Supongo que tanto los que frecuentáis este blog como los que no, ya os habéis dado cuenta de que el runner es un ser vivo, es decir, nace, crece, se reproduce y muere. Lejos de la épica que se proclama en las llegadas a meta, el día a día de un corredor popular está lleno de situaciones cotidianas que deben resolver como cualquier otra persona, pero en el caso que ocupa este post, de una manera un tanto distinta.
Todas las revista y entrenadores aconsejan una serie de acciones antes de iniciar un entrenamiento, tales como calentar bien, comer algo si es necesario y sobre todo, hidratarse. Pero aparte de los consejos técnicos, algo que necesita un runner antes de salir a correr es que cumplir con sus necesidades fisiológicas y además sugerir que se vaya provisto de papel higiénico para cubrir cualquier imprevisto. Es obvio que una correcta hidratación puede derivar en una micción posterior, pero nunca hay que subestimar la posibilidad de tener que realizar lo que se viene conociendo como "hacer aguas mayores", "hacer de cuerpo", en definitiva, hacer caca.
En el caso de la micción, el problema no es importante, cualquier esquina es buena para realizarlo de manera rápida y eficaz, en el caso de un hombre, lógicamente. Pero en el caso de que el problema sea de índole sólida las cosas se complican sobremanera. Si estamos corriendo por el campo hay que encontrar un sitio discreto, detrás de algún árbol, preferentemente por en alguna hondonada o similar para poder evacuar con la tranquilidad necesaria. Eso si, a veces el sitio que hemos elegido como adecuado resulta que no lo es y tienes alguna sorpresa en forma de ciclista o paseante que debes capear con una sonrisa o incluso con un: "buenos días".
Si estamos realizando al actividad física en una ciudad, el mejor recurso consiste en meterte en un bar o en un hotel y pasar directamente al baño. A veces, he tenido que pedir permiso al recepcionista, pero no suelen poner pegas a un señor empapado de sudor que mataría por un baño.
Pero lo más problemático es que te entre el apretón cuando corres por zonas ambiguas, es decir, zonas semiurbanas, sin escondites, sin bares, sin hoteles, es decir, que si te bajas los pantalones te ve todo el mundo. En ese caso, sólo puedo aconsejar agudizar el ingenio y encontrar el sitio más adecuado y discreto.
Queda hablar de la competición; en este caso lo mejor es prevenir, levantarse temprano y sentarse un rato en el trono antes de iniciar la prueba. Hasta ahora siempre me ha funcionado, aunque nunca se sabe. Pero el problema habitual es tener ganas de "mear" durante la prueba, algo muy frecuente en el maratón donde te hidratas mucho antes de comenzar. En este caso mi consejo está claro, no parar, porque calculo que se pierden de 20 a 30 segundos en echarse a un lado a evacuar y esto no es muy conveniente para lograr tu marca. Mearse encima no es tan grave, porque sabes que se va a secar pronto, porque nadie te ve y además no tienes que parar y arrancar.
Todas estos argumentos han sido sacados de mis experiencias de todos estos años. No es el lugar para contar todos ellos, algunos muy "graciosos", pero os animo a que cuando antes de salir a correr toméis medidas preventivas y en caso de no ser útiles, apliquéis la solución correspondiente.
Todas las revista y entrenadores aconsejan una serie de acciones antes de iniciar un entrenamiento, tales como calentar bien, comer algo si es necesario y sobre todo, hidratarse. Pero aparte de los consejos técnicos, algo que necesita un runner antes de salir a correr es que cumplir con sus necesidades fisiológicas y además sugerir que se vaya provisto de papel higiénico para cubrir cualquier imprevisto. Es obvio que una correcta hidratación puede derivar en una micción posterior, pero nunca hay que subestimar la posibilidad de tener que realizar lo que se viene conociendo como "hacer aguas mayores", "hacer de cuerpo", en definitiva, hacer caca.
En el caso de la micción, el problema no es importante, cualquier esquina es buena para realizarlo de manera rápida y eficaz, en el caso de un hombre, lógicamente. Pero en el caso de que el problema sea de índole sólida las cosas se complican sobremanera. Si estamos corriendo por el campo hay que encontrar un sitio discreto, detrás de algún árbol, preferentemente por en alguna hondonada o similar para poder evacuar con la tranquilidad necesaria. Eso si, a veces el sitio que hemos elegido como adecuado resulta que no lo es y tienes alguna sorpresa en forma de ciclista o paseante que debes capear con una sonrisa o incluso con un: "buenos días".
Si estamos realizando al actividad física en una ciudad, el mejor recurso consiste en meterte en un bar o en un hotel y pasar directamente al baño. A veces, he tenido que pedir permiso al recepcionista, pero no suelen poner pegas a un señor empapado de sudor que mataría por un baño.
Pero lo más problemático es que te entre el apretón cuando corres por zonas ambiguas, es decir, zonas semiurbanas, sin escondites, sin bares, sin hoteles, es decir, que si te bajas los pantalones te ve todo el mundo. En ese caso, sólo puedo aconsejar agudizar el ingenio y encontrar el sitio más adecuado y discreto.
Queda hablar de la competición; en este caso lo mejor es prevenir, levantarse temprano y sentarse un rato en el trono antes de iniciar la prueba. Hasta ahora siempre me ha funcionado, aunque nunca se sabe. Pero el problema habitual es tener ganas de "mear" durante la prueba, algo muy frecuente en el maratón donde te hidratas mucho antes de comenzar. En este caso mi consejo está claro, no parar, porque calculo que se pierden de 20 a 30 segundos en echarse a un lado a evacuar y esto no es muy conveniente para lograr tu marca. Mearse encima no es tan grave, porque sabes que se va a secar pronto, porque nadie te ve y además no tienes que parar y arrancar.
Todas estos argumentos han sido sacados de mis experiencias de todos estos años. No es el lugar para contar todos ellos, algunos muy "graciosos", pero os animo a que cuando antes de salir a correr toméis medidas preventivas y en caso de no ser útiles, apliquéis la solución correspondiente.
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