Una vez finalizada la aventura moldava, decidí regresar pronto a la acción a petición de mi hermano Viry, pues el 14 de octubre se disputaba la carrera "Madrid corre por la Vida" que organiza el Samur y a la que no había podido acudir en sus dos ediciones anteriores. La gracia de esta competición es que aparte de colaborar en una bonita causa, se puede participar por equipos. así que se lo comenté a mis amigos Charly y Lucas que junto con Viry y yo mismo formamos un equipo dispuesto a ir a por todas.
La carrera se disputa íntegramente en la Casa de Campo, en un circuito bonito pero difícil, pues se suceden los tramos cuesta arriba y cuesta abajo, de manera que no es fácil mantener un ritmo constante; más favorable era el clima, pues la mañana era fresca a pesar del calor que habíamos sufrido durante la semana. Comencé la carrera en los puestos delanteros y me lancé en tromba en el primer kilómetro cuesta abajo que completé en alrededor 3'50'', pero enseguida se acabó lo bueno y continuamos por el circuito rompepiernas que he comentado. Tras subir Garabitas por un sendero que no conocía, me volví a lanzar cuesta abajo para luego llanear en la última fase de la carrera hasta que se llega al último kilómetro en el que se vuelve a subir, sobre todo al final con una rampa de un alto porcentaje.
Crucé la meta en 41'51'' y satisfecho con mis sensaciones, aunque también con el primer puesto en mi categoría y por supuesto, por el primer puesto absoluto que logramos por equipos y es que los cuatro integrantes rallamos a gran altura por la Casa de Campo aquella mañana.
Una semana más tarde iba a regresar a la competición y es que me tocó un dorsal para la carrera del CSIC y decidí competir, aunque no estuviera previsto a priori. Había disputado una vez esta carrera, una auténtica clásica del atletismo madrileño, no en vano van 38 ediciones y aunque sabía que tampoco es un circuito favorable, esperaba un rendimiento mejor.
Empecé colocándome muy atrás en la salida y aunque ingenuamente pensaba que era la ubicación correcta, tras el pistoletazo de salida, tuve que adelantar a mucho corredor lento, de esos que salen a trote cochinero y en la zona de adelante, sin ningún respeto por los que corren más; aún así el primer kilómetro se fue sólo 2 segundos por encima de los 4 minutos, pero yo sabía que no iba bien y aunque mantuve el tipo en el segundo kilómetro, una vez que abandoné Serrano y entré en la Castellana , la cuesta arriba constante y el viento de cara hicieron mella en mi rendimiento y fui perdiendo tiempo en cada kilómetro que no pude recuperar en la parte final de la prueba, más favorable.
Los 42'24'' en meta me resultaron decepcionantes después del buen rendimiento exhibido una semana antes en la Casa de Campo, pero aún peor me resultaron las pobres sensaciones que tuve.
En cualquier caso, no hay que obsesionarse con estos resultados, pues los entrenamientos hasta la fecha están resultando positivos y espero rendir a buen nivel en Tenerife, en poco más de una semana; pero de eso hablaré en el próximo post.
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