Han sido unos días difíciles. Como os conté en el último post, mi soleo empezó a darme problemas hace más de una semana cuando estaba realizando una sesión de fartlek. En un principio confiaba en una solución rápida, pero tras pasar por las manos de Cristina y descansar un día más, las sensaciones no eran demasiado de buenas, de manera que en la tirada larga del domingo volví a acabar antes de tiempo y cojeando. En ese momento pensé que el maratón de Barcelona podía alejarse definitivamente, así que probé a descansar tres días consecutivos, en los cuales intenté mantener la forma desempolvando la mountain bike.
El resultado ha sido satisfactorio, porque tras pasar de nuevo por Cristina, mi primer rodaje fue corto, pero exento de dolor, lo que me animó a desquitarme el día siguiente haciendo el rodaje de 26 Km en el que había fallado. El soleo no se resintió y todo parecía volver a la normalidad. Sin embargo, pasé el fin de semana en Astún, esquiando con mis hijos. Aparte de intentar mantenerme de pie sobre los esquís, también me animé a correr entre las estaciones de Astún y Candanchú, cuya distancia es corta, pero muy empinada, lo que volvió a sobrecargar el soleo. Hielo, estiramientos y reposo fue la receta que apliqué ese día por la tarde, de modo que el domingo volvía a estar bien y con ganas de volver a entrenar.
Hoy, después de 10 días, he vuelto a la normalidad con un rodaje combinado con gimnasio. Por delante queda una semana dura, pero la dureza se extenderá a buen seguro hasta que queden 6 días para correr en la Ciudad Condal. Ya recuperado, voy a poner todo mi empeño en hacer una buena preparación para estar a punto en la línea de salida. No sé si este obligado parón me va a afectar demasiado, Depa me dice que no, pero yo no tengo todas conmigo.
Sea como sea, de nada vale mirar hacia atrás y lamentarse, sino que hay que seguir entrenando, más duro aún si cabe, para que el 25 de marzo pueda correr con suficientes garantías. Hasta ese día, espero que aguante mi soleo y mis piernas en general y así poder demostrar en Barcelona que valgo más de esos 3h10' que son mi MMP actual. Mi única opción es la de entrenar duro hasta el día de la prueba y esperar que las cosas salgan bien.
Sea como sea, esta lesión ha supuesto un cambio sustancial en la preparación y supongo que eso se notará. Sin embargo, todos los esfuerzos y sufrimientos que voy a tener que experimentar hasta el día de la carrera no serán en balde y espero que sirvan para conseguir la marca deseada, aunque después de todo lo ocurrido tenemos que ser un poco más cautos respecto a las aspiraciones reales. Solo sabré si el resultado es bueno cuando llegue a la meta de Plaza de España, pero para llegar a ese estadio, debo tener muy claro que es necesario sufrir, recuperar y no venirse a bajo en lo poco que queda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario