un poco y me coloqué en un grupo de atletas de mi nivel con los que completé la segunda vuelta por encima de los 10 minutos; en la tercera vuelta tampoco pude remontar posiciones, pero me sentía con fuerzas, así que metí la directa e hice una gran última vuelta, más rápida que las anteriores, pero insuficiente para bajar de los 40 minutos, como pretendía. Al final 40' 46'' y un sabor agridulce en la meta.
Mentiría si dijera que estoy contento con el tiempo, pues mi intención era correr cerca de los 4 minutos por kilómetro y me he ido a los 4'09'' de acuerdo con la distancia que declara la organización. No es un buen resultado según esto, pero hay motivos para la esperanza, como son el haber hecho un buen puesto y sobre todo haber hecho una gran última vuelta.
A partir de ahora, a falta de poco más de dos meses, empieza el entrenamiento fuerte, decisivo para llegar a punto a New York. Hay que pensar en Laguna simplemente como un test que no ha salido como yo hubiera querido, pero hay otros indicadores como mis ritmos de rodaje o mis series, que señalan que estoy mejor que en años anteriores. Quizás el 18 de septiembre, en la media de Valladolid, pueda ver algún resultado en forma de marca.
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