jueves, 7 de octubre de 2021

Volver

 Ha pasado un año y medio desde que corrí mi último maratón, en febrero de 2020 en Murcia;  sólo unas semanas después, el mundo se confinó debido a la pandemia y todas las competiciones fueron suspendidas o aplazadas para ser suspendidas definitivamente con posterioridad. No es este el lugar adecuado para hablar de los efectos globales de la pandemia, por eso prefiero centrarme en las consecuencias que hemos sufrido los corredores, que pasamos de un estado de confinamiento total, o sea, sin posibilidad de correr, a uno posterior de restricciones para poder practicar nuestra aporte favorito y afortunadamente ya estamos en lo que parece el final del túnel, con un estado de casi total normalidad, aunque no del todo, pues, por ejemplo, hace poco tiempo que he podido volver a entrenar en pista.

Pero mi caso particular ha sido un poco más complicado, porque me lesioné en agosto de 2020, una lesión a la que en principio no di importancia y cuya recuperación se ha alargado casi un año, alternando temporadas sin correr con otras en las que pude hacerlo con restricciones; una inflamación en el talón de Aquiles que ha puesto en jaque mi paciencia y voluntad para volver a disfrutar de este deporte, pues puedo asegurar que hubo momentos en los que pensé que no volvería a calzarme unas zapatillas. En la parte positiva de la balanza, el parón en la carrera a pie me ha permitido recuperar mi afición a la bicicleta, que me ha servido para seguir activo, ayudar a mi recuperación y mantener una forma física aceptable.

Aún no estoy recuperado completamente, pero ya tengo fijada la fecha de vuelta al maratón, obviamente acordada con Gonzalo, el fisio que me ha llevado en esta larga recuperación; será en noviembre, en el Maratón de Cognac, una modesta carrera que considero ideal para volver a la mítica distancia en estas épocas tan turbulentas; antes de eso, retornaré a la competición el 16 de octubre en Laredo, para  disputar sus famosos y rápidos 10K, aunque con la única pretensión de recuperar sensaciones, porque no sería prudente ir a tope y exponerme a una recaída.

Para llegar a Cognac en las condiciones apropiadas, estoy llevando a cabo un entrenamiento especial, forzando lo justo y alternando bicicleta con la carrera a pie; el objetivo es completar el maratón sin recaer en la lesión y hasta el momento voy por buen camino. La marca es obviamente accesoria, lo importante es sentar de nuevo las bases para retomar mi afición atlética y volver a correr maratones regularmente.

Curiosamente, estaba preparando un maratón en Francia, concretamente Nantes, antes de iniciarse la pandemia, una carrera en la que pensaba competir con la camiseta de la selección española de atletismo que me regaló Pili, así que tendré que sacarla del cajón para competir con ella en Cognac y volver a  disputar un maratón. Mi última competición antes de la pandemia fue la media maratón de Palencia, el 8 de marzo de 2020; han pasado muchas cosas desde ese día, todos hemos aprendido a valorar cosas que no parecía no interesarnos y creo que después de esto, todos hemos cambiado un poco; personalmente, he aprendido a ser más paciente y a valorar más el poder disfrutar de algo tan simple como es correr y todo lo que me aporta, por eso, estoy preparado para volver.


Volver para  sentir ilusión cuando me inscribo a una carrera; volver a preparar todos los detalles del viaje; volver a recibir lo entrenamientos de Depa y pensar: "este tío me quiere matar; volver a decidir con mis amigos que maratón debo correr, volver a quedar con Alfredo para hablar de mis competiciones, volver a estudiar recorridos, perfiles y características de cada maratón; quiero retomar mi proyecto de correr en los cinco continentes y seguir sumando maratones en lugares exóticos, como le gusta a Rafa; quiero volver a visitar una feria del corredor y respirar ese ambiente especial, volver a compartir la distancia de Filípedes con Pili y con Jaime (como en Murcia), con Mario, Roberto, Lobo, Alex, Beto, Abel etc y espero que que alguna vez pueda hacerlo con con Darío o con Rubén; quiero volver a recibir el calor del público y sobre todo de mi gran afición, Carlos, Myriam, Rafa, Encho, Toli, Jorge, Ana, Camilo, Marta etc y también quiero volver a ver a mi sobrino Daniel o a mi hermana animándome en las calles; volver a leer los comentarios de la carrera de mis amigos atletas en el grupo y leer eso de "para lo que te va a servir" que siempre escribe Torroles. Quiero volver a chocar manos con los niños que animan en el recorrido. beber en los avituallamientos, tomar los geles, mirar el reloj para comprobar el ritmo, sudar, sufrir, hundirme o recuperarme, volver a oler la meta a falta de un kilómetro y posteriormente cruzarla cumpliendo un sueño que siempre se repite en ese preciso instante. Quiero volver a hacerme las fotos post-maratón, aunque no me aguanten las piernas y por supuesto, quiero volver a recibir el abrazo de mis hijos tras finalizar el recorrido y sobre todo recibir el beso de Marisa que siempre he recibido al final de todos mis maratones. 

Por todo esto y muchas más razones quiero volver a correr un maratón.
Y voy a volver.

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