"Que linda está Santa Cruz, cuando va naciendo el día, cruza el aire una folía allá por el horizonte; las parras de Tacoronte, el Teide sobre la bruma y un cielo azul que perfuma los tamarindos del monte"... Así comienza el precioso bolero "Ay Santa Cruz" dedicado a una isla que conozco muy bien porque tuve la fortuna de vivir allí durante cinco años repletos de recuerdos felices, sobre todo, el del nacimiento de mi hijo Alonso. Me fui de la isla en 2000 y desde entonces sólo he vuelto una vez a la isla, así que ya es hora de volver aprovechando la tercera edición del maratón de Tenerife, una prueba con un atractivo especial para mi.
El maratón de Tenerife es una prueba joven que ha aprovechado el tirón del boom atlético de los últimos años; aunque no tengo demasiadas referencias, parece que la organización está haciendo una buena labor y la participación sigue creciendo año a año sacando partida de las bondades climatológicas del archipiélago canario, de los múltiples atractivos de la isla y de un circuito que considero bonito e interesante, aunque no rápido, pues los pasos por las ramblas le otorgan un importante plus de dureza. Sin embargo, hay un gran tramo de la carrera que discurre al lado del mar, absolutamente plano y supongo que muy atractivo para la vista.
Teniendo en cuenta el peculiar recorrido, la temperatura y la humedad que me esperan durante la prueba, mi rendimiento es una incógnita pues como todo el mundo sabe no me gusta nada correr con calor; en el otro lado de la balanza, debo decir que he entrenado bien en las últimas semanas y aunque me falta un poco de chispa, espero poder rendir a un nivel similar a Seattle y si puedo acercarme a la marca que conseguí en Chisinau hace un mes y medio.
Teniendo en cuenta el peculiar recorrido, la temperatura y la humedad que me esperan durante la prueba, mi rendimiento es una incógnita pues como todo el mundo sabe no me gusta nada correr con calor; en el otro lado de la balanza, debo decir que he entrenado bien en las últimas semanas y aunque me falta un poco de chispa, espero poder rendir a un nivel similar a Seattle y si puedo acercarme a la marca que conseguí en Chisinau hace un mes y medio.
Sea como sea, mi objetivo vuelve a ser disfrutar de la distancia de Filípedes en un lugar tan entrañable para mi donde espero disfrutar la prueba en compañía de nuevo de Pili y celebrarlo con mis amigos tinerfeños además que con los seguidores que me volverán a acompañar en esta cita: Encho, Toli, Daniel, Paco, Maribel, Pastora y por supuesto Marisa.
Me espera un fin de semana cargado de recuerdos; me espera el Teide, la basílica de la Candelaria, un recorrido colonial por La Laguna, un baño en las piscinas Martianez, un vino en un guachinche de Tacoronte, un paseo por la playa de las Teresitas, un pescado al borde del mar en Bajamar y una carrera que cruza una ciudad que aún llevo en mi corazón; espero que Santa Cruz siga tan linda como la dejé hace años y me permita disfrutar de la consecución de mi 33º maratón.
Me espera un fin de semana cargado de recuerdos; me espera el Teide, la basílica de la Candelaria, un recorrido colonial por La Laguna, un baño en las piscinas Martianez, un vino en un guachinche de Tacoronte, un paseo por la playa de las Teresitas, un pescado al borde del mar en Bajamar y una carrera que cruza una ciudad que aún llevo en mi corazón; espero que Santa Cruz siga tan linda como la dejé hace años y me permita disfrutar de la consecución de mi 33º maratón.
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