sábado, 31 de agosto de 2024

Maratón CDMX (2) - La organización

 Organizar un evento masivo es una tarea complicada, más aún si todos los participantes van a completar los 42,195 Km que conforman un maratón; en CDMX no hay trampa ni cartón, sólo se disputa una prueba, la de Filípedes, no hay media, ni 10 Km, ni relevos, hay que atender a 30.000 atletas que disputan la mítica distancia, por lo que hay que analizar con detalle si los aspectos organizativos son adecuados.

Empezando por el principio, la inscripción se realiza por una página de eventos, una página segura y fácil de entender, además el precio es bastante ajustado si lo haces con tiempo; la página oficial de la prueba está muy bien trabajada, con mucha información esencial y mapas muy detallados del recorrido. Para estar al día de todo lo que acontece en los meses previos, es necesario seguir la cuenta de Instagram del maratón, en la que se ofrece información detallada y fotos motivadoras de manera constante.

Con toda la información bajo el brazo, llegamos a CDMX, donde una semana antes del evento ya se observan los preparativos de la prueba que se visibiliza en carteles y en los entrenamientos oficiales que se celebran durante los meses previos. Como mi hotel estaba ubicado muy cercano al recorrido, en mi último rodaje previo a la prueba, el sábado, pude que comprobar que esa misma noche se habían pintado las tres líneas rojas que señalan el recorrido, además de coincidir con varios grupos de entrenamiento, entre ellos, uno de atletas invidentes.

Con el buen sabor de boca de la interacción con otros participantes, me dirigí al World Trade Center, sede de una feria distribuida en dos salas de dicho complejo; la recogida del dorsal es ágil, los voluntarios son muy competentes y todas las gestiones se realizan con facilidad, pero hay algunos fallos, importantes, a mi modo de ver. El primero y más grave de todos, es que me dicen que la única talla disponible de camiseta es la XL; ciertamente he acudido el sábado mañana, después de dos días de feria, pero eso no es excusa porque yo indiqué la talla de camiseta que requería al inscribirme, lo que quiere decir que se han dado camisetas que no corresponden a los atletas que acudieron antes y se han agotado. Es una decepción tener que conformarse con una camiseta "camisón", teniendo en cuenta además, que es una camiseta muy bonita y de buena calidad; aparte de censurar el fallo organizativo, también me gustaría dar un tirón de orejas a los participantes insolidarios que cambiaron de talla sin pensar en los demás, los típicos "listillos" que piensan que sólo corren ellos.

Pero el disgusto no acaba aquí, pues me dije: compro una del "merchandising" y listo, pero no pude porque no existe venta de productos del maratón en la feria, algo sorprendente cuando hablamos de una prueba tan masiva que podría dejar pingües beneficios; pues no, no hay nada y yo me tuve que conformar con mi "camisón".

El resto de la feria está bien, muchos expositores de maratones internacionales y bastantes de productos energéticos, cada día más de moda; poca cosa relacionada con productos deportivos, sólo estaban Adidas y Garmin, patrocinadores de la prueba, pero ni rastro de otras marcas. Como en todas las ferias, hay tiendas locales que hacen ofertas de ropa, geles etc a precio razonable. Hay poco espacio y demasiada gente, yo creo que necesitan un lugar mucho más amplio, porque a veces hay problemas de movilidad. Y en el capítulo de zonas para hacer una buena foto de recuerdo, hay que decir que hay muchos puntos y muy atractivos, aunque a veces con demasiada espera.

Antes de empezar con la carrera, me gustaría comentar que también hay una aplicación para el móvil de la carrera, muy útil para el seguimiento de los corredores y para consultar posteriormente las clasificaciones.

Vamos con la carrera, que se inicia muy temprano (6 a.m.) en el estadio olímpico, muy lejos del centro, por lo que la organización habilita autobuses y metro gratuito para llegar a la zona, además de un área especial para lo atletas que quieran llegar  en Uber, otro patrocinador de la prueba. Hay suficientes baños, a pesar del gran número de participantes, la salida está bien organizada, por tiempos, aunque, como es habitual, la honestidad de algunos participantes deja mucho que desear a la hora de colocarse en la posición correcta de la salida.

