Praga es un maratón "Gold LAbel" de acuerdo con la IAAF y aunque no estoy muy de acuerdo con las calificaciones que hace ese organismo a las pruebas, está claro que " algo debe tener el agua cuando la bendicen", o lo que es lo mismo, si Praga tiene la máxima calificación en un maratón de unos 12.000 participantes, por algo será.
Claro que este post está dedicado al ambiente y no a la organización, pero mi experiencia maratoniana sustenta una teoría que he acuñado y es que si el maratón está bien organizado, el ambiente suele ser excelente. Por eso, cuando aterricé en el aeropuerto checo y vi los carteles dando la bienvenida a los participantes de la prueba, me di cuenta que me esperaba una carrera bonita, con mucha animación y con mucha participación foránea, lo que siempre contribuye a crear un ambiente atlético interesante.
Fui a la feria del corredor casi nada más llegar, el viernes por la tarde y aunque estaba a punto de cerrar, se veía movimiento y muchos corredores pululando por la zona; sin embargo, donde realmente se podían ver muchos "runners" era en el centro de la ciudad, fácilmente reconocibles por su cara afilada y por sus zapatillas de correr en los pies. El mismo panorama se podía ver el sábado en toda la ciudad, pues Praga no es una ciudad muy grande y la mayor parte de los participantes éramos foráneos, así que literalmente "ocupamos" la ciudad.
Lógicamente una ocupación pacífica y aceptada por los habitantes de Praga, encantados por hacer caja con los locos por este deporte; por eso, a nadie le molestaba que la Plaza Vieja y las calles aledañas estuvieran ya preparadas para la prueba un día antes, con su vallado, baños portátiles, carpas, arcos... Personalmente, a mi me motiva ver los preparativos el día previo.
Y llegó el domingo y la salida de la Plaza Vieja, con mucho público animando y unos primeros kilómetros por el centro realmente espectaculares; después, el recorrido se aleja por el río, vuelve a pasar por el centro y vuelve a alejarse, pues, el centro no es muy grande y es necesario sacar la carrera de allí. Por eso, la presencia del público no es constante porque hay zonas un tanto anodinas, pero en general se corre con público la mayoría del tiempo. Además, la organización coloca muchos puntos de animación y eso contribuye a distraer a los corredores y a mitigar un poco el cansancio en el último tramo.
En mi caso particular, volví a tener a mi animación particular detrás; esta vez, repitieron Marisa y los niños, pero se sumó mi hermana Feli, mi cuñado Jesús y mi sobrino Manuel. Pancartas, banderas y muchos ánimos en cada paso, como es habitual, pero esta vez los agradecí mucho más, pues necesitaba mucha energía externa para acabar un maratón justo dos semanas después de haberme dejado el alma en la prueba de Coruña. Una vez más, Marisa y su equipo estuvieron a una gran altura, mucho mayor que la "Gold Label" de la IAAF.
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