Una vez olvidadas mis dolencias, era necesario volver a calzarse las zapatillas y seguir con el plan establecido para llegar a Chisinau en las mejores condiciones posibles; la primera tarea era retomar los entrenamientos de manera gradual y sin forzar para evitar problemas y tras unos días corriendo sin molestia alguno decidí competir en la primera edición el Cross "El Milanito" que ya tenía programado desde julio.
Esta prueba se celebra en Montemayor de Pililla, pueblo vallisoletano en el que residí hace tiempo y donde mi padre ejerció como médico; aparte del componente sentimental, la carrera es atractiva de por si, pues está integrada en una fiesta de la cerveza artesanal que se lleva a cabo en una preciosa arboleda del lugar, la Hontana, que se llena de puestos de degustación del "zumo de lúpulo" amenizados con interesantes conciertos de grupos cantando en directo. Este año, la organización del evento han tenido la gran idea de integrar una prueba atlética entre las actividades del festejo y para dar más categoría al experimento han contado con la colaboración de grandes nombres del atletismo español, como Sergio Gallardo, Mayte Martínez, Juan Carlos Higuero y Arturo Casado.
La carrera se disputa por los caminos anexos a la Hontana, entre los abundantes pinares que salpican el lugar; una carrera difícil, con repechos y piso irregular, pero muy divertida; mi actuación no fue precisamente buena, no corría gusto en ningún momento y mi ritmo se resintió, de manera que acabé en unos pobres 25'14'', aunque tercero en mi categoría.
El resultado de la prueba demostraba que no estaba precisamente en forma y por eso tenía que seguir entrenando a pesar de los rigores meteorológicos que hemos soportado a finales de agosto en Madrid; quedaban tres semanas para la siguiente competición y había que aprovecharlas, pero los entrenamientos buenos y los malos se han alternado y las buenas sensaciones no han llegado hasta la semana previa a la Media Maratón de Torralba, un test tres semanas antes del maratón que se puede considerar muy significativo.
La media maratón de Torralba es la tercera más antigua de España, comienza en Ciudad Real y finaliza en la localidad manchega por un recorrido que discurre por una carretera parcialmente cortada al tráfico bajo un sol manchego de justicia; es una carrera bien organizada, que parte de las pistas estadio Rey Juan Carlos, un lugar ideal para cambiarse, ir al baño y calentar tranquilamente antes de comenzar a correr a las nueve en punto de la mañana. Tras un recorrido breve por la capital de la provincia, se llega a la carretera que se sigue sin desvíos hasta Torralba por un paisaje un tanto aburrido que sólo varía al cruzar la localidad de Bolaños a mitad de carrera y en los últimos kilómetros que discurren por las calles del pueblo donde se ubica la llegada.
Consciente de mi estado de forma, me propuse poner un buen ritmo pero cómodo desde el principio y ver como evolucionaba la carrera a medida que iban cayendo los kilómetros; empecé rodando entre 4'21'' y 4'25'' por kilómetro y a pesar de los repetidos falsos llanos del recorrido, pude mantener el paso hasta la mitad de la prueba, en la que el calor y los kilómetros erosionaron un poco mi rendimiento hasta cruzar la meta de Torralba en 1h33'45''.
No se puede decir que sea un gran tiempo, pero tampoco es malo teniendo en cuenta las condiciones de meteorología y perfil; sin embargo, estoy contento porque he recuperado sensaciones y creo que aún tengo margen suficiente para afinar mi preparación en las tres semanas que restan hasta disputar el maratón en Chisinau.
No se puede decir que sea un gran tiempo, pero tampoco es malo teniendo en cuenta las condiciones de meteorología y perfil; sin embargo, estoy contento porque he recuperado sensaciones y creo que aún tengo margen suficiente para afinar mi preparación en las tres semanas que restan hasta disputar el maratón en Chisinau.
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