El recorrido discurre fundamentalmente por grandes avenidas, iniciándose en la interminable Avenida Insurgentes por la que se completan casi 15 Km antes de entrar en el bosque de Chapultepec, la única zona donde hay algún problema de estrechamiento. Luego se corre por Reforma antes de entrar en el la Colonia Roma por la Plaza de Madrid y desde ahí al barrio de Polanco por la  Avenida del Presidente Masaryk donde se puede admirar el bonito edificio del museo Soumaya además de las lujosas tiendas que se ubican en dicha vía. Finalmente se llega al centro de nuevo por Reforma, para llegar al Monumento a la Revolución, Alameda Central, Palacio de Bellas Artes y entrar por Francisco Madero casi hasta el Zócalo, que se alcanza tras un zig-zag por calles aledañas; un recorrido muy bonito con una llegada espectacular a una de las plazas más grandes del mundo,  en la que la inmensa catedral es testigo mudo de los último metros de los esforzados atletas. En mi opinión, es difícil hacer un recorrido más atractivo.

Desde un punto de vista práctico, el circuito está bien señalizado, con muchos voluntarios ayudando a los corredores, con puestos médicos y baños cada 5 Km y avituallamientos cada 2,5 Km, en los que se ofrece agua o bien agua y Gatorade; los avituallamientos son muy largos, yo diría que las mesas se distribuyen en unos 100 metros de longitud, por lo que es muy cómodo hacerse con el líquido adecuado. Como anécdota, el agua se sirve en pequeñas bolsas, un poco incómodas al principio, pero cómodas y el isotónico en vaso. En los kilómetros finales se ofrece fruta, geles y... tequila.

La espectacular llegada al Zócalo es amplia, muy bien organizada, pues tras cruzar la meta hay una salida para los corredores sin dorsal, mientras que el resto son dirigidos por diversos puestos recibiendo agua, Gatorade, , una bolsa de recuperación de sólidos y finalmente la medalla, antes de salir por un punto de encuentro también bien señalizado, para amigos y familiares. Como esta vez hice uso del ropero, tuve que caminar unos 300 metros para llegar a los autobuses donde me devolvieron mi bolsa con una enhorabuena y una sonrisa; perfecto.

La organización del maratón de CDMX no es la mejor que he conocido, pero raya a un gran nivel a pesar de los fallos comentados; según dice la organización, el año que viene se convertirán en Gold Medal por ser un maratón sostenible e inclusivo. No es que no me importen estos aspectos tan "de moda", pero considero que un evento de este tipo debería premiarse por los servicios al corredor, verdadero protagonista de la prueba y en es aspecto lo merecen. Manejar a 30.000 almas es difícil, ofrecer un circuito atractivo también y hacer que los participantes se encuentren a gusto en todo momento es aún más complicado, pero el Maratón de CDMX consigue una nota alta en todos esos aspectos. Espero que corrijan errores y mantengan el nivel de ahora, porque es un maratón que merece la pena correr.

viernes, 30 de agosto de 2024

Maratón CDMX (1) - El ambiente

Es normal que una de las ciudades más grandes del mundo albergue un maratón masivo que reúne a 30.000 atletas cada año, un evento festivo que tiene un gran impacto en una ciudad que se paraliza durante la carrera; esa parálisis se debe a que la organización de la prueba ofrece un recorrido espectacular por la vías principales de CDMX, lo cual facilita a los habitantes de la ciudad disfrutar plenamente del acontecimiento.

A fin de adaptarme a la altitud, llegué con una semana de antelación al país centroamericano y la ciudad ya lucía cartelería relativa al maratón; es más, durante el fin de semana pude ver grupos de entrenamiento oficiales corriendo por el bosque de Chapultepec, uno de los puntos importantes del recorrido de la prueba. Siete días antes de la prueba, la ciudad respiraba maratón.

Tras un pequeño viaje por ciudades la norte de CDMX, regresé el viernes a la ciudad, pero la feria llevaba funcionando desde el jueves; el sábado mañana me pasé por el World Trade Center, donde estaba instalada una feria pequeña teniendo en cuenta el alto número de participantes. Aunque la recogida del dorsal era rápida, los pasillos de los expositores estaban congestionados y tardamos un buen rato en completar el recorrido. El ambiente era excepcional, plagado de corredores y curiosos haciendo fotos y disfrutando la previa de una prueba muy especial.

La prueba comienza muy pronto, las 6 de la mañana en las inmediaciones del estadio olímpico universitario y a pesar de la hora, muchos aficionados se concentrar a animar a los corredores en la salida de la competición. A partir de ahí, se inicia un largo recorrido por la Avenida Insurgentes en la que siempre se encuentra gente animando; no hay puntos de animación establecidos por la organización, pero no es necesario, muchos aficionados ponen música espontáneamente o bailan para crear un ambiente más festivo. Tras recorrer Insurgentes, se entra en el bosque de Chapultepec, la animación disminuye un poco en los kilómetros que se recorren por el parque, pero una vez que se entra en Reforma, el público vuelve a aparecer y cada vez en mayor número. A medida que la carrera avanza la animación es mayor, el paso por Polanco es también remarcable, pero son verdaderamente espectaculares los último kilómetros en los que se pasa por la Alameda Central, Francisco Madero, para luego volver a girar y entrar definitivamente en el Zócalo donde el público se agolpa hasta en tres filar por detrás del vallado.

