domingo, 25 de noviembre de 2018

Maratón de Tenerife (2) La organización

Analizar la organización del Maratón de Tenerife puede resultar complicado pues alterna aspectos positivos y otros negativos que parecen que parten de diferentes organizaciones, aun que aparentemente sólo hay una; así que voy a desarrollar mis opiniones, a ver si estáis de acuerdo conmigo o no.
Mi buena amiga Pili y yo teníamos marcada esta competición desde 2018 y lógicamente queríamos saber la fecha cuanto antes par air reservando vuelos, hoteles etc, o sea lo que cualquier maratoniano friki como nosotros suele hacer; normalmente los organizadores de grandes maratones fijan la fecha del año siguiente  justo después de celebrar el maratón, pero eso no suele pasar en los más modestos, así que tras una espera razonable, Pili y yo intentamos averiguar la fecha por diversas fuentes, ella preguntando a la federación tinerfeña y yo via twitter, ya que esta carrera tiene cuenta en la red del pájaro, pero no la deben usar mucho fuera de temporada porque no me hicieron ni caso, como tampoco se lo hicieron a Pili. Cuando ambos llegamos a la conclusión que la fecha era casi tan difícil de descubrir como los misterios de Fátima, un buen día la cuenta resucita e informa que en breve se abrirán las inscripciones y fue muy breve el periodo de espera que se abrió con una fase bonificada también breve, tan breve que sólo duraba 48 horas, pero que pudimos aprovechar. Nunca entenderé el interés en demorara tanto la fecha y aún menos un periodo incentivado de 48 horas.
Una vez cumplido el trámite de la inscripción, visité la página web alguna que otra vez, pero la información no variaba mucho, aparte de anunciar un nuevo circuito en un mapa casi ilegible y sin puntos kilométricos, vamos, que había que hacer un curso de topografía para averiguar donde estarían ubicados los pasos.
Una vez aterrizados el espectacular aeropuerto de Tenerife Norte, del que guardo grandes recuerdos, nos apresuramos en recoger nuestro dorsal en un pequeño local que se ubica entre el Parque García Sanabria y la Plaza del Chicharro; a pesar de estar un tanto escondida, conseguimos llegar a la feria, que no sé si calificar como tal, donde hay tres expositores o quizás cuatro, aunque con la grata noticia que hay una mesita de merchandising donde pudimos adquirir algún recuerdo a precios razonables. La recogida del dorsal es en el piso de arriba, en un amplia mesa para los de la media, mientras que queda un rinconcito para los maratonianos donde me encuentro con una sorpresa desagradable, mi dorsal no está personalizado porque me han cambiado el número a última hora y me han asignado el último número, el 386; no sé la razón, aunque quizás tenga que ver con el guarismo que debería haber lucido en mi pecho, el 69, pero al parecer alguien cometió un fallo que no me explicaron en la oficina de reclamaciones y me quedé sin mi número original y sin mi nombre impreso en el. Obviamente es un incidente sin importancia, pero me dio mal fario. Que no se me olvide hacer una sugerencia y es que la camiseta podría ser mucho más bonita o al menos, no tan fea como la que dan.
Llegamos al día D, la carrera, cuya salida estaba bastante animada desde muy temprano, aunque no tan temprano como debiera, porque salir a las 8:30 de la mañana en Tenerife y en noviembre, es una invitación al calor, lo que algunos vienen a denominar buen tiempo. La salida está bien organizada, con bastantes baños, una zona amplia para calentar y cambiarse y hasta una pequeña representación del archifamoso carnaval de Tenerife bailando y dando ambiente en la salida. esto me gustó.
Salimos, todo bien, aunque sin mucha animación en las calles y con una señalización escasa, tirando a deficiente que se notaba más en la segunda vuelta cuando quedamos sólo los maratonianos; como dato curioso, los hitos kilométricos se indican con unas enormes pegatinas pegadas en el asfalto, un original sistema, pero inexacto porque marcaba los pasos  kilométricos de las dos vueltas, que no coincidían, lo que generaba una inexactitud no muy importante, pero relevante; además, como bien dice Pili, en caso de lluvia más de uno podría haberse resbalado en el invento de marras.
Vamos con los avituallamientos, cortos, en un sólo lado de la carretera, con botellas de agua y con aquarius como bebida isotónica donde había, porque no había en todos; también daban un gel más o menos por el kilómetro 30, aparte de frutas desde aproximadamente el kilómetro 10. No se pueden calificar como malos, pero los voluntarios que los atendían estaban poco preparados para atender a los atletas, salvo excepciones, o como dice Pili, algunos estaban "a otra cosa". El caso es que ha sido la carrera donde más veces se me han escapado las botellas que me ofrecía un despistado voluntario.
Y sin ánimo de hacer sangre, también me gustaría sugerir a la organización que ponga un poco de animación en los lugares menos frecuentados por el público, sobre todo en el tramo que va y vuelve a San Andrés; no hace falta una banda ni anda por el estilo, tan solo un reproductor de música y un altavoz que suelen animar mucho, al menos a mi.
Por último quiero comentar un tema que no suelo tratar, al ser un corredor que no suele subir al podio, pero que suele correr con una amiga a que si lo hace y que se llama Pili Isidro; pues bien, Pili hizo un carrerón en Tenerife, quedó segunda, pero debió quedar primera si se hubiera descalificado a la ganadora que recibió avituallamiento externo de la organización en los últimos kilómetros, una acción completamente irregular que demuestra que a esta organización le falta mucho por aprender, por ejemplo que con una sola  botella de agua al acabar la carrera no se reponen líquidos convenientemente y ya que no daban bebida isotónica me hubiera gustado que me dieran dos de agua, como el petit suise.
En fin, hay organizaciones mejores que esta y también peores, aunque no demasiadas; de momento, esta carrera debería tener otra ganadora, pero la segunda no reclamó; tuvieron suerte los organizadores de topar con una participante tan honesta.


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