miércoles, 19 de agosto de 2009

El día que saludé a Marta Dominguez


Hace casi un año disputé la Human Race, una carrera patrocinada por Nike que se corrió en varias ciudades del mundo simultaneamente el 31 de agosto. En aquella carrera, además de los populares corrían unos cuantos atletas de élite tales como Reyes Estévez, el baloncestista Calderón o Marta Dominguez, todos ellos patrocinados por la firma americana. Cuando crucé la meta en la Casa de Campo, Marta estaba allí, saludando a los populares que iban llegando; no importaba que días antes hubiera perdido una medalla segura al tropezar con una valla en los Juegos Olímpicos de Pekín; Marta estaba allí, fomentando el atletismo, dando la cara y aceptando pacientemente las felicitaciones de los que nos acercamos a saludarla. No me acuerdo lo que le dije exactamente, aunque dejé claro que la admiraba por ser una gran atleta y una gran persona.
El martes pasado, mi familia y yo vimos juntos la final de 3.000 metros obstáculos femeninos del Campeonato del Mundo de Atletismo Berlín. Fue una carrera emocionante desde el principio, con Marta en los primeros puestos flanqueada por las rusas. Confiaba en Marta, aunque no lo vi claro hasta la última vuelta donde demostró ser superior a sus rivales. Pero sin duda el momento más emotivo fue el tirón final tras la última valla, dejando clavada a la rusa y entrando sola en línea de meta.
El día siguiente salí a entrenar y estuve recordando la carrera mentalmente todo el rato. Las hazañas de Marta, Mayte, Natalia, Fermín, Abel, Martín, Chema, Kenenisa, Haile y otros muchos motivan mi esfuerzo diario por intentar ser mejor atleta. Ellos nos muestran día a día, carrera a carrera la belleza del atletismo y lo bonito que es correr en busca de un objetivo, pro modesto que sea. Por eso, desde mi blog, quiero dar las gracias a Marta por su medalla de oro, porque nos ha hecho felices a un montón de españoles y a un montón de atletas entre los que me incluyo. Gracias Marta.

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