El próximo 20 de septiembre a las 9:00 horas estaré comenzando mi séptimo maratón. Ese día luciré el número 7.853 en mi dorsal. El correo electrónico que me ha enviado la organización así lo confirma y no voy a negar que ya siento un hormigueo en el estómago al pensar en que voy a estar entre los 40.000 participantes de uno de los grandes, para algunos el más rápido y el mejor. Allí estará Haile Gebreselasi, mi gran ídolo en el maratón, intentando batir de nuevo el record del mundo. Si lo logra entraré en la historia al haber corrido en esa misma carrera, pero lo logre o no, habré seguido escribiendo otra página de mi historia personal, de mi lucha contra los 42,195 kilómetros.
Pero falta mucho para el gran día y por delante me queda la media de Villanueva de la Serena y cinco semanas y pico de entrenamiento, más duro de lo normal debido al calor. De momento las cosas ruedan bien, mis tiempos en las series son mejores, aunque sin acercarme a registros de hace tres o cuatro meses. Pero yo creo que en las semanas restantes voy a poder llegar a mi mejor nivel o al menos acercarme mucho. La media de Villanueva será un buen test, aunque no definitivo, que me dará una idea de la marca a la que puedo aspirar en Berlín. Sigo siendo ambicioso y mi objetivo es bajar de 3 h 12' y acercarme lo más posible a las 3 h 10'. Quizás cambie mis objetivos en estas semanas o quizás lo haga en plena carrera. Lo importante, por ahora, es seguir corriendo...
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