Un año más, la Media Maratón Ciudad de Valladolid ha servido para calibrar mi estado de forma unas semanas antes del maratón de otoño; en esta ocasión, he llegado después de un intenso verano de buenos entrenamientos que me permitieron llegar a la carrera con muy buenas sensaciones, pero mi objetivo no era esta media, por lo que me tomé la competición a modo de un test importante que me indicara si estaba haciendo bien las cosas y el resultado me lo ha corroborado.
Tras un decepcionante partido de fútbol en Zorrilla el sábado previo a la carrera, me dirigí al Polideportivo Huerta del Rey, donde recogí mi dorsal y mi camiseta y ya de paso mantuve una animada charla con los organizadores que me indicaron cambios en el recorrido; he de decir que los cambios no eran necesarios y después de experimentarlos me reafirmo en mi opinión, pues te obligan a pasar cuatro veces por un túnel con sus correspondientes subidas y bajadas que no aportan nada y además el paso por la Plaza Mayor está lleno de virajes, aunque en el lado positivo está el paso por las calles Duque de la Victoria y Gamazo que mejoran lo anterior.
El domingo por la mañana madrugué para desplazarme desde Alcazarén hasta Valladolid en una mañana fresca y exenta de viento; había quedado en la Plaza de Zorrilla con varios amigos y tras los saludos preceptivos, me puse a calentar; sabía que estaba bien de forma y mis piernas parecían estar frescas para la prueba, pero me asaltaban las dudas al respecto de cumplir la directriz que he había aconsejado Depa, que no era otra que bajar de 1h30'. No me hacía falta más, no pretendía mejorar mi marca, me bastaba con correr a ritmo de maratón (ritmo de 3h) y llegar sin demasiados agobios, es decir, hacer un controlado de 21Km.
No me coloqué muy adelante en la salida y fue un pequeño error, pero a pesar de ese primer contratiempo, salí tranquilo, sin estresarme y adelantando atletas pero evitando movimientos bruscos que pudiera pagar más adelante; de hecho, el paso por el km 1 lo hice en 41'18'', pero no me importaba, pues confiaba en mis posibilidades plenamente. Y poco a poco fueron cayendo los kilómetros y mi ritmo se mantenía constante, a veces ligeramente por debajo de los 4'15'' y otras ligeramente por encima, aunque la desastrosa colocación de los hitos kilométricos me despistaba un poco, pero no me hizo entrar en "pánico".
Tras completar la primera vuelta, al paso por el kilómetro 10, mi reloj me decía que las cosas iban conforme a lo previsto, pero ligeramente por encima de la hora y media, así que decidí incrementar un poco el ritmo, lo cual me llevó a adelantar atletas durante casi toda la segunda mitad del recorrido. Ese aumento de ritmo me costó, es indudable, pero en ningún momento flaquearon las fuerzas, porque regulé muy bien para llegar entero a los kilómetros finales, en los que hice otro pequeño cambio para comprobar que iba sobrado de fuerzas.
Al final llegué a meta en 1h30'08'', ligeramente por encima de lo previsto, pero contento porque el resultado es exactamente el que pretendía, correr a ritmo de maratón sin gastar demasiado y con cierta comodidad, lo cual me hace ser optimista de cara a la cita de Frankfurt.
Faltan aún cinco semanas para afrontar la cita más importante de mi año atlético y afortunadamente todo está saliendo conforme a lo previsto; la preparación que me ha programado Depa es bastante diferente a otras anteriores y como el me ha apuntado, no me puede garantizar que mis posibilidades de lograr el sub3h sean elevadas, pero me han servido para lograr un estado de forma que casi había olvidado. Me encuentro con buenas sensaciones, fuerte y con ganas de pelea, pero habrá que completar el resto de la preparación sin fallos, esperar pacientemente y calibrar mis posibilidades cuando falte poco para la disputa del maratón de Frankfurt; por el momento, la buena noticia es que nada no hay malas noticias, en resumen, que todo marcha bien.
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