Quedan cuatro semanas, es decir, 28 días, por tanto, 19 sesiones de entrenamiento antes de correr en Tokio. Sin duda, las cuatro semanas más duras de entrenamiento, las cuatro semanas en las que puedo echar a perder todo el trabajo hecho hasta ahora, o en las que puedo dejar mis piernas en la forma ideal para conseguir superar el reto que me he impuesto. Estoy fino, lo sé, no sólo por la marca de Getafe, sino por como entreno, como me veo día a día. Vivo momentos duros en lo laboral, así que tengo que exigirme una concentración aún mayor para poder afrontar esta fase tan dura con la moral alta y con ganas.
Esta tarde comenzaré con un entrenamiento a ritmos altos, para seguir con series y más rodajes y culminar la semana con el rodaje largo, 2h 20'. Un buen palizón, vamos, pero con fecha de caducidad.
Tengo casi todo el trabajo hecho, pero estas cuatro semanas son vitales. A diferencia de los maratones del año pasado, estoy descansado, com moral, más delgado y muy en forma. Lo que pase en Tokio depende de estas cuatro semanas, así que hay que hacer el último esfuerzo y culminar poniendo una pica... en Asia.
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