Hacía mucho tiempo que no corría una carrera con tanta afluencia de público, es evidente que los habitantes de CDMX salen a la calle el día de su maratón y lo hacen para animar sin parar a los 30.000 esforzados, porque lo espectadores de esta carrera no solo miran, animan y lo hacen sin parar. Sin duda, el público ayuda mucho para alcanzar la meta, aunque yo siempre viajo con la ayuda asegurada y esta vez el equipo era un auténtico lujo, mi familia. Alonso, Carmen, Ángela y Marisa, que improvisó una bandera española para animar, me dieron esos ánimos que siempre necesito, aunque esta vez los necesité un poco más que en otras ocasiones. 

Un diez para ellos, pero la nota del público en general también fue un sobresaliente; el maratón de Ciudad de México es un a prueba complicada, dura para los que vamos a correr desde tierras más bajas, pero vale la pena solamente por la animación en las calles.  Da gusto correr así, sintiendo el calor no solo ambiental, sino del público. Una experiencia inolvidable.

jueves, 15 de agosto de 2024

No hay que llegar primero, pero hay que saber llegar

Además de la capital de México, CDMX (Ciudad de México) es la aglomeración más poblada de América si contamos con su zona metropolitana que suma 21 millones de habitantes; esta importante ciudad tiene su origen en la antigua México-Technochtitlan, que tomó el relevo a la impresionante, pero ya decadente Teotihuacán.  Con la llegada de los españoles, la capital mexicana fue declarada también capital del Virreinato de Nueva España dirigido por Hernán Cortés, un bravo extremeño de Medellín que consiguió hacerse con el poder de la región a base de pactos con pueblos indígenas contrarios a Monteczuma y alguna que otra acción militar. Obviamente, Cortés no es un personaje querido en México, pero con el se realizaron importantes cambios en la ciudad, como la construcción de la Plaza de la Constitución (el Zócalo), llamada así en honor a la ConstituciónEspañola de 1812. Con la independencia de México en 1821, la ciudad pasó a ser la capital de México.
El atractivo turístico de la ciudad es evidente, no sólo por ser la capital del país más visitado de Latinoamérica, sino por sus propios encantos, empezando por el impresionante Zócalo (una de las plazas más grandes del mundo) y siguiendo por lugares tan turísticos como el Bosque de Chapultepec, Xoximilco, el museo arqueológico, el de Frida Khalo, los murales de Ribera, la Basílica de Guadalupe etc. Y he dejado para el final Teotihuacan,  un monumental espacio arqueológico que alberga las mayores pirámides de Mesoamérica.
Tampoco se puede olvidar la tradición deportiva de la ciudad, que alberga el estadio más grande del mundo, el Estadio Azteca y es sede de numerosos equipos de fútbol; pero centrándonos en el atletismo, nos remontamos a 1968, cuando en la Ciudad de México se celebraron unos Juegos Olímpicos que serán recordados siempre por sus marcas en las pruebas cortas, debido a la influencia de la elevación de la ciudad. En México 68, Jim Hines logró romper la barrera de los 10s en los 100m, parando el cromo en 9:95; Dick Fosbury, batió la marca de salto de altura adoptando un nuevo método de salto, el ya archiconocido "estilo Fosbury". Sin embargo, fue el estratosférico salto de 8,90 metros de Bob Beamon, en el salto de longitud, lo que siempre será recordado de aquella magnífica competición.
Con estos antecedentes, es fácil pensar que CDMX albergue un maratón popular atractivo  que este año cumplirá 41 ediciones; una prueba que corren cerca de 30.000 atletas y que, sin duda, es un referente en el continente americano. Sobre el papel, se trata de un recorrido muy interesante, que arranca en el mítico estadio olímpico, para seguir por la Avenida Insurgentes durante un buen rato hasta llegar al bosque de Chapultepec, recorrer Polanco y dirigirse al centro por el Paseo de la Reforma, para acabar en un lugar tan emblemático como es el Zócalo. Sin duda, un recorrido para disfrutar.
Pero no todo son buenas noticias en esta prueba, que cuenta con una notable dificultad, la elevación a la que se corre, 2.240 metros; esa pequeña ayuda que sirve para hacer buenas marcas en distancias cortas, se convierte en un problema para las carreras de fondo, pues hay menos oxígeno en la atmósfera y eso puede afectar a los atletas que viven en zonas más bajas, como es mi caso. Si a eso unimos la contaminación que "disfruta" la capital mejicana, podríamos concluir que la gestión de la prueba va a ser un tanto complicada y aunque Depa me ha dado su visto bueno para correr en CDMX, también me ha advertido que tendré que correr a un ritmo más lento de lo habitual para evitar problemas. En otras palabras y parafraseando la letra de la mítica canción compuesta por José Alfredo Jiménez (El Rey), en esta carrera "no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar".
Para conseguirlo, he entrenado duro en estas últimas semanas, no sólo por el volumen de los entrenos sino por el calor asfixiante que hemos padecido en Madrid; lo malo de entrenar con calor es que es difícil trasladar los ritmos a los que entreno a un entorno normal, pues obviamente con las elevadas temperaturas el ritmo se resiente. Aún así, creo que llegaré en condiciones de correr en buenas condiciones y disfrutar de la prueba a un paso apropiado. Por supuesto, contaré con ayuda externa, esta vez la de mi familia que me animará en las calles mejicanas; Carmen, Alonso, Ángela y Marisa pondrán colorido español y me inyectarán esa energía tan necesaria para conseguir mi objetivo de cruzar la meta de otro maratón, esta vez en Centroamérica y en un país del que estoy enamorado por su patrimonio artístico, su cultura, su gastronomía y su gente. El día 25 de agosto, a las 6 de la mañana hora de CDMX, comenzaré a disfrutar un nuevo reto maratoniano y estoy seguro que va ser una experiencia "padrísima".

