La legua de Fontanar no pasará a la historia como una de mis mejores actuaciones, ni siquiera la puedo calificar de regular, más bien de decepcionante. Eso si, como ya sabía antes de iniciar la prueba, conseguí hacer MMP de la primera legua en la que he competido y a partir de ahora será una marca a batir; salvo eso, poco más.
Después de una semana no muy brillante de entrenamientos, me presenté en Fontanar con ganas de correr a tope, aún sabiendo que no estoy en un gran momento. Llegué temprano, recogí rápidamente el dorsal y me tomé un café antes de comenzar el calentamiento, un rodaje de unos 10 minutos y ejercicios específicos; aunque a decir verdad, el calentamiento se alargó, pues la salida se fue retrasando hasta las 10:10, hora en la que con un calor considerable, empezó la prueba.
El recorrido era de esos que no me gustan, empezaba subiendo, luego se pasaba a un camino con muchas piedras, subiendo y cuando por fin llegó la bajada, ésta fue seguida por una rampa que subía y así sucesivamente; es decir, toboganes y bajadas resbaladizas, en las que perdía lo poco que ganaba en la subida previa. Así que, aunque completé el primer kilómetro por debajo de cuatro minios, a partir de ahí, todos se me fueron por encima, incluso en la última parte en la que ya se retornaba al pueblo por una carretera ya asfaltada. Mi registro, malo, 24'19'' y malas sensaciones en general.
El objetivo de esta carrera no era más que competir antes de la cita maratoniano de Quebec. Quedan dos semanas en las que voy a seguir entrenando como hasta ahora, es decir, sin una preparación específica de maratón. Obviamente, mi objetivo en Quebec es terminar lo mejor posible y aunque mi experiencia maratoniana es notable, va a ser la primera vez que me ponga en la línea de salida de un maratón sin haber hecho una preparación específica; lo positivo es que voy sin presión alguna, sin preocuparme del corno y con intención de disfrutar de la animación y el paisaje de un maratón en Canadá. Y aunque, como dice Murakami, el dolor es inevitable y el sufrimiento es opcional, en este caso volveré a optar por sufrir y esforzarme a tope, con cabeza, pero con dignidad.
El recorrido era de esos que no me gustan, empezaba subiendo, luego se pasaba a un camino con muchas piedras, subiendo y cuando por fin llegó la bajada, ésta fue seguida por una rampa que subía y así sucesivamente; es decir, toboganes y bajadas resbaladizas, en las que perdía lo poco que ganaba en la subida previa. Así que, aunque completé el primer kilómetro por debajo de cuatro minios, a partir de ahí, todos se me fueron por encima, incluso en la última parte en la que ya se retornaba al pueblo por una carretera ya asfaltada. Mi registro, malo, 24'19'' y malas sensaciones en general.
El objetivo de esta carrera no era más que competir antes de la cita maratoniano de Quebec. Quedan dos semanas en las que voy a seguir entrenando como hasta ahora, es decir, sin una preparación específica de maratón. Obviamente, mi objetivo en Quebec es terminar lo mejor posible y aunque mi experiencia maratoniana es notable, va a ser la primera vez que me ponga en la línea de salida de un maratón sin haber hecho una preparación específica; lo positivo es que voy sin presión alguna, sin preocuparme del corno y con intención de disfrutar de la animación y el paisaje de un maratón en Canadá. Y aunque, como dice Murakami, el dolor es inevitable y el sufrimiento es opcional, en este caso volveré a optar por sufrir y esforzarme a tope, con cabeza, pero con dignidad.
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