La previsión no falló y la mañana del domingo amaneció fresca, soleada, con unas pocas nubes en el cielo, y una ligera brisa; las condiciones eran buenas, no ideales porque hubiera preferido una temperatura un poco inferior, pero no estaba para quejarme. Así que tras desayunar en el hotel y descansar un poco en la habitación, me fui paseando tranquilamente hacia la salida con Pili y Marisa.
Enseguida llegué a las posiciones de arriba y mi ritmo se estabilizó en torno a los 4'45''/km que era mi objetivo inicial; tras cruzar un parque, tuve el primer encuentro con mi afición, pero había que tener la cabeza fría y evitar una subida de ritmo, rodaba cómodo, siguiendo la estela de un atleta local sin demasiados problemas. Los kilómetros iban pasando, me hidrataba convenientemente y seguía rodando cómodo cuando llegué a una avenida con la vía del tranvía en medio en la que tienes que ir y volver; se hace un poco pesado ese tramo, pero enseguida se vuelve al centro de la ciudad, lo que significa completar la primera mitad del recorrido.
Pasé la media muy por encima de la 1h38', tras volver a recibir los ánimos de mi afición; mi táctica estaba funcionando, no tenía signos de cansancio y era el momento de elevar un poco el ritmo y así lo hice: sabía que la media maratón empezaba a las 10:30, pero tenía la vana esperanza de que no coincidiera con el recorrido que estábamos haciendo los maratonianos, me equivoqué. Me encontré con la cola del grupo, atletas que corrían muy lento o que incluso caminaban; era difícil adelantar porque la participación era muy numerosa, así que tuve que armarme de paciencia, no enfadarme e intentar mantener el ritmo aún a costa de subirme a bordillos, rodar por la cuneta o por el carril contrario, algo nada cómodo a lo que se unía la dificultad añadida de las aglomeraciones en los avituallamientos.
Enfadarse no me llevaba a nada, aunque mi cabeza no entendía que la organización hubiera ejecutado una chapuza tan grande, así que me centré en correr, a un ritmo alrededor de los 4'35'' a. 4'40'' y con intención de mejorar en los kilómetros finales; pero pasarse tantos kilómetros superando atletas no es la mejor manera para concentrarse en la carrera y ni siquiera me di cuenta de mi paso por el Km 32, así que decidí aplazar el cambio de ritmo a los cinco últimos kilómetros.
El paso por la avenida de las vías del tranvía volvió a ser incómodo y además el viento soplaba un poco más fuerte, pero pronto llegué al km 37 e incrementé el ritmo, teniendo además en cuenta que cada vez había menos atletas que adelantar. Ya olía a meta, el trabajo estaba hecho y faltaba saber con que tiempo cruzaría la cinta, finalmente en 3h17'19'', una marca bastante decente que podría haber sido mejor de no haber tenido el handicap de los atletas lentos por delante.Mi cuadragésima tercera maratón estaba en el bote, había completado el histórico Kosice Peace Marathon tras haber hecho una buena carrera, siempre en positivo y ganando puestos; estoy satisfecho con el resultado, no es una marca excepcional, pero demuestra que estoy en buena forma y que estoy en disposición de hacerlo mejor en mi próxima cita en el mes de diciembre, en Málaga. Ahora toca prepararse para ello.
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