martes, 6 de agosto de 2024

Clásicos del verano

 El verano esa una época del año diferente a las demás, fundamentalmente porque la mayoría de los españoles se toman unos merecidos días descanso para ir a la playa, la montaña u otro destino; aparte de descansar, a los españoles también nos gusta hacer otras actividades relacionadas con el ocio, por lo que a lo largo del territorio patrio se ofertan lo que se puede considerar como eventos culturales clásicos del verano, como el Festival de Teatro Clásico de Mérida o el de Almagro, los conciertos del Botánico, o los de la Muralla en Alcalá de Henares... Y si nos vamos al terreno deportivo, todos conocemos los torneos futbolísticos veraniegos más afamados, como el Teresa Herrera o el Carranza.

Yéndonos al terreno atlético, las carreras populares son muy escasas durante los meses de julio y agosto, el calor y las vacaciones no motivan demasiado a los corredores a calzarse las zapatillas; sin embargo, hay excepciones muy notables, como el famoso Gran Fondo de Siete Aguas que he corrido dos veces, o la Media de Navajas, que aún tengo en mi agenda. Sin embargo, mi carrera favorita del verano es el Trofeo San Lorenzo de Atletismo, que este año ha sumado cuarenta y dos ediciones y que discurre por el castizo barrio de Lavapiés en Madrid. Son 10 kilómetros recorriendo lugares emblemáticos del centro de la capital de España, como San Francisco el Grande, el Palacio Real, la Calle Mayor, la Puerta del Sol... Un bonito, pero duro recorrido ya que en esa parte de Madrid está llena de cuestas que hay superar para llegar a la meta de Argumosa.

Este año ha vuelto a hacer calor, como es normal en estas fechas, 26º a la hora de comienzo, las 9 de la mañana; yo llegaba después de una semana de "acondicionamiento" que me había recetado Depa, una especie de transición al maratón para recuperarme del cansancio muscular que me generó el Camino Portugués. Un mes antes de esta, había corrido en Villanueva de la Torre, una divertida carrera de 10 kilómetros en la que sufrí bastante a causa de la inactividad atlética, así que utilicé esa prueba como referencia para no cebarme en la cuesta abajo inicial y regular el esfuerzo; la estrategia funcionó y a pesar de no hacer un buen tiempo (44'42''), mis sensaciones fueron positivas porque logré aprovechar el entrenamiento que llevaba y eso es importante a pesar de la modesta marca.

Ahora toca centrarse completamente en México, una prueba complicada, pero muy atractiva que quiero tener en mi historial; entrenar en verano supone madrugar mucho (otro clásico), con las piernas poco activadas para evitar que la temperatura sea más elevada y generalmente no suelo disfrutar los entreno ni estar cómodo debido a las condiciones en las que se hace; sin embargo, la motivación es alta y es eso lo que distingue a los buenos atletas, así que, vamos a ello.