El Maratón de Chisinau ha cumplido su cuarta edición en 2018, un dato que puede explicar en parte los fallos organizativos que he podido apreciar en esta edición; otro factor a tener en cuenta sería el bajo presupuesto de esta carrera e incluso me atrevería a decir que intuyo una escasa implicación de las autoridades en el evento, pero todas estas reflexiones y alguna más que pueda surgir, deben fundamentarse en la exposición de unos hechos que vienen a continuación.
Empiezo, como siempre, por la página web, que no es de las mejores que conozco, aunque tampoco se puede calificar como mala, pero tiene muchos defectos; el más evidente es el problema del idioma, pues la página se puede consultar en moldavo, ruso e inglés, pero cuando te inscribes, y al efectuar el pago tienes que hacerlo en rumano o ruso, es decir, casi a ciegas y eso no me parece muy correcto. Quizás por esa razón hubo fallos en las banderas que lucían los dorsales de los participantes; yo lucía la bandera moldava en mi dorsal y a la hora de consultar la clasificación, me adjudicaron la bandera de una colonia francesa de ultramar; fallos sin importancia, pero supongo que fácilmente subsanables. Por lo demás, la página da una información precisa, pero se queda corta, sobre todo en la semana previa a la carrera.
Pasamos a la feria del corredor,, ubicada al aire libre y frente al parlamento moldavo, en pleno centro neurálgico de la ciudad; al puro estilo de Boston, esa zona se cierra al tráfico desde el viernes por la noche, de manera que atletas y aficionados pueden acceder facilmente a la zona para disfrutar de las competiciones o de una cerveza Chisinau y unas salchichas en los puestos que se ubican al efecto. Me sorprendió,que la feria fuera tan grande y animada, aunque obviamente faltan las grandes marcas deportivas, salvo Garmin, pero hay bastantes puestos de productos locales y hasta un carpa con merchandising a buen precio. La recogida del dorsal se ubica en un extremo de la feria y es muy ágil, sin esperas y los voluntarios hacen un trabajo muy bueno facilitando las cosas a los atletas. El dorsal es de plástico (la primera vez que lo veo) muy práctico, con chip incluido y con bandera, aunque con los problemas reseñados.
Con toda la zona debidamente cortada y acotada, el acceso a la zona de salida es muy cómoda, con muchos atletas, pero suficiente espacio para cambiarse y calentar sin problemas, pues está rodeado por dos parques; aunque la organización dispone dos zonas de salida, una para maratón y media y otra para los 5 y 10K, en la práctica todos los atletas se mezclan y los cajones establecidos no sirven prácticamente para nada; aún así, la salida es rápida pues la avenida es muy ancha y el número de participantes no es muy elevado.
El circuito sirve es el mismo para todos y en el caso del maratón son cuatro vueltas que resultan un tanto "pesadas" sobre todo porque el perfil no es plano y básicamente o se sube o se baja; hay "pacers", aunque sin mucho éxito de público, pero los hitos kilométricos no están señalados, así que se corre un pooc a ciegas, salvo que lo hagas con tu GPS. Los avituallamientos están ubicados solo en un lado de la carretera y solo dan agua y algo de fruta, aunque hay un puesto oficial de Red Bull, algo que me parece sorprendente pues esa bebida no es precisamente para deportistas.
El circuito está correctamente definido y no es posible equivocarse, pero las vallas que dividen la avenida son escasas, unidas con cinta de plástico y además no resistían la fuerza del viento, de manera que en ocasiones había que esquivar algún obstáculo; sólo la zona de meta está totalmente acotada por vallas, pero el resto del circuito no y como la presencia policial es inexistente, la gente cruzaba entre los atletas sin que nadie les indicara el mejor momento o lugar.
Cuando cruzas la meta, te colocan una bonita medalla y puedes avituallarte con agua, cerveza y fruta, no muy abundante, pero suficiente para reponer fuerzas. Por último, me parece que una buena idea es celebrar la entrega de trofeos por la tarde, de manera que se evitan las interminables esperas de los corredores una vez acabada la carrera.
La organización de Chisinau es mejorable, pero no es mala teniendo en cuenta que es una carrera muy modesta y con una participación reducida de maratonianos; lo positivo, es que las mejoras que se pueden implementar no son muy complicadas, ni muy costosas. Yo empezaría ampliando el circuito en una ciudad suficientemente extensa para hacer un maratón de una vuelta, instalando hitos kilométricos y mejorando los avituallamietnos; en paralelo, deberían intentar un incremento de la participación foránea a fin de conseguir que la humilde pero pintoresca Moldavia sea puesta en el mapa por más europeos.
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