Hasta Sevilla2014, he llevado a gala el hecho de haber terminado todos los maratones que había corrido; sin embargo, sabía que en esta ocasión las cosas podrían cambiar, pues mi única aspiración en Sevilla era bajar de las tres horas y cualquier otro resultado no me valía. Además, teniendo en cuenta que en mayo iba a correr en Praga, prefería evitar un desgaste excesivo y correr en buenas condiciones el siguiente reto.
La preparación para Sevilla 2014 había sido muy buena, mis sensaciones eran inmejorables dos semanas antes de la prueba, pero en la última semana empecé a tener problemas musculares; gemelos, sóleos, adductores, cuadriceps... me molestaba todo y notaba una sensación extraña en mis piernas, aunque sabía que estaba preparado para hacer una gran marca.
El día de la carrera amaneció soleado, poco ventoso y menos húmedo de lo esperado, lo que unido a que había descansado bien durante viernes y sábado, hacía presagiar que las cosas podían salir bien. Una vez en el estadio y una vez depositada la bolsa en el ropero, una foto rápida con mis amigos, intercambio de buenos deseos y un calentamiento ligero junto a Duquito, con el que me coloqué en la salida.
Comencé bien, dejando ir a Antonio y buscando el globo de las sub3h al que seguía sin problemas en los primeros kilómetros; también a la vista llevaba a Miguel, junto a un amigo suyo, aunque su ritmo era ligeramente superior al mío, de manera que preferí no cebarme y seguir "a lo mío", pues mi ritmo estaba en torno a los 4'13''/km y eso me daba margen suficiente para la marca que perseguía.
Iba bien, sin forzar, con un ritmo constante y alegre que me permitió pasar por el km 7 en 29'30'', una buena referencia que me animó bastante.
En las inmediaciones del kilómetro 10 me animó Jaime desde la acera y le dije que todo iba bien y un poco más adelante, vi pro primera vez a Marisa, Ángela, Carlos y Rafa, que me dieron un empujón moral importante, antes de pasar por el kilómetro 14 en 59', es decir, con un horizonte de 2h57'.
Las cosas iban bien, decidí bajar un poco el pie del acelerador, pues mi intención era llegar fresco a los kilómetros finales para intentar incrementar el ritmo; sin embargo, el isquio derecho empezó a cargarse y aunque no le di demasiada importancia al principio, la cosa fue a más de manera exponencial y mi paso por la media maratón se resintió un poco (1h29'40'').
Justo después de la media, Jaime volvió a animarme e incluso corrió unos metros junto a mi, pero yo sabía que las cosas estaban torciéndose e incluso pensé pararme cuando volví a ver a Marisa e el km 22, pero había que quemar todas las naves y no descartaba que el isquio mejorara. Falsas esperanzas, porque un poco más adelante, en el 24, las piernas ya estaban totalmente contracturadas, no podía alargar la zancada y supe que como en Munich, todo estaba perdido.
La opciones eran claras, o seguir y llegar arrastrándome con en Munich o parar y evitar malos mayores, así que, lógicamente, elegí la segunda opción, porque Sevilla ya está en mi historial y no quería lesionarme más, porque cuando eché pie a tierra, ya pensé en mi próximo maratón. Sevilla 2014 había terminado para mi, pero sigo vivo y con ganas de volver a intentar el sub3h. Ya veremos cuando y donde.
2 comentarios:
Aupa Chuli, pronto será la buena. Yo tengo similares problemas de isquios y estoy dedicando estos días a fortalecer. ¡Suerte!
Cuándo y dónde es lo de menos, lo importante es recuperarse bien y afrontar el siguiente reto con garantías de disfrutarlo y hacerlo con salud.
Esto no son matemáticas, cuando parece que mejor puedes estar, puede uno pinchar y viceversa. El melón no se abre hasta el mismo día del Maratón.
Lo de retirarse o no, pues amigo, 18K como comentas ni en la peor de la torturas chinas, ¿necesario? Seguramente bastante innecesario diría yo, ninguno estamos a salvo de tomar la misma decisión en un día similar.
Así que ánimo y adelante, un abrazo!
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