sábado, 29 de diciembre de 2018

La cuenta atrás

Desde hace ya bastantes años he seguido la tradición de correr una San Silvestre (generalmente la Vallecana) el día de nochevieja y así acabar el año de la mejor manera, pero este año esa tradición va a cambiar, aunque no de manera significativa; en realidad cambiará sólo por unas horas y por una fecha, ya que no acabaré el año corriendo, sino que empezaré el año nuevo corriendo. Me enteré de la existencia del Neujahrsmarathon ya hace unos años, pero por unas u otras razones no me han cuadrado bien las fechas hasta este año en el que voy a poder disputar esta competición para "frikis".
Para los que no lo sepáis, esta carrera comienza a las 00:00 del día uno de enero de cada año, es decir, justo con las campanadas, pero ya se sabe que lo de la Puerta del Sol es una tradición típicamente española, así que es de suponer que empecemos a correr después de la típica cuenta atrás que se practica en casi toda Europa; además, el recorrido no es urbano sino que discurre por caminos con escasa o nula iluminación, por lo que es necesario usar una linterna frontal para ver donde pisas. Todo esto, unido a las "frescas" temperaturas que se registran en Suiza durante el mes de enero por la noche, hacen que esta maratón sea más una aventura que una competición, pero sobre todo apunta a ser una experiencia distinta para comenzar un nuevo año.
Es evidente que correr a medianoche, por caminos, sin demasiada luz y con una temperatura que estará en torno a los cero grados no da lugar a hacer pronósticos veraces en cuanto a un tiempo a batir, más bien el único objetivo debe ser acabar y disfrutar la experiencia, algo que espero hacer con holgura porque llego a esta cita en buena forma, después de haber conseguido mi mejor marca en la Legua de Navidad de Camarma, con un tiempo de 21'46'' que no es extrapolable a una distancia larga, pero que indica que en condiciones normales no tendré problema para hacer un tiempo de los que acostumbro, entre 3h15 y 3h20'. En cualquier caso, ha sido un broche de oro para un año en el que he corrido cuatro maratones con resultados buenos (Seattle y Chisinau) y malos (Rotterdam y Tenerife) y en el que también he conseguido batir mi mejor marca en los 10k en una vertiginosa carrera disputada en Laredo.
Zurich será el primer maratón de 2019, un año en el que espero correr otros cuatro más y donde espero volver a intentar batir mi mejor marca en media y en maratón, pero de eso ya hablaré más adelante, ahora toca centrarse en este maratón de año nuevo en el que no estaré solo, pues Marisa y Ángela me animarán durante toda la carrera a pesar de  las intempestivas horas y las bajas temperaturas. Sin embargo, hay una importante baja de última hora y es la de Pili por motivos personales; Pili iba a correr conmigo, pero no va a poder viajar a Zurich ni compartir conmigo un nuevo maratón. Estoy seguro que nos quedan mucho por correr juntos, pero voy a echarla especialmente de menos en éste en el que habíamos planeado ir juntos todo el camino; en fin, aunque no sirva de mucho, dedicaré esta competición a la mejor maratoniana que conozco.
El próximo día uno, cuando todos vosotros estéis acabando de comer  las uvas, comenzaré una nueva aventura maratoniana en las afueras de Zurich, a cero grados y con una linterna en la cabeza; me falta decidir si como las uvas antes o después de competir, pero eso influye en que os desee a todos un feliz año 2019, en el que seguiré corriendo y contándolo por aquí.

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