Esta mañana he finalizado la última semana seria de entrenamiento con un rodaje de 22 km, acabando a 4'10'' los últimos cinco; ha sido un buen colofón para una semana en los que he corrido 80 km con unas sensaciones excelentes; es un alivio haber llegado, por fin, hasta aquí. Me quedan tres entrenos de mantenimiento antes de afrontar mi decimotercer maratón, uno en casa, el siguiente en San Petersburgo y el rodajito suave previo a la carrera ya en Moscú. El domingo, en la capital rusa me espera el circuito de la ribera del Moskova, con una temperatura que rondará los 10º y amenaza de chubascos; las condiciones meteorológicas son casi óptimas, el estado de mis piernas también y mi moral está por las nubes, ¿hay una manera mejor de afrontar una competición?
Pero es mejor no desatar la euforia, porque estoy hablando de un maratón, una prueba en la experiencia me ha demostrado que es muy difícil de predecir como se va a desarrollar. He entrenado bien, pero en condiciones de elevada temperatura, de manera que los ritmos no han sido todo lo altos que me hubiera gustado; el día de la prueba, afrontaré los 42,195 kilómetros a una temperatura muy inferior y habrá que ver como va a responder mi cuerpo. En principio, pensar que con unos 10º va a aumentar mi rendimiento, es lo más lógico, pero también hay que considerar el factor "humedad" y la posible lluvia que puede caer durante la carrera.
Hay una pregunta recurrente que me han formulado en cada maratón que he corrido; una pregunta que suele repetirse en las últimas dos semanas antes de la prueba: ¿que tiempo quieres hacer? No me molesta que me la hagan, pues yo mismo estoy dando vueltas a la cabeza al respecto y eso que aún me quedan 7 días. Lógicamente, mi objetivo primordial es superar mi mejor marca, realizada en marzo en Barcelona, pero creo que estoy preparado para ser un poco más ambicioso y buscar las 3h05' o incluso algo menos. Depa cree que estoy preparado para ello y aunque yo también lo creo, es necesario analizar como voy a plantear la carrera. El equilibrio es difícil, porque no quiero arriesgar demasiado al principio para que luego me pase factura, pero tampoco quiero salir a un ritmo conservador que me impida atacar la marca que busco. En Barcelona las cosas fueron bien y eso que mi paso por la media no fue tan bueno como en Nueva York, pero si quiero acercarme a 3h05', no tengo más remedio que pasar el km 21 por debajo de 1h32', porque en ese caso, me costaría demasiado recuperar tiempo en la segunda mitad.
En fin, tengo una semana para seguir dándole vueltas, para hablarlo con Depa e incluso con mi "entrenador psicológico" den alguna barra de un bar ruso. Una semana de dudas, nervios, dolores insospechados e ilusión; una semana que pasaré en parte en territorio ruso, haciendo turismo prudente y esperando que esta vez, vuelva a lograr batir mi marca, como pasó en primavera. He luchado mucho este verano por eso y creo que tengo la marca en las piernas, pero no lo sabremos hasta el domingo, alrededor de las res de la tarde hora de Moscú, una de la tarde, hora española. Hasta entonces, os invito a que vosotros, los que me seguís, hagáis vuestras apuestas. La suerte está echada, así que a apostar.
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