Pasar de 4.000 a 20.000 participantes en 6 años no es tarea fácil para cualquier organización de una prueba tan complicada como un maratón. Ese espectacular aumento ha sido experimentado por la prueba barcelonesa desde el año 2006 y en mi opinión, lo ha conseguido con una nota muy alta, porque subir la calidad de las prestaciones de esta carrera les supondría estar en una elite que ya rozan con la yema de los dedos.
Pero vamos por partes; la feria del corredor siempre es el primer contacto del runner con la carrera y después de haber visitado las más importantes ferias del mundo, debo decir que Barcelona, aunque lógicamente más reducida de tamaño, cubre perfectamente las expectativas de los participantes. La recorrida de chip y dorsal se realizan sin apenas demora y tampoco la entrega de la camiseta y la comprobación del chip, que da paso a la entrada en la zona de expositores.
Muchos maratones tienen su stand en Barcelona, fundamentalmente europeos, aunque también hay anunciantes de otras partes del mundo. El apartado de marcas deportivas está, asimismo, bien representado, pues la más importantes muestran sus últimas novedades, complementadas por tiendas de running que intentar hacer sus ventas con descuentos especiales. Complementos, nutrición y los stands de la organización, completan una feria que no decepciona, aunque un poco más de merchandansing no vendría mal.
Pero vamos con la competición, empezando por la salida, que se ubica en el mismo lugar que la meta. No está cerrada al público, aunque tampoco parece necesario y es bastante amplia, suficiente para los 20.000 participantes. No usé los baños, pero las largas colas indican claramente que no vendría mal aumentar un poco su número, así como sería aconsejable que hubiera algún puesto donde se pudiera beber agua o isotónicos o incluso tomar un café o unas barritas. Tampoco utilicé el guardaropa, situado en el pabellón donde se celebra la feria, pero parece que funciona bien.
La salida se efectúa en dos oleadas y tres cajones. En mi opinión y como pasa en Amsterdam, los cajones son demasiado extensos, porque mezclar a los atletas entre 3h y 3h30' no es muy operativo. Creo que deberían hacer al menos el doble, porque además el aumento de voluntarios que lo controlarían no sería excesivo.
La salida es espectacular y el recorrido es muy bonito, pues se recorren casi todos los lugares emblemáticos de la ciudad: Nou Camp, Paseo de Gracia, Sagrada Familia, torre Agbar, Arco del Triunfo y barrio gótico , incluyendo un agradable tramo litoral que muestra la vocación mediterránea de la ciudad. La llegada a los pies de Montjuic es un lujo, aunque apenas se disfruta después de la subidita con la que se "premia" a los corredores en los dos últimos kilómetros.
El recorrido está bien señalizado, hay suficientes voluntarios, los avituallamientos son largos y bien atendidos y además el agua es ofrecido en botella, lo que hace más sencillo esa necesaria acción de beber.
La llegada está bien organizada y los corredores son bien atendidos por voluntarios que entregan la medalla y te quitan el chip con una sonrisa, que siempre se agradece en esos momentos tan duros.
En resumen, Barcelona me ha dejado un buen sabor de boca y no dudo en puntuarlo con una nota alta, a pesar de que su recorrido dista bastante de ser tan plano como se intenta vender por los organizadores. Una organización que está a la altura de una gran carrera.
Pero vamos con la competición, empezando por la salida, que se ubica en el mismo lugar que la meta. No está cerrada al público, aunque tampoco parece necesario y es bastante amplia, suficiente para los 20.000 participantes. No usé los baños, pero las largas colas indican claramente que no vendría mal aumentar un poco su número, así como sería aconsejable que hubiera algún puesto donde se pudiera beber agua o isotónicos o incluso tomar un café o unas barritas. Tampoco utilicé el guardaropa, situado en el pabellón donde se celebra la feria, pero parece que funciona bien.
La salida se efectúa en dos oleadas y tres cajones. En mi opinión y como pasa en Amsterdam, los cajones son demasiado extensos, porque mezclar a los atletas entre 3h y 3h30' no es muy operativo. Creo que deberían hacer al menos el doble, porque además el aumento de voluntarios que lo controlarían no sería excesivo.
La salida es espectacular y el recorrido es muy bonito, pues se recorren casi todos los lugares emblemáticos de la ciudad: Nou Camp, Paseo de Gracia, Sagrada Familia, torre Agbar, Arco del Triunfo y barrio gótico , incluyendo un agradable tramo litoral que muestra la vocación mediterránea de la ciudad. La llegada a los pies de Montjuic es un lujo, aunque apenas se disfruta después de la subidita con la que se "premia" a los corredores en los dos últimos kilómetros.
El recorrido está bien señalizado, hay suficientes voluntarios, los avituallamientos son largos y bien atendidos y además el agua es ofrecido en botella, lo que hace más sencillo esa necesaria acción de beber.
La llegada está bien organizada y los corredores son bien atendidos por voluntarios que entregan la medalla y te quitan el chip con una sonrisa, que siempre se agradece en esos momentos tan duros.
En resumen, Barcelona me ha dejado un buen sabor de boca y no dudo en puntuarlo con una nota alta, a pesar de que su recorrido dista bastante de ser tan plano como se intenta vender por los organizadores. Una organización que está a la altura de una gran carrera.
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