domingo, 1 de octubre de 2017

Maratón de Varsovia (1) - El ambiente

La capital de Polonia es sede de dos maratones anuales, aunque el que se celebra en septiembre es, teóricamente, el más importante; tiene la peculiaridad que su fecha coincide con la disputa, a pocos kilómetros, del maratón de Berlín, el major en el que se han batido las marcas mundiales en los últimos años. Es evidente que la competencia es muy importante y supone una merma importante de participación foránea, pues los majors están muy solicitados últimamente.
Sabía de antemano que el ambiente no iba a ser lo mejor de esta carrera y lo percibí tras aterrizar en el aeropuerto de Varsovia Chopin y dirigirme al hotel, ya que no había señal alguna de la prueba; una vez instalado en el hotel, fui a la feria del corredor, con escaso ambiente, aunque hay que tener en cuenta que era la última hora del viernes. Tampoco se notaba mucho movimiento de "runners" por las calles del centro de la ciudad y es que la participación extranjera no es muy notable.
Afortunadamente, yo siempre llevo el ambiente conmigo, esta vez mi afición estaba compuesta  solo por Jorge y Ana acompañando a Marisa, pero en Varsovia me esperaba mi amigo Pablo, un magnífico maratoniano y anfitrión que nos recibió nada más llegar al hotel, para posteriormente llevarnos a cenar a su extraordinario restaurante, "Casa Pablo", donde cenamos un sabroso menú degustación, regado de buen vino español y aderezado por una interesante conversación; el ambiente, para mi, empezaba fuerte.
El domingo amaneció chispeando y aún así, había bastante gente en la salida de la Plaza de las Cruces; hay que tener en cuenta que los eslavos no son la alegría de la huerta y que a pesar de ser bastantes no animaban tanto como lo hacemos los latinos; después empieza un recorrido que no pasa por ningún lugar emblemático de la ciudad, que yo sepa, así que el público se concentra cerca de las estaciones de metro, que son numerosas hasta el kilómetro 10, para desaparecer luego hasta el km 23. Como he dicho, no podemos hablar de ambiente festivo, pero la presencia en las calles de aficionados, aunque intermitente, es bastante buena y se complementa con varios grupos musicales que la organización coloca por el recorrido. 
Mi afición me animó en tres ocasiones durante la carrera y a ellos se sumaron Jaime, que les acompañó y Duquito, con el que corría la primera parte de la carrera escuchando sus historiar y sus chistes malos. En definitiva, el ambiente fue bastante bueno para mi, a pesar de la gris mañana polaca y de la poca gracia de sus habitantes, que tienen que mejorar un poco, aunque no están a mal nivel.
El de Varsovia no es de los mejores ambientes que he conocido, pero he de reconocer que en peores plazas he toreado. En cualquier caso, sabía que iba a ser así.



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