Vitoria ha sido el pistoletazo de salida para encarar los últimos dos meses antes de enfrentarme a los 42,195 Km de Tokio. No conocía esta ciudad y por eso me decidí a pasar allí el finde con mi familia y amigos y ya de paso, quedar con otros amigos que viven en Pamplona. Atleticamente hablando, me atraía correr en un lugar con tanta tradición atlética y disputar una carrera que ya va por las 32 ediciones, pero además, me hacía ilusión poder saludar y correr junto a uno de mis ídolos atléticos, que no es otro que el vitoriano Martín Fiz. No sabía con certeza si corría o no la prueba, así que puse en marcha el plan B, que consistía en encargar a Alonso la consecución de un autógrafo del personaje.
El día de la carrera comenzó más tarde que de costumbre, me levanté a las 8 y desayuné tranquilamente pues el comienzo estaba fijado a las 10:45, una hora razonable, para variar. Calenté un poco alrededor del hotel y antes de irme a la línea de salida recibí los ánimos de mis acompañantes. Llegué con el tiempo justo para calentar un rato, pues no quería pasar mucho frío. En el calentamiento me puse a correr detrás de tres atletas y enseguida reconocí que uno de ellos era Joseba Beloki, ex-ciclista profesional reconvertido a runner. No pude resistirme, le saludé, estrechamos la mano y nos deseamos suerte. Un rato después comenzaba la carrera, a buen ritmo, como comenté en el post anterior. Muy pronto, como en el Km 4, estaba "mi público": Alonso, Nacho, Miguel, Mayte, Ángela, y claro, mi mayor seguidora, Marisa. Allí estaban gritándome, transmitiéndome esa fuerza que siempre es necesaria para seguir corriendo, porque sabes que cuando dobles otra esquina volverán a estar ahí y que cuando legues estarán esperando para darte el abrazo que estás esperando. Una vez más, mi público respondió y yo intenté responderles a ellos esforzándome al máximo.
Os preguntareis que pasó con Fiz. Pues bien, cuando llegué, nada más pasar la línea de meta, estaba Alonso con un autógrafo dedicado por Martín para mi. Lo había conseguido, nunca lo dudé, Alonso consigue lo que se propone casi siempre.
Martín y Joseba me han demostrado este domingo que su calidad humana está por encima de su calidad atlética. Ellos no tienen problemas en mezclarse con el resto d epopulares, en hablar con la gente de tu a tu, en ser uno más de la fiesta que supone una carrera. Martín no tuvo problema en firmar una dedicatoria y hacerse una foto con dos niños (Alonso y Nacho) que a partir de ahora tendrán un espejo donde mirarse, en el espejo de un campeón, no solo por sus medallas, sino por su comportamiento. Joseba me saludó sin dudar, calentaba con todos, que distinto a la parafernalia que montan otros ex-ciclistas, pero mejor no hablar de eso. A ellos dos le doy las gracias por motivarme, pero, sobre todo, doy las gracias a mi familia, a Mayte, a Miguel y a Nacho, que estuvieron donde más falta me hacían y también doy gracias a Virgina, a Tomás y a Miguel, que me enviaron todo su apoyo desde Pamplona.
a todos ellos gracias y atodos vosotros que me seguís, FELIZ NAVIDAD
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