Quedan pocos días para que 2018 eche la persiana y las competiciones navideñas se multiplican en todas las localidades de España repletas de solidaridad y buenos deseos; diciembre siempre ha me ha parecido un buen mes para competir y este año lo ha vuelto a ser pues han caído tres carreras y queda una más aún, la que disputaré en la ya clásica Legua de Navidad de Camarma de Esteruelas en el día de nochebuena. Pendiente del resultado de Camarma, el balance de diciembre ha sido esperanzador, pero mejorable, ya que en ninguna de las competiciones he logrado buenos registros, pero han estado ajustados a los entrenamientos que había realizado y las condiciones en las que corrí.
La última de esas competiciones se desarrolló en Santovenia de Pisuerga, una localidad cercana a Valladolid que organiza una media maratón a mediados de mes que me venía de perlas cara a la preparación del maratón de Zurich; no tenía referencias de la carrera y me hubiera venido muy bien tenerlas porque al llegar a la salida me enteré que prácticamente todo el trazado discurría por caminos, un handicap agravado por un lluvioso fin de semana que afortunadamente nos respetó durante la carrera; dejando a un lado el enfado que me llevé al descubrir que la carrera no iba a servir para evaluar mi estado de forma, considero que no es de recibo que en la página web del evento no hubiera ninguna referencia acerca del recorrido de la carrera, más aún teniendo en cuenta que diciembre suele ser un mes húmedo, aunque ni siquiera hace falta que sea húmedo para calificar de irregular una media maratón que discurre por caminos, yo lo llamaría cross.
Salvo quejarse, no quedaba más opción que correr y a eso me puse desde el pistoletazo de salida y tras subir una cuestecilla tras lo cual ya se entraba por un camino en el que había que ir sorteando charcos y tras eso, un tramo horroroso pisando piedras de las que ponen en medio de las vías del tren; sinceramente, después de los dos primeros kilómetros pensaba que iba a ser muy difícil llegar a meta, pero afortunadamente las cosas cambiaron, el camino se volvió más practicable y aunque mojado, se podía correr más o menos, eso si, yendo de un lado a a otro para buscar la mejor senda y pisando algún que otro charco.
Simultáneamente a la media de disputan una carrera de 7 km y otra de 14 km, de manera que los de la carrera corta abandonaron el recorrido alrededor del kilómetro 6, cuando hay que subir un paso elevado sobre la vía para encarar un recorrido muy expuesto al intenso y frío viento que nos acompaña; ya por entonces empecé a tener las piernas más calientes y mi ritmo empezó a ser más cómodo, siempre en torno a los 4'35'' /km y gracias, porque no estaba el panorama para muchas licencias; de hecho, me molestaba el gemelo derecho y además notaba como poco a poco los isquios se iban cargando debido a la pesadez del terreno y al esfuerzo extra que había que hacer para no resbalarse, pisar en plano, cambiar de senda...
Alrededor del km 11 nos abandonan los de los 14 Km y es entonces cuando decido dar un pequeño paso adelante y empezar a rebasar atletas, a pesar del viento de cara y el mal estado del terreno, ya pisado por los anteriores ya que se repite un tramo del recorrido; Mi crono me indicaba que podía llegar por debajo de la 1h36', pero no contaba con los últimos dos kilómetros, que discurren por un camino arcilloso, embarrado y muy resbaladizo donde era un triunfo mantenerse en pie; tuve que reducir drásticamente el ritmo, cargarme de paciencia, tirarme a la cuneta y esperar no lesionarme hasta llegar en 1h37'17'' a la meta de una carrera que a buen seguro no voy a repetir. Un resultado digno teniendo en cuenta las circunstancias, pero que no me da pistas a cerca de lo que puede pasar en la nochevieja de Zurich.
Dejando al margen esta "carrera", la última semana ha sido bastante positiva en cuanto a entrenamientos y espero estar a tope para la cita de nochebuena, la última de este año en el que no correré la San Silvestre Vallecana y es que me espera el Neujahrsmarathon de Zurich, una carrera que comienza a las 00:00 del día 1 de enero de 2019 y que será una excelente manera de comenzar el año nuevo junto a mi familia que me animará durante la competición.
Se acaba un buen año atlético, no solo en cuanto a resultados sino porque he podido disfrutar de este maravilloso deporte acompañado de familia y amigos, sin lesiones y logrando mi objetivo principal, ser un poco más feliz. Inmerso plenamente en las fiestas navideñas, me gustaría acabar este post deseando lo mejor para todos los que os pasáis alguna vez por mi blog y espero que vuestra Navidad sea tan feliz como el resto del año que nos espera a la vuelta de la esquina. Feliz Navidad.
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