viernes, 12 de febrero de 2010

No me podrán parar

Quedan poco más de dos semanas para la gran cita de Tokio. Como podeis imaginar, el volumen de entrenamientos de las últimas semanas, ha ido en aumento. Rodajes largos, series más duras y todo ello aderezado con una nueva ola de frío que visita España. Nada nuevo, pensareis, para alguien que ya lleva siete maratones a la espalda.
Pero esta vez, las cosas son distintas. El Gobierno de España y más en concreto su Ministro de Fomento, ha decidido modificar de manera abusiva e ilegal las condiciones de trabajo de mi colectivo, todo ello, tras haber llevado a cabo una vergonzosa campaña de desprestigio durante los últimos dos meses. Como también sabeis, ocupo un cargo sindical desde hace años, por lo que es fácil suponer el enorme volumen de trabajo y la presión que estoy sufriendo en estas semanas, en las que debería estar centrado en las últimas sesiones de entrenamiento.
Algún compañero me ha preguntado si aún me quedan ganas de entrenar o incluso de irme tan lejos a correr. La respuesta es rotunda: SI. Llevo muchos meses preparándome, correr es parte de mi vida y doblar la rodilla ante los problemas, sería reconocer que ellos han ganado. Sé que a pocos le importa mi resultado en el maratón de Tokio, pero para mi y después de todo lo que estoy viviendo estos días, es un reto aún mayor. Quiero correr y quiero correr bien, para demostrar al ministro,al presidente de Aena y demás personajes siniestros que les apoyan, que conmigo no van a poder. Me han aplicado un decreto ilegal, me han apretado  las clavijas, están acosando a mi familia y a mis compañeros, pero no me van a quitar la ilusión por correr. 
Estas semanas no están siendo tan duras como en ocasiones anteriores, están siendo mucho más duras, porque tengo que sacar el tiempo justo para entrenar entre reunión y reunión, entre viaje y viaje. Pero estoy entrenando bien, me noto en forma y creo que si las cosas transcurren con normalidad lograré mi objetivo. Por eso, les digo a mis enemigos algo parecido a lo que cantaban los Celtas Cortos hace unos años: No me podrán parar, soy un atleta con ganas de luchar.

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