Analizar el ambiente del Gran Canaria Maratón no es una tarea sencilla debido a las especiales características de esta turística ciudad, capital de una isla que recibe millones de turistas anualmente atraídos por sus hermosas playas y su climatología privilegiada; no es extraño que la ciudad grancanaria tenga una ocupación hotelera cercana al 100% habitualmente y que en sus calles se puedan distinguir con facilidad a turistas, normalmente llegados del norte de Europa, donde el invierno es muy duro de sobrellevar. Por eso, la ciudad no presenta ningún cambio aparente durante el fin de semana maratoniano, los turistas son los habituales y la ocupación de los restaurantes es la misma de siempre.
Llegué el viernes a la isla acompañado de mi expedición y ninguno de nosotros notó nada especial relacionado con la prueba; esa misma tarde nos dirigimos a la feria del corredor, ubicada en el centro comercial Las Arenas, donde había poca gente y no se respiraba demasiado ambiente, a pesar de la amabilidad de los voluntarios. Tampoco se distinguían atletas por la calle, seguramente porque la participación es mayoritariamente local y porque los foráneos aprovechan la visita para hacer turismo y se "camuflan" como un turista más. De hecho, yo creo que la gran mayoría se aloja en los hoteles del sur de la isla y se desplazan el día de la prueba para aprovechar más el sol y las playas canarias, que son muy apreciadas por muchos clubes europeos de diversas disciplinas para realizar concentraciones invernales.
Y aunque el ambiente no es muy abundante los día previos a la prueba, el domingo las cosas cambian sustancialmente; ya en la salida, se puede ver a mucho público que acompaña a los atletas; una vez en marcha, la cantidad de público animando varía de unas zonas a otras, pero en general, se puede ver gente durante casi todo el recorrido, salvo una pequeña parte en la que la carrera sale un poco de la ciudad hasta la playa de la Laja. Lo bueno es que, aunque la presencia de público es intermitente, los que hay son muy activos y animan sin parar a los atletas, de manera que parece que se reparten por todo el recorrido. Además, me gustaría destacar el papel de los speakers de la organización, que también se reparten en varios puntos importantes del recorrido y que son realmente buenos; animan sin parar, son ingeniosos y además personalizan sus frases en algunos participantes, lo cual siempre es de agradecer; además de los speakers, la organización reparte diversas animaciones por el recorrido, como bandas carnavaleras, bailarinas, músicos etc y todos dan el máximo para empujar a los esforzados corredores.
También es destacable el tramo final de la prueba, los últimos 5 kilómetros, en los que se pasa por las calles aledañas a la playa de las Canteras y el último tramo ya por el paseo que bordea la preciosa playa grancanaria; en ese tramo, hay muchísima gente animando y llevando en volandas a los corredores a una meta bordeada por unas gradas repletas de animosos aficionados que aplauden sin parar. He disputado muchos maratones y creo que este es uno de los mejores en cuanto a animación en carrera, aunque teniendo en cuenta que la presencia de público es modesta comparada con la de las pruebas de grandes ciudades.
Por último, quiero volver a hablar de mi animación personal, que en esta ocasión estaba formada por Carlos, Rafa, Encho, Toli, Ángela, el debutante Daniel y por supuesto, Marisa; como siempre, estuvieron de diez, me apoyaron en cinco puntos diferentes y volvieron a darme esos ánimos que tanto me ayudan en cada maratón que disputo. Aunque todos lo sabéis, tengo que volver a decirlo: no hay mejor afición que la mía.
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