Mañana correré por cuarta vez la Media Maratón de Valladolid, que ya ha pasado a ser todo un clásico de mi carrera atlética; me gusta correr en Valladolid, no sólo porque es mi ciudad, sino porque es un bonito circuito que conozco a la perfección y porque la temperatura de la ciudad del Pisuerga a mediados de septiembre, suele ser bastante adecuada para disputar una media maratón.
Supongo que a alguno le extrañará que corra una media una semana después de mi actuación en Moscú y es cierto que no es una práctica habitual, pero Depa me lo ha programado para intentar aprovechar mi buen estado de forma y conseguir mejorar mi tiempo también en esta distancia. Es lo que algunos atletas llama "compensación" y en términos más coloquiales, ya que voy con carrerilla, voy a intentar rebajar mi registro de la media, conseguido también en Valladolid hace dos años.
Después de la gesta moscovita, mi moral está por las nubes, no sólo por mi marca sino por la manera de conseguirla; mis amigos corredores y Depa coinciden en afirmar que bajar de 3 horas en un maratón está, más que nunca, al alcance de mis piernas. He descartado el maratón de Dubai para llevar a cabo esa intentona y en unos días elegiré la prueba en la que voy a buscar esa marca que tanto anhelo, pero antes no estaría mal maquillar un poco mi marca en la media, pues no es acorde con un posible sub3h en el maratón.
Es evidente que estoy en un gran estado de forma, pero también que mis piernas están muy castigadas después de un verano tan duro y de una maratón tan exigente como la que corrí el pasado domingo. Con estas premisas, mi planteamiento es salir en busca de mi marca personal, es decir, a tope desde el principio y si las cosas no funcionan optar por la retirada o por un rodaje tranquilo hasta el final, pues no creo que forzar en balde sea una buena opción. En mi opinión, si aguanto muscularmente, las posibilidades de éxito son altas, pues conozco bien el recorrido, la temperatura va a ser buena y volveré a contar con la inestimable ayuda de mis amigos pucelanos y de mi familia que se acercarán a darme ese aliento que siempre agradezco.
Espero que mañana os pueda dar buenas noticias y consiga redondear una gran semana atlética en el terreno personal. La suerte está echada
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