Empezaré diciendo que habrá que volver a esperar, porque en esta ocasión mi reloj se ha parado en 40'27'', en de una carrera que no recordaré con demasiado cariño, después de lo acontecido. Sin embargo, el relato que voy a exponer no trata de justificar que me haya "columpiado" de nuevo en la distancia de los diez kilómetros, porque creo que cualquier corredor de buen nivel podría haber bajado hoy de 40 minutos sin problemas y yo aspiro a ser un corredor de un buen nivel.
Como os conté, mis sensaciones eran buenas y había entrenado muy bien durante la semana, pero el día previo a la carrera, teóricamente de descanso, me dediqué a trabajar en el jardín y bajo el sol, una manera muy particular de descansar;como guinda, esa noche me fui a cenar con Marisa y aunque no trasnoché demasiado, no fue lo más apropiado antes de afrontar una prueba en la que pretendes batir tu marca.
Aparte de los fallos propios, la carrera en si volvió a dejarme un mal sabor de boca; ya os había comentado que corrí el año pasado y no me pareció tan rápida como lo venden. Pero antes de entrar en el perfil, me gustaría comentar que la organización ha dejado mucho que desear, comenzando por la recogida de dorsal y bolsa de corredor el viernes por la tarde y sábado previo a la carrera en el Corte Inglés; el resultado fue una cola de media hora que aguanté estoicamente sin necesidad aparente, pues el día de la carrera se entregaba el chip, por lo que concluyo: ¿costaba tanto entregar todo de una vez el domingo?
Y ahora vamos al perfil, esta vez modificado a causa de la feria del libro que se celebra en el Retiro; ya os conté que el año pasado no me pareció tan rápido, pero los dos bucles que tuvieron que improvisar para sacar la distancia homologada, no contribuyeron a hacer más rápida la prueba, sino todo lo contrario. La salida es rápida, cuesta abajo, aunque no estaba organizada por cajones; se gira en los primeros 200 metros y un poco más tarde hasta completar el primer bucle; luego la carrera se estabiliza, si se puede llamar estabilidad a una sucesión de repechitos y bajadas que te van machacando las piernas si quieres conservar el ritmo. El recorrido pierde altura,es cierto, pero no de manera constante, más bien "a tirones" hasta llegar a la puerta de Alcalá, donde se ubica el segundo bucle, lo que supone bajar a Cibeles y luego subir de nuevo, para girar en Alfonso XII hasta llegar a la cuesta del Ángel Caído, en cuya cima está prácticamente la meta. En resumen, un recorrido exigente, al que sumar una temperatura alta, pues ya estamos en junio.
¿Y como fue mi carrera? Pues esta vez, curiosamente, me coloqué bien en la salida y no tuve demasiados problemas, a pesar de encontrarme con algunos runners más lentos en los primeros metros. Pasé el primer kilómetro en 4'50'' y repetí en el segundo, en el que adelanté al globo de los 40 minutos al que seguía mi amigo Eduardo, del foro. Los repechos iban haciendo mella y poco a poco fui perdiendo fuelle hasta mantener una velocidad casi constante que rondaba los 4 minutos por kilómetro, hasta llegar a Serrano, donde Eduardo y el globo de los 40' me pasaron, aunque yo seguía corriendo a 4' el kilómetro e incluso por debajo en alguno. Les seguí en la distancia y pronto me encontré a otro amigo, Juan, al que me pegué para intentar afrontar la parte más dura del recorrido.
Intenté recuperar fuelle en la bajada a Cibeles para no castigarme mucho en la subida y lo logré, pero mi ritmo se había aminorado, de manera que por el kilómetro 9, mi crono marcaba 35'58''; restaba un kilómetro y cuatro minutos para conseguir el reto, pero era consciente que la cuesta del Ángel Caído iba a dictar sentencia y lo hizo; intenté seguir a Juan, que se me fue unos poco metros, pero apenas pude bajar de 4'30'' en ese duro último kilómetro.
Es mi segunda mejor marca en 10.000, no es para estar descontento, pero yo quería mi sub40 y va a tener que esperar de nuevo. Es cierto que el trazado no era tan propicio, que hacía calor y que conseguí llegar a la par de Juan, que es mucho mejor atleta que yo, pero como dije al principio, un buen atleta debería estar por debajo de 40 minutos en esta carrera. Estoy cerca lo sé y creo que tarde o temprano caerá, pero sin obsesiones. En quince días llega la Proniño, en la que no sé si estaré o no, pero con o sin mi marca, he aumentado claramente mis prestaciones y esto va a ser muy positivo para afrontar con confianza el reto de los 42 kilómetros en Moscú.
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