Después de un mes sin competir tras el maratón de Berlín, elegí la carrera del CSIC como la prueba en la que volver a correr. La Carrera de la Ciencia es una prueba con una gran historia y que además recorre el Paseo de la Castellana y Serrano en gran parte de su recorrido; atractivo panorama en principio, pero las obras que se están llevando a cabo en la calle Serrano y en el mismo Paseo de la Castellana no parecían ayudar al desarrollo de la XXIX edición de la prueba.
La carrera empezaba a las 9 de la mañana, debido a la norma impuesta por el alcalde de Madrid para le realización de eventos deportivos, lo que me obligó a pegarme un buen madrugón a mi y a todos los participantes para recorrer un domingo las mismas calles que a diario pueden estar ocupadas por manifestantes en horas más propicias. La mañana era fresca, pero no excesivamente pues este otoño está siendo benévolo. La organización que realiza el CSIC es impecable, con un montón de mesas para recoger el chip en una zona interior al instituto, lo cual propiciaba que no hubiera ni la más mínima demora. Un chip bastante extraño y complicado de colocar en los cordones, pero no es para quejarse.
En el calentamiento me encontré con un amigo, Javier, recién enganchado al mundo de las carreras. Con el tuve una animada charla que propició que saliera en la cola de los participantes, muy lejos de los primeros. Los primeros metros discurren cuesta abajo por Serrano, es rápido, pero no tanto para mi que tenía que adelantar a muchos corredores más lentos. Al llegar al tramo de obras la cosa se complicaba, mal estado del suelo, vallas, recorrido zigzagueante... Con todo, no iba mal de tiempo al pasar por la Puerta de Alcalá y bajar a Castellana, donde comenzaba una ligera pero larguísima subida hasta Cuzco. Mantenía un buen ritmo, aunque el paso del Km 3 no lo corroboraba; la subida es asequible, pero después de los dos primeros kilómetros se hace pesada y se nota en las piernas, pues el ritmo se más fuerte que el que se lleva en un maratón de Madrid, en el que también se sube por Castellana. Por fin se gira a la derecha tras pasar el Estadio Bernabeu y a partir de ahí en linea recta hasta Serrano de nuevo, por unas calles llenas de toboganes.
Mi tiempo final fue de 45'37'', peor de esperado, pensé al llegar. Tras devolver, de nuevo sin esperas, el chip y recoger la bolsa del corredor, me dirigí hacia mi coche y varios runners me comentaron que habíamos hecho unos 500 metro de más. Con ese dato, parece que mi tiempo no era tan malo y me fui satisfecho a casa, por varias razones: había vuelto a competir, apenas me había castigado y además había corrido una prueba emblemática, muy bien organizada, pero que este año se ha visto muy deslucida por causa de las obras y por ese fallo del metraje debido a la misma razón. En cualquier caso, una prueba que recomiendo.
La carrera empezaba a las 9 de la mañana, debido a la norma impuesta por el alcalde de Madrid para le realización de eventos deportivos, lo que me obligó a pegarme un buen madrugón a mi y a todos los participantes para recorrer un domingo las mismas calles que a diario pueden estar ocupadas por manifestantes en horas más propicias. La mañana era fresca, pero no excesivamente pues este otoño está siendo benévolo. La organización que realiza el CSIC es impecable, con un montón de mesas para recoger el chip en una zona interior al instituto, lo cual propiciaba que no hubiera ni la más mínima demora. Un chip bastante extraño y complicado de colocar en los cordones, pero no es para quejarse.
En el calentamiento me encontré con un amigo, Javier, recién enganchado al mundo de las carreras. Con el tuve una animada charla que propició que saliera en la cola de los participantes, muy lejos de los primeros. Los primeros metros discurren cuesta abajo por Serrano, es rápido, pero no tanto para mi que tenía que adelantar a muchos corredores más lentos. Al llegar al tramo de obras la cosa se complicaba, mal estado del suelo, vallas, recorrido zigzagueante... Con todo, no iba mal de tiempo al pasar por la Puerta de Alcalá y bajar a Castellana, donde comenzaba una ligera pero larguísima subida hasta Cuzco. Mantenía un buen ritmo, aunque el paso del Km 3 no lo corroboraba; la subida es asequible, pero después de los dos primeros kilómetros se hace pesada y se nota en las piernas, pues el ritmo se más fuerte que el que se lleva en un maratón de Madrid, en el que también se sube por Castellana. Por fin se gira a la derecha tras pasar el Estadio Bernabeu y a partir de ahí en linea recta hasta Serrano de nuevo, por unas calles llenas de toboganes.
Mi tiempo final fue de 45'37'', peor de esperado, pensé al llegar. Tras devolver, de nuevo sin esperas, el chip y recoger la bolsa del corredor, me dirigí hacia mi coche y varios runners me comentaron que habíamos hecho unos 500 metro de más. Con ese dato, parece que mi tiempo no era tan malo y me fui satisfecho a casa, por varias razones: había vuelto a competir, apenas me había castigado y además había corrido una prueba emblemática, muy bien organizada, pero que este año se ha visto muy deslucida por causa de las obras y por ese fallo del metraje debido a la misma razón. En cualquier caso, una prueba que recomiendo